LALIGA EA SPORTS

Doce minutos de sufrimiento de Lucas y una temeraria decisión del Villarreal abren el debate sobre la normativa de los cambios

El lateral del Madrid jugó lesionado por no agotar una ventana. Marcelino decidió afrontar siete minutos en inferioridad numérica.

Lucas Vázquez, en un partido con el Real Madrid./EFE
Lucas Vázquez, en un partido con el Real Madrid. EFE
Jonás Pérez

Jonás Pérez

No por ser poco habitual debe caer en el olvido un doble episodio chocante que ha ocurrido en la tarde de este sábado en LaLiga EA Sports. Lucas Vázquez jugó cerca de doce minutos lesionado, sufriendo, casi sin poder andar y siendo superado en varias ocasiones al filo del descanso. Unas horas más tarde, el Villarreal tomó la decisión de disputar siete minutos en inferioridad numérica tras la grave lesión de Ilias Akhomach. Dos decisiones arriesgadas y que una incluso puso en riesgo el bienestar de un futbolista por una normativa de ventanas cuya naturaleza podría ser revisada.

Carlo Ancelotti tuvo que sustituir en el primer tiempo a Eder Militao y Rodrygo Goes, ambos lesionados. De este modo, gastó dos de las tres ventanas de cambios con las que cuenta. Unos minutos más tarde, cayó Lucas Vázquez. Concretamente, en el minuto 39. El lateral se marchó hacia la zona de banquillos después de pedir el cambio, mientras Davide Ancelotti avisaba a Carlo del extremo riesgo que acarreaba sustituirlo.

Lucas, un jugador de equipo como pocos, decidió sacrificarse y volver al terreno de juego tras ser vendado. Se le vio pasarlo mal, andando, tratando de participar lo menos posible en el juego. Sus compañeros ni siquiera le pasaron el balón para evitar correr riesgos. El tema es ¿por qué el Real Madrid no decidió sustituirlo como había ocurrido con los dos brasileños?

La normativa, desde que se incluyeron los cinco cambios en el fútbol, marca que los entrenadores pueden realizar cinco sustituciones por encuentro, pero solo tienen tres ventanas para hacerlo. Es decir, si Ancelotti metía a un jugador de refresco consumía los cambios y ya no podría mover el banquillo en toda la segunda mitad. Por eso, decidieron que Lucas forzara, aun a riesgo de romperse definitivamente. A la vista está que no estaba preparado para jugar, ya que apenas podía moverse y fue sustituido a posteriori nada más regresar del intermedio.

El Villarreal arriesgó tras la lesión de Ilias

El Real Madrid, valorando un largo descuento y los minutos que restaban de la primera mitad, decidió forzar a Lucas Vázquez. Aunque estuviera prácticamente de bulto, quizás resultaba una temeridad prescindir de un futbolista con tanto tiempo todavía por disputar. El Villarreal, por su parte, consideró que eso sí era más lógico.

Ilias Akhomach estuvo varios minutos siendo atendido tras lo que apunta a ser una lesión grave de ligamento cruzado. Se marchó del campo en camilla y, por supuesto, no era viable que pudiera forzar antes de llegar al descanso. El Submarino Amarillo también se había visto obligado a realizar una sustitución por las molestias anteriores de Kiko Femenía.

Marcelino García Toral sí tenía otra ventana en caso de haber decidido suplir a Ilias Akhomach, pero asumió un gran riesgo. El extremo abandonó el terreno de juego en el 44' y se veía venir un añadido de alcance. También fueron seis minutos, aunque pudo ser algo más. Quizás Quintero González tiró de sentido común al ver que el Villarreal se había tenido que quedar con diez futbolistas por la situación.

En este caso, consideraron que era más lógico arriesgarse a estar siete minutos en inferioridad numérica que solo mantener una venta de cambios para la segunda mitad. Para gustos, colores.

Cómo funcionan exactamente las ventanas de cambios

Los entrenadores tienen la posibilidad de hacer cinco cambios por partido en tres ventanas diferentes (seis sustituciones en cuatro franjas en caso de que haya prórroga). Una ventana se considera un momento en el que se detiene el partido para realizar un cambio. Dicho lo cual, si se realiza alguna sustitución en el descanso, no cuenta. Por ello, Marcelino esperó al intermedio para meter al sustituto de Ilias o Ancelotti para introducir a Luka Modric por el '17'.

Ahora bien, conviene estudiar la naturaleza de la norma. En su momento, cuando se amplió de tres a cinco cambios, se mantuvieron las tres ventanas para evitar que los entrenadores perdieran tiempo o hubiera excesivas interrupciones en el juego. Algo, a todas luces, coherente. Pero en la excepción se encuentra también el error en la naturaleza de la norma.

A partir de esta temporada se permite a los entrenadores suplir a un jugador que sufre una conmoción cerebral sin gastar una ventana de cambios y generando una sustitución extra tanto para el club que la sufre como para el otro. Es decir, si un técnico ya ha gastado todos sus cartuchos y los médicos acreditan que uno de sus jugadores ha sufrido un incidente de este calibre, sí podrá sustituirlo.

Al sustituirlo él, para preservar el principio de justicia entre ambos equipos, el entrenador rival goza también de un cambio extra en una ventana extra.

¿Y por qué no pasa lo mismo en caso de lesiones en las que los jugadores tengan que ser sí o sí sustituidos? Luego pasa a ser responsabilidad del árbitro añadir más tiempo y compensar lo que se haya perdido por realizar los cambios en cuestión. Puede resultar engorroso y, en ocasiones, los futbolistas ganarían segundos al cronómetro exagerando sus dolencias. Pero lo dicho, sería el colegiado el que lo tendría que compensar.

Los incidentes ocurridos en este sábado liguero invitan a la reflexión. ¿Tiene sentido que un jugador juegue doce minutos lesionado porque si es cambiado su club no puede realizar ni una sola sustitución en la segunda mitad? ¿Tiene sentido que un equipo se quede casi diez minutos en inferioridad numérica para no agotar una ventana que le condicionará el partido como hizo el Villarreal?

Por supuesto, la solución no es sencilla, ya que habría que compensar de alguna manera al equipo rival, para que no exista una ventaja comparativa para el primer afectado. Por ejemplo que el médico rival acredite la lesión, que esto solo pueda ocurrir en la primera mitad o antes de un minuto determinado... O que el entrenador afectado solicite formalmente al árbitro el uso de una ventana extra (siempre y cuando no haya agotado los cambios) y sea el rival el que lo acepte.

Un pequeño agujero en un reglamento estudiado al milímetro en el que, a veces, la realidad del fútbol pone en jaque...