Dani Olmo viaja a sus orígenes en una Croacia aún tocada por el conflicto de los Balcanes: "Solo mi madre y yo sabemos lo que vivimos en esos años"
El futbolista ha sido protagonista de la última edición de ICON: "Veías a personas que aún estaban profundamente afectadas".

Dani Olmo ha sido el gran protagonista de la revista ICON, del diario El País. La publicación, centrada en la moda, suele contar con deportistas, amantes del buen vestir y que responden a un perfil diferente al convencional. El ahora jugador del Barcelona ha posado con prendas de prestigiosas marcas como DSQUARED2, PRADA, DIOR MEN o LOUIS VUITTON, a la par que hacía un recorrido más profundo por su carrera deportiva, más allá del foco en el Barça o su gran rendimiento con la Selección esapñola.
Concretamente, el atacante viaja hasta aquella época en la que se lanzó a por una aventura de lo más chocante. Con apenas 16 años, decidió abandonar la cantera del Barcelona, aceptar la oferta del Dinamo de Zagreb y convertirse de la noche a la mañana en un futbolista de élite, de primera categoría. A la vista está que su arriesgada apuesta resultó ser todo un éxito. Se convirtió en uno de los jugadores de moda del campeonato, fue nombrado el mejor a sus 20 y acabó dando el salto al Leipzig. El resto es historia.
A los 16 años, Olmo tuvo que decidir entre seguir como canterano del Barça o aceptar la oferta del Dinamo Zagreb. El hermano se quedó con su padre en España y él partió con su madre a la aventura croata. "Solo ella y yo sabemos lo que vivimos en esos años" https://t.co/gu8beWKbal
— EL PAÍS (@el_pais) February 1, 2025
Pero aquella etapa no resultó ser un camino de rosas. Allí se marchó como un niño a un país con una cultura bien diferente, un paso atrevido que cambiaría su vida para siempre. "No fue una decisión fácil", recuerda ahora en ICON. Aun así, dio un paso adelante: "Era un cambio grande y poco común. Pero el Dinamo había demostrado que quería apostar por mí y tenía el ejemplo de muchos jugadores que habían salido de allí, como Luka Modric, que son referentes a nivel mundial".
Por supuesto, no fue el fútbol la única barrera. Dejaba su país un chaval, dejando atrás a parte de su familia. "Hubo momentos complicados, porque significaba salir de la zona de confort. Estábamos un poco solos. Mi madre y yo. Bueno, si hablas con ella, seguro que podrá contarte muchas cosas, pero todas serán positivas. Siempre que hablamos de aquello, se le escapa alguna lagrimilla. Fueron momentos intensos. Solo ella y yo sabemos lo que vivimos en esos años", rememora.
Parte de esa experiencia vital fue empaparse de la cultura y la historia del país. Tanto que pudo aprender el idioma como si fuera nativo, toda una demostración de profesionalidad a una edad tan temprana. "Me hice un hombre. Tuve que aprender y madurar más rápido de lo habitual", asegura. Quizás parte de ese progreso está vinculado al impacto que aún tiene la guerra en el país.
Concretamente, durante la copa croata pudo visitar decenas de zonas del país, entre las que se encontraba Vukovar, una ciudad croata fronteriza con Serbia, que fue de las más afectadas por la Guerra de los Balcanes. Ahí Dani Olmo demostró ser diferente al perfil habitual de futbolista: "Veías a personas que aún estaban profundamente afectadas. A partir de ahí, comencé a interesarme y a informarme, aunque los croatas no suelen compartir mucho sobre este tema".
Una experiencia que le curtió y que le ha llevado a ser una de las personalidades más reconocidas del fútbol español. En su época en Croacia, Dani Olmo aprendió mucho más que dar patadas a un balón. Ahora, como uno de los líderes del Barcelona, echa la vista atrás para no olvidar quién fue.