García Pimienta y su primer batacazo histórico en Sevilla... con el aprendizaje de Mendizorroza aún en la cabeza
El técnico catalán, muy señalado tras la fatídica actuación en Almería. Una plantilla que necesita refuerzos... y un entrenador al que le toca aguantar el chaparrón.
La noche de Reyes llegó a Sevilla en forma de fracaso. Así de duro y escueto, pero también de real. García Pimienta vivió su primera tarde desastrosa como entrenador nervionense, porque aunque ya lleva varios encuentros en los que el resultado ha provocado el revuelo de su afición, en Almería fue uno de los agentes más señalados de una ecuación con un resultado estrepitoso.
El técnico catalán optó por saltar al césped con lo mejor que tenía a su disposición, pero ni eso fue suficiente para evitar la goleada de un equipo de Segunda División. García Pimienta erró en el planteamiento, pero sobre todo en los cambios, que ni aportaron ni hicieron despertar a un equipo que, pese a adelantarse en el marcador muy pronto, estaba destinado a la eliminación. He aquí donde, precisamente, el entrenador tiene su mayor justificación ante lo sucedido: tiene una plantilla con muy pocos argumentos. Aunque esto, en días como el del sábado, no sirve de excusa —y él culpó a la falta de efectividad directamente—.
El Primera División que se presentó en los Juegos Mediterráneos fue el peor equipo. Sin identidad, sin hambre, sin ideas. Sin fútbol. De todo eso, el máximo responsable, siempre, es el entrenador -al igual que lo es de que este equipo haya sobrepuntuado tanto en liga-. García Pimienta no supo reaccionar y su primera decisión fue meter en el campo a un jugador —García Pascual— que tiene ficha del segundo filial. También tardó en sacar del campo a un Saúl totalmente desaparecido y que, por el momento, ha cumplido más delante del micrófono que sobre el césped, donde entre lesiones, sanciones y malos rendimientos no ha podido justificar la apuesta del club por él.
Tras el partido, Saúl se acercó a hablar con los aficionados. Detrás de él, los canteranos Juanlu, Isaac y Carmona. El resto, perplejo. Incluso otro de los capitanes, Marcao. Esa es la realidad del actual Sevilla. Sin Jesús Navas y con Gudelj en casa por una lesión, el club de Nervión está liderado por un futbolista que no suma más de cinco meses en la entidad —porque esto, aunque no sea culpa del ilicitano, influye y habla mucho de la situación—.
Y después del espectáculo que se vivió sobre el césped, con una afición que es tan consciente de lo que tiene en su plantilla que únicamente pide un poco de amor propio y unos futbolistas que no sabían ni dónde meterse, tocó reunión. Una charla de las necesarias. Con el presidente, Del Nido Carrasco, y el director deportivo, Víctor Orta, en el vestuario. Más de cuarenta minutos para tratar todo lo que ocurrió en Almería.
Lo más preocupante para García Pimienta es que le toca levantar a un equipo defenestrado, alicaído y flojito... con una semana vital por delante. El sábado visita el Valencia el Sánchez-Pizjuán —un día después de una nueva Junta de Accionistas—. Una final para los dos equipos. Tendrá que 'elegir' el Sevilla si quiere pasar una temporada que nadie recordará e instalarse en la zona de la tranquilidad respecto al descenso... o llamar a gritos a los fantasmas del pasado.
Y todo eso con el aprendizaje de Mendizorroza, el partido que más ha dejado huella en la cabeza del técnico nervionense, de fondo. En la entidad todos saben que la plantilla está muy limitada. Pero también que la única forma de sacar esto adelante es la unión y el sacrificio de todos. Como pierda esto el Sevilla... peligro.