Una tarde con tres vecinos del Bernabéu tras su victoria: "Estoy perdiendo mis amistades y mis nietos no quieren venir a casa"

Cuatro de la tarde en el madrileño barrio de Chamartín. Lola, vicepresidenta de la asociación Perjudicados por el Bernabéu, cita a Relevo en la calle Marceliano Santamaría, a pocos metros del estadio del Real Madrid. Hay silencio y tranquilidad. Incluso, el tráfico pasa desapercibido. Una realidad muy diferente a la que los vecinos de la zona han sufrido prácticamente a diario durante los últimos cinco años.

Nos abre las puertas de su casa Pilar, también de la asociación. Lola vive una calle más allá, en Paseo de la Habana. También está Juan, otro vecino -su vivienda se encuentra en la calle Segre- que quiere acudir al encuentro. No se cansan de denunciar el drama que viven desde que en 2019 empezasen las obras del Bernabéu y, aunque han encontrado en el aplazamiento de los conciertos una importante victoria, ni se conforman ni se relajan.

"No vamos contra el Real Madrid, se está incumpliendo la ley", afirma Lola, madridista de toda la vida. Vive al lado del Bernabéu desde que tenía 7 años. Ya jubilada, recuerda cuando iba al estadio con su padre y a Emilio Butragueño como su ídolo. "No entiendo cómo mi club, al que siempre he tenido como puntero y señor, quiere ganar dinero ilegalmente. Se les debería caer la cara de vergüenza. Nos parece magnífico que quieran ganar dinero, pero no a costa de la salud de los vecinos".

Su asociación, que cuenta con más de 2.000 miembros, nació ante la desesperación de una obra que les afectaba en su día a día, aunque muchos de los vecinos se sumaron cuando vieron que la reforma estaba más destinada a albergar espectáculos que alteraban la tranquilidad del barrio que a su verdadero fin por ley, la celebración de eventos deportivos. "Vamos a luchar porque se cumpla la legalidad. También, por preservar nuestro barrio. Por tener la convivencia que toda la vida hemos tenido. Por poder salir a la calle, tener un barrio residencial y no estar viviendo al lado del parque de atracciones".

Se dividen en varias secciones. Hay quienes se quejan de las obras. Otros, del ruido de los conciertos. También están totalmente en contra de la construcción de los dos parkings licitados y otorgados por el Ayuntamiento en el Paseo de la Castellana y Padre Damián, además del túnel que atraviesa Paseo de la Habana. Sólo se mantiene activa la del primer aparcamiento, ya que tanto el segundo como el citado túnel fueron detenidos por la justicia. Para cada una de las protestas la asociación cuenta con un abogado distinto, siempre con el objetivo de ayudarles a defender sus intereses ante el Real Madrid y otras instituciones.

Pero todo esto cuesta mucho dinero. Los vecinos han aportado su capital, cada uno en la medida de sus posibilidades, para pagar abogados, mediciones de ruido, denuncias… "Nos hemos gastado mucho. Miles de euros. Para que te hagas una idea, cada medición de ruido nos ha costado 1.200€ y hemos hecho una en todos los conciertos porque necesitábamos pruebas ante la justicia", afirma Juan.

La inversión parece estar valiendo la pena, pero ya han pasado el sufrimiento de vivir en un barrio colapsado por todo lo que ha pasado en el último lustro y por lo que quieren para él, con conciertos y espectáculos todos los fines de semana. "No puede venir nadie a mi casa. Estoy perdiendo amistades y mis hijos y mis nietos no quieren venir a visitarme. Y luego, cuando salgo, que no sé si voy a poder volver a entrar", comenta Lola.

Pilar, que ve el fondo sur desde su ventana, afirma que el ruido es ensordecedor no sólo los días de concierto, sino también los días anteriores por los ensayos. "Por suerte tengo buenas ventanas y no vibran los cristales, pero no puedo oír la televisión. Conozco una vecina que está separada y tiene tres niños pequeños y está al borde de pegarse un tiro", afirma. Cabe recordar que en las inmediaciones del estadio hay cuatro colegios y muchos de los niños que acuden son vecinos del barrio.

Insisten en dos puntualizaciones. La primera y más importante es que no están en contra de los partidos: "A mí el fútbol nunca me ha molestado porque, además, sabía que era una cosa cada 15 días". De hecho, afirman que los asistentes a ver al Real Madrid son muy diferentes a los que acuden a los conciertos. La segunda, no se quejan de la reforma de la estación de Metro Santiago Bernabéu. "Estamos completamente de acuerdo en que aquí hay un medio de transporte público con una superestación y con un super aforo de trenes como pasa con otros campos".

No se olvidan de los políticos, a los que consideran parte fundamental de lo que está sucediendo y a quienes ven entregados para ayudar a que los macroconciertos sigan adelante. Señalan en diferentes ocasiones a Borja Carabante, Delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid y el encargado de firmar los permisos de la mayoría de estas obras.

Como guía para sus protestas utilizan el Plan Especial que el Ayuntamiento avaló en junio de 2017 para aprobar la Mejora del Medio Urbano y de Ordenación Pormenorizada del Estadio Santiago Bernabéu. En este documento se establecieron las bases de todos los cambios que iba a sufrir el barrio en los años posteriores, aunque, según la asociación, muchos de ellos se han cambiado a gusto del Madrid y del Ayuntamiento para beneficiar sus intereses, a pesar de que incumpliesen la legalidad.

Se muestran escépticos ante la posibilidad de que el Bernabéu llegue a conseguir insonorizar el estadio de manera efectiva. "El ruido es como el agua e insonorizar es imposible porque afecta a la seguridad, a la salud de los aficionados, a los deportistas. ¿Tú te imaginas lo que es esto con una ventilación artificial? Y que es muchísimo dinero para conseguirlo para luego ver si funciona".

Ellos se niegan a rendirse. Seguirán denunciando y llegarán "hasta el final", como no se cansan de repetir. De momento, aparte de la suspensión de los conciertos, celebran la repercusión internacional de su lucha, reflejada en medios internacionales como Washington Post o New York Times. "No sé si llegaremos, pero lo que queremos es que no se hagan conciertos aquí", sentencian.