Extrema precaución con el 'cargado' Rüdiger… que no puede rotar
El central no acudió al parón con Alemania para recuperarse de un verano extenuante. Ancelotti no puede darle descanso.
Antonio Rüdiger (31 años) se prepara para otra temporada extenuante y que llevará su cuerpo al límite. El central alemán, segundo jugador de la plantilla con más minutos la temporada pasada, ha elevado su categoría de importante a imprescindible. Y no sólo por su nivel, sino porque Ancelotti apenas cuenta con dos centrales sanos y no puede regalar descansos ni al alemán ni a Militao.
El internacional germano no acudió a este parón con su selección para aliviar sus piernas de carga y recuperarse de la exigencia del verano. No resultó una decisión sencilla: era el primer parón tras la decepción de la Eurocopa, los rivales (Hungría y, sobre todo, Países Bajos) auguraban partidos duros y Rüdiger se convirtió en uno de los capitanes de la selección después de la Euro. Con el objetivo de prevenir el riesgo presente y futuro de lesión y dosificarse, el entrenador Nagelsmann y el futbolista acordaron que permaneciese en Madrid.
Estos 10 días le han venido de perlas para, con varias jornadas libres y entrenamientos a menor intensidad, ponerse a punto para lo que viene bajo el asesoramiento del preparador físico Antonio Pintus y su equipo de trabajo. Los blancos arrancan ahora una fase relevante de la temporada (siete partidos en 23 días hasta la próxima ventana internacional) y Rüdiger sabe que, salvo milagro, no podrá descansar.
Sin alternativas
Con Alaba todavía en el dique seco y sin esperar su regreso hasta noviembre (ya corre en la cinta antigravedad, pero no pisa césped y encadena nueve meses sin jugar), Ancelotti sólo cuenta con Rüdiger y Militao como alternativas de máxima fiabilidad hasta Navidad. En el otro central de la plantilla, Vallejo, no se confía y Carletto no suele atreverse a mirar a la cantera por mucho que Raúl Asencio (21 años) y el lesionado Jacobo Ramón (19) pidan paso.
El plan sí contempla recurrir de forma puntual a Tchouameni, del que se valoran sus facultades (salida de balón y juego aéreo) para arrancar desde atrás. Su inclusión daría aire al alemán o a Militao, que ya abandonó la concentración de Brasil con problemas en el muslo y volvió hace no tanto de un cruzado. Aunque hoy es titular, necesita parar de vez en cuando. Y Rüdiger, que arrastra alguna pequeña molestia en la rodilla, también.
El curso pasado fue de máxima exigencia (3.987 minutos con su club, sólo por detrás de Valverde -4.250- y por delante de otros explotados como Rodrygo o Bellingham) y esta temporada ha completado los 360' que se han disputado, como Courtois, Militao y el propio uruguayo. El calendario se prevé frenético: la cita de hoy con la Real Sociedad (21:00), el martes empieza la Champions (contra el Stuttgart en casa) y luego vienen el derbi (29-S) o el estreno europeo a domicilio con el Lille (2-O).
Rüdiger no faltará a ninguno de esos compromisos y ejercerá como líder de la zaga a lo largo de la campaña más larga de la historia, con alrededor de 70 encuentros con el Madrid en el horizonte y parones con la Mannschaft en octubre, noviembre, marzo y junio. Si en su primera temporada hubiese ansiado este rol para desbancar a Alaba, ahora celebrará el regreso del austríaco para tomar oxígeno de vez en cuando. Ancelotti tendrá máxima precaución con él -bajará el ritmo y los esfuerzos durante la semana cuando lo necesite-... porque no puede rotar.