OPINIÓN

En el fragor de la emoción, Imanol dijo algo que no quiso decir o se explicó mal

Imanol y Mikel Oyarzabal se funden en un emotivo abrazo tras el tanto del capitán frente a Girona. /EFE
Imanol y Mikel Oyarzabal se funden en un emotivo abrazo tras el tanto del capitán frente a Girona. EFE

Ha sido, sin géneros de dudas, la rueda de prensa más emotiva a la que he asistido en mis más de 20 años como periodista. Nunca antes había visto a alguien abrir su corazón de una manera tan salvaje. Sus palabras provocaron lágrimas entre los presentes, incluso en los ojos del arriba firmante, aunque eso, entre los que me conocen, no llama mucho la atención. Dicen que soy de lágrima fácil. Pero esa es otra historia. Lo provocado por las palabras de Imanol Alguacil en su puesta en escena de más de 40 minutos en la sala de prensa del Reale Arena sentó cátedra a los allí presentes, que no dejábamos de teclear porque cada frase que soltaba daba para un titular todavía más relevante.

Imanol habló con el corazón, a pecho descubierto, como es él, alguien que ama profundamente a esta Real Sociedad. No hay más. Los que le conocen saben de lo que hablo. Siempre ha sido así. Lo dicen los que le vieron defender la camiseta de este equipo en su época de jugador y eso que no era de los que llevaba la voz cantante en el vestuario. Todo lo contrario, pero cuando se trataba de saltar al campo y darlo todo, ahí estaba él para dejarse la piel, como lo ha hecho desde que se sentara por primera vez en el banquillo del primer equipo de la Real Sociedad. No le importaba que delante de él estuviese la estrella de turno, leáse Carlos Vela, Asier Illarramendi, Xabi Prieto o Mikel Oyarzabal. Si había que pegar un grito, o dos, a Imanol nunca le ha temblado el pulso para ello. De hecho, fruto de esa manera de ser, de esa manera de proceder, de esa manera de entender el fútbol, hemos podido ver algunas de las mejores épocas en la historia reciente de la Real Sociedad. Solo así, llevando a sus jugadores hasta el límite, ha conseguido el éxito.

Imanol habla de su sentimiento realzale. RS

Pero ese hablar desde el corazón le hizo cometer un error en dicha rueda de prensa, una afirmación que para muchos de los que estábamos allí presentes pasó casi desapercibida. Pero no para una parte de la hinchada blanquiazul que se ha sentido ofendida. Algunos no le perdonan ni una. Igual tenía razón cuando en la previa del partido ante el Niza se refirió a los que le estaban esperando agazapados en la cueva. Él ha reconocido que se equivocó con aquellas palabras. Yo pienso que no tanto. Y para muestra un papel. Dio lo mismo que se abriera en canal para explicar, por ejemplo, un pasaje en su historia personal, recordando cómo, sin saberlo, con apenas 14 años se estaba despidiendo de su madre, enferma de cáncer, algo que le ha marcado de por vida. "No dejes ni de sonreír ni de luchar", le dijo su amatxo algo que ha llevado a rajatabla.

También explicó de dónde viene su sentimiento hacia la Real cuando, quizá, lo más lógico es que se hubiera hecho hincha del eterno rival en una familia en la que su abuelo y sus tíos eran del Athletic Club. Él, pese a todo, decidió ser de la Real Sociedad. Por sus venas corre sangre txuri urdin desde siempre, aunque, para algunos, parece que no. No le perdonan que esa puesta en escena, Imanol Alguacil tuviera un lapsus cuando afirmó, refiriéndose al uso de la cantera y al futuro de Zubieta, que "ojalá que algún día se cambie la política y decidamos jugar como lo hace el Athletic, con solo canteranos". Mentó la bicha. Y ahí saltó todo por los aires. Creo, sinceramente, que en el fragor de la emoción, dijo algo que no quiso decir, o que se explicó mal. A veces, los nervios, la emoción, te hacen decir cosas que no sientes y que ni siquiera piensas. Y eso es lo que le pasó a Alguacil. A todos nos pasa. Que es una cagada, sí. Que no es para tanto, también. Ha metido la pata, pero lo ha hecho como Imanol Alguacil. En las buenas y en las malas.

De primeras, es falso que el equipo rojiblanco juegue solo con canteranos. No es así. Y para continuar, el propio Imanol, con sus decisiones desde que es entrenador de la Real Sociedad, ha demostrado que no piensa de esa manera. Si es que, además, jugar con once canteranos es algo utópico si se pretende jugar, año tras año, en Europa. Todo esto tendrá una explicación que seguramente dé a conocer mañana viernes en su penúltima comparecencia como entrenador de la Real Sociedad. Pero lo que me parece que no es de recibo son los 'palos' que se está llevando el oriotarra. Imanol Alguacil se merece un respeto máximo. Debe prevalecer todo lo bueno que ha hecho al frente de la Real Sociedad, que ha sido mucho. Nada debe empañar el adiós de uno de los entrenadores más importantes en la historia de la entidad blanquiazul.