FC BARCELONA - REAL MADRID

A Florentino Pérez no se le espera en Montjuïc mientras Joan Laporta surfea en la ola de una marea menos negra

El presidente del Real Madrid no acudirá de nuevo al Clásico aunque las relaciones entre clubes sean correctas de puertas para adentro.

Florentino Pérez y Joan Laporta, durante un Clásico. /GETTY
Florentino Pérez y Joan Laporta, durante un Clásico. GETTY
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Como ya sucediera en el Clásico celebrado en noviembre de 2023, el de la temporada anterior, a Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, no se le espera en el palco de Montjuïc. No ha viajado con la expedición blanca el sábado ni tampoco hay previsiones de que acuda este domingo por la mañana. A diferencia de la final de la Supercopa de España en Arabia Saudí y la de la Copa del Rey en Sevilla, en las que sí estuvo presente al tratarse de un encuentro definitivo disputado en un estadio neutral, Florentino opta por no acudir a Montjuïc, en un gesto que refleja la relación ciclotímica entre ambas entidades, especialmente de puertas hacia fuera.

En 2023, el motivo, según publicó El Confidencial en su día, fueron los insultos de Miquel Camps, directivo azulgrana, a Vinicius Junior en sus redes sociales al tildarlo de "payaso y vacilón", algo que el presidente consideró inadmisible, y en señal de protesta no acudió a Montjuïc. Sí lo hizo Joan Laporta al Santiago Bernabéu en el 0-4 de la primera vuelta aunque tampoco se celebrara comida de directivas. Para este domingo, debido a la hora del encuentro (16:15), tendrá lugar un pica-pica en el propio estadio sin el presidente del Real Madrid.

Real Madrid y FC Barcelona están ligados en muchos asuntos y en ocasiones los silencios gritan más que las palabras. Sumidos en el proyecto de la Superliga y en su guerra, más o menos explícita, con LaLiga -personalizada en Javier Tebas-, ambos pelean por los títulos pero van de la mano en asuntos troncales. Hay problemáticas de calado que afectan al Barcelona en la que el Real Madrid se ha puesto de perfil. La más explícita es el caso Olmo, en el que varios clubes de LaLiga emitieron comunicados en contra de la reinscripción de él y Pau Víctor, en cambio en ningún momento se pronunció el Real Madrid, gesto que agradeció públicament el propio presidente azulgrana, que explicó además como él y Florentino habían aprovechado la Supercopa de España para charlar de asuntos de futuro.

El propio Tebas lanzó con bala cuando habló de la relación entre ambas entidades: "Desde hace tiempo, el CSD parece tener como objetivo desmantelar los sistemas que funcionan en la Liga y que cuentan con el apoyo mayoritario de los clubs. El presidente del CSD parece escuchar una única voz que no representa al fútbol español. Y esa voz, curiosamente, guarda un silencio cómplice en este caso. ¿Dónde está ahora Real Madrid TV?".

El sainete de la Copa, el caso Olmo y el boomerang institucional

El sainete que ocurrió en la Copa en medio del Madrid-Barça con el papel de los árbitros, que él Barça tildó de "trampa" se enmarca también en el caso Negreira que sigue en los juzgados. El entidad blanca se personó como acusación particular aunque por el momento el proceso sigue dilatándose y no ha finalizado todavía la fase de instrucción con la demora de los últimos testimonios, Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu.

Este partido, además, que puede resultar definitivo para el título, llega en un momento opuesto al de hace apenas cinco meses en ambas entidades y en la figura de ambos presidentes. Si Joan Laporta estaba enfangando con el caso Olmo, el bajón azulgrana en diciembre de 2024, las críticas de una oposición que insitía en que diera "un paso a un lado" y con otros asuntos turbios revoloteando por un Camp Nou que seguía demorándose, Florentino Pérez aún mantenía vivas las esperanzas de ganar títulos y de solventar la problemática con el ruido del Santiago Bernabéu que les hizo cancelar conciertos.

Una fotografía que se ha invertido 180 grados. La popularidad de Joan Laporta, que sigue envuelto en sombras fuera del césped, ha aumentado como la espuma al ganar dos títulos y tener LaLiga en la mano, mientras que el efecto Hansi Flick y la descomprensión de la aceptación de la realidad con los retrasos del Camp Nou prevén un futuro más optimista. No se habla del 'Laportagate' ni de los asientos VIP, tampoco del fair play, mientras que en Madrid su entrenador se despide del Clásico y el presidente atraviesa sus horas más bajas con la necesidad de renovar las ilusiones deportivas con un nuevo proyecto.

Todo lo que va, vuelve, aunque Florentino Pérez se haya acostumbrado a no sentarse en el palco de Montjuïc.