ÁRBITROS

Las consecuencias de ser comentarista arbitral: "Me han bloqueado por decir que se equivocaron"

Es una figura asentada en los medios de comunicación. Algunos se sienten proscritos por el que antes era su colectivo.

Rafa Guerrero, en su época de árbitro, en un partido benéfico. /Carlos Moret
Rafa Guerrero, en su época de árbitro, en un partido benéfico. Carlos Moret
Alberto Pérez

Alberto Pérez

Relevo ha querido profundizar en la figura del comentarista arbitral que inunda los medios de comunicación. Es un perfil rodeado de un foco polémico, ya no solo por lo que supone valorar aciertos y errores sino porque no son muy bien vistos por sus antiguos compañeros. Hemos hablado con algunos de ellos. Por ejemplo con Rafa Guerrero, asistente de alto nivel durante catorce temporadas, y que es uno más del equipo de El Chiringuito de Jugones. "Me retiré y a los tres días Marca me llamó para comentar la Eurocopa de 2008. Entré con buen pie. Lo disfruto mucho con el sinsabor que tiene a veces. Creo que hay que tener empatía y sufro porque hay errores, pero todos los hemos tenido. Esa matanza que ocurre con el colectivo arbitral me duele".

Alfonso Pérez Burrull dirigió partidos en Primera División trece temporadas. Ahora es la voz arbitral en Marcador de Radio Marca: "Digo las cosas como las veo porque pienso como árbitro y no voy a cambiar por estar en un medio. Trato de explicar al oyente no solo la decisión que se ha tomado sino el porqué. Se trata de transmitir lo que se siente cuando se está arbitrando".

En Cope confían en el criterio de Pedro Martín, especialista en números y también exárbitro ocho temporadas, une sus dos pasiones calificando cada actuación de los colegiados: "Directamente no tengo contacto con ninguno, pero sí indirectamente porque siempre hay gente que les conoce. No pienso en ello cuando pongo las notas, si se molestan es normal porque se está juzgando su trabajo. Lo que siempre dejo muy claro es que para mí los árbitros son honestos hasta que se demuestre lo contrario. Creo que salen a hacerlo lo mejor posible, otra cosa es que se equivoquen o no".

El caso de Joan Fábregas es diferente. También fue árbitro (once temporadas entre principal y asistente), pero además estudió Periodismo. Ahora valora las actuaciones en TV3 y se ve disparado por ambos gremios: "Me ha llegado que en el colectivo sienta mal si tienes una opinión diferente. Te ven como si fueras un traidor o algo parecido. No entienden que el analista tiene que hacer su trabajo y no pasa nada por ver las cosas de otra manera. Como árbitro que he sido creo que ellos me ven como un periodista y en cambio los periodistas me ven como un árbitro, es decir, como el enemigo público de todos los sectores. Cualquier opinión respetuosa se tiene que aceptar".

Otro de los analistas referentes del momento es Pavel Fernández que reparte sus valoraciones entre Gol, Iusport y Radio Marca. También a él le contactan árbitros en activo por sus comentarios: "Hay un grupo de árbitros que me escribe para saber cómo he visto una jugada o qué voy a decir. Hay cuatro o cinco que me escriben a menudo antes del directo, durante y otros después. También para decirme que muchas gracias o que lo he explicado bien. Yo tengo que analizar la jugada de forma honesta. Me he dado cuenta de que es un mundo un poco asqueroso porque cuando dices que hay árbitros que se equivocaron cambian la forma de relacionarse contigo. Algunos me han dejado de lado y hay árbitros de Primera con los que tenía buena relación que han llegado a bloquearme. Antes cuidaba mucho las palabras para que nadie se sintiera ofendido, ahora si se cabrean es lo que hay porque yo tengo que hacer mi trabajo lo mejor posible. Si tengo que darle un palo a Cuadra Fernández porque, en mi opinión, la relación del acta es negligente, lo tengo que decir. Quizás antes pecaba de novato, ahora los años van pasando y prefiero no tener relación con los árbitros que van ascendiendo porque coarta mi libertad".

La sensibilidad en el colectivo con esta figura es alta, tanto que ha derivado en consecuencias también para Pérez Burrull: "Sé que hay una parte de los que dirigen el arbitraje que nos quieren hacer pasa un poco como proscritos, como si nos pasáramos al enemigo. Eso no me gusta porque no es así, creo que es una figura necesaria si se entiende bien y acerca más el arbitraje. Pablo López, director de Marcador, al principio no entendía que le propusieran mi nombre porque arbitraba con cara de mala leche y ahora han descubierto un tipo peculiar que ve la parte divertida y les ha sorprendido positivamente. A mí me pasaba lo mismo con los medios de comunicación".

¿Es bueno para el arbitraje que haya analistas especializados en los medios? Todos opinan que sí. "Es necesario a nivel pedagógico porque la mayoría desconoce las reglas y las razones por las que un árbitro pita una cosa u otra. Hay cierta animadversión hacia la figura arbitral basada en el desconocimiento y por eso creo que es importante que un analista pueda explicar por qué se han tomado las decisiones" defiende Fábregas y Pável coincide: "el reglamento debería ser obligatorio para todos los jugadores. Quien no quiere saber da igual que le expliques las jugadas mil veces, solo quieren es que el árbitro les beneficie. Hay que hacerlo por el espectador neutral. Si dentro de mil años pita un robot dirán que el que preparó el software era del Madrid o del Barça".

Pérez Burrul en su etapa de árbitro.  EFE
Pérez Burrul en su etapa de árbitro. EFE

Comentar las jugadas arbitrales es una función con unos requisitos muy particulares, explica Rafa Guerrero: "Haber estado ahí siempre es importante pero luego hay que contarlo y para eso se necesita saber comunicar. No es fácil porque es algo complejo, pero a la vez muy bonito". Pedro Martín y Joan Fábregas defienden la independencia: "no sé si es bueno conocer a los árbitros, en mi caso no los conozco personalmente y creo que eso me ayuda a la hora de hacer las valoraciones. Lo principal es ser libre para opinar sin estar ligado a una relación con el árbitro. Veo a muchos analistas cuya opinión es sesgada dependiendo de quien arbitra".

Hay un reglamento por explicar, pero según Pável no es lo más importante: "La diferencia está en conocer las directrices que reciben los árbitros y saber cómo piensan y cómo trabajan. He sido árbitro hace más de 20 años y eso me ayuda. No es necesario haber sido internacional, con haber dirigido en categorías medianamente altas como Regional sería suficiente. También hablar con ellos, yo lo hago casi a diario con la Comisión ejecutiva y con gran parte de los árbitros. Cuando tengo dudas de por qué han tomado una decisión, les pregunto"

Mejorar la imagen del arbitraje no es fácil, de hecho Rafa Guerrero lo ve imposible: "No hay un calmante. Negreira ha matado al arbitraje. Todavía no hay una sentencia y esta sombra sigue alargándose. Es el mayor daño que se ha hecho en toda la historia. Es un peso muy grande en la mochila de los árbitros". Más optimista es el cántabro Pérez Burrull: "Ha sido sido el año que más he hablado en mi vida de arbitraje y siempre para defender la causa. Hay que dar mucha más naturalidad al arbitraje en los medios de comunicación. Echo en falta una presencia más normal de los árbitros. Tengo cierto cabreo porque hace poco una madre ha pegado un bofetón a un árbitro de infantiles y echo en falta más árbitros que se revelen contra estas situaciones. No podemos estar callados y más si son referentes".

Mejorar el arbitraje depende del sistema, así lo explica Joan Fábregas que critica con dureza la falta de transparencia: "Yo no creo que se compren partidos ni que un árbitro vaya a favorecer a un equipo, pero sí que se han cortado carreras arbitrales por intereses políticos, por no ser de la cuerda de la persona que manda. Hay una anomalía bestial porque nunca se sabe con certeza el motivo de los ascensos y descensos. Si tú eres árbitro profesional recibes informes donde no hay nota y al final del año no sabes cómo has quedado en la clasificación. Es una situación de total opacidad. Es habitual que haya motivos detrás que desconocemos y hasta que eso no cambie seguiremos en un sistema clientelar. Hay una alarmante falta de comunicación entre el arbitraje y el mundo exterior. El lunes deberían estar todas las jugadas resueltas públicamente. Inglaterra el jefe de los árbitros comenta las jugadas en un programa. En Alemania hay entrevistas después del partido. Sería acercar la figura del árbitro y que no se nos vea como extraterrestres sino como deportistas que se equivocan como cualquiera".

Coinciden los cinco en que la polémica no acabará nunca: "El aficionado quiere que su equipo gane y lo demás le da igual. Como decía Juanma Lillo el derecho a opinar es libre, pero no todas las opiniones son respetables. Creo que la persona que opina en un medio debe tener suficiente formación y experiencia. A mí no me importa que la gente opine de cualquier cosa, pero sí me molesta que según del equipo del que seas ya se sepa lo que va a decir un periodista y que no diga lo mismo si la jugada es con otro equipo".

Mateu Lahoz y Andújar Oliver declinaron su participación en este reportaje. No hay un gran optimismo sobre el nivel actual del arbitraje español, salvo en la opinión de Rafa Guerrero: "Están más preparados que en mi época. Antes podían destacar cuatro o cinco y el resto bajaban un peldaño o dos. Ahora hay más igualdad. En mi época no existía el VAR y ahora es un complemento que lo ha cambiado todo. Cuando quiero ver cómo se comporta un árbitro realmente me voy a Primera Federación. Allí veo la pureza. Son dos mundos diferentes, arbitrar con VAR o sin él". Para Pedro Martín "los árbitros españoles no son valorados como corresponde al mejor fútbol del mundo por títulos de clubes y selección. Puede que influya que en esos organismos no tenemos mucha influencia y también creo que, aunque el nivel medio es alto, faltan figuras que destaquen especialmente". Pável también constata una regresión: "Son tres temporadas siendo el arbitraje más designado en Europa y este año creo que ya no va a ocurrir. Primero porque estuvimos dos semanas en la nevera y luego porque parece que UEFA ha cambiado su forma de trabajar y ya no vemos a los grandes árbitros que lo pitaban todo. Empiezan a aparecer chavales para remover el avispero. Entre el caso Negreira y la marcha de Mateu Lahoz y Del Cerro Grande, que eran dos trasatlánticos, y Gil Manzano que no sé qué le pasa desde el día de Mestalla contra el Madrid que no levanta cabeza, faltan referentes. Sánchez Martínez no gusta en Europa".

Son los especialistas arbitrales que defienden su labor y la necesidad de la crítica. "La crítica es vital y necesaria. Pasar la mano al árbitro no sirve de nada. Se trata de utilizar las palabras correctas y no faltar a nadie. Yo fui de los más vilipendiados en mi época como asistente. Lo que viví no lo quiero para otros, pero tampoco puedo pensar en eso y suavizarlo" asegura Rafa Guerrero y Pérez Burrull también lo defiende desde su óptica: "Yo digo lo que pienso porque siempre pienso como árbitro. Intento explicar las cosas. Al final todo es opinable. Trato de tener cierta independencia. Huyo de polémicas para hacerlo divertido en la medida de lo posible. Cuando eres árbitro estás a más distancia de la prensa y no es que los veas como enemigos, pero sí lejos. Me gusta ver cómo se valora el arbitraje desde fuera"