BARCELONA-ATLÉTICO DE MADRID

El día que compararon a Nano con Rivaldo: "Me perjudicó más que benefició"

El exjugador del Barça y Atlético, entre otros, atiende a Relevo y repasa su carrera en el fútbol.

Fernando Macedo da Silva, 'Nano', jugó dos temporadas en el Atlético de Madrid, de 2003 a 2005. /EFE
Fernando Macedo da Silva, 'Nano', jugó dos temporadas en el Atlético de Madrid, de 2003 a 2005. EFE
José Luis Guerrero

José Luis Guerrero

Fernando Macedo da Silva (A Coruña), conocido futbolísticamente como Nano, acaba de cumplir 41 años. En su día fue uno de esos niños precoces. El Barça le reclutó con 15 años para La Masia, debutó con 17 años a las órdenes Van Gaal y le pusieron la etiqueta del "Rivaldo gallego". El Arsenal ofreció 100 millones de pesetas por él cuando aún no tenía un contrato profesional. A Nano le bastaba con cambiar de residencia para formalizar su traspaso. "Lo primero que hice cuando me lo hicieron fue comprarme un piso y decirles a mis padres que se vinieran a vivir conmigo", recuerda en Relevo.

Actualmente ejerce de profesor de fútbol y coordinador de atletismo en el colegio Obradoiro, así como técnico de fútbol base en el Depor. Trabaja rodeado de niños. Fue campeón de España de atletismo con 14 años: 9,2 segundos en 80 metros, 17,1 segundos en 150 y 6,21 metros en salto de longitud. En su día tuvo que elegir entre el fútbol y el atletismo. Eligió el balón y militó en nueve equipos durante su trayectoria profesional, en la que jugó 440 partidos.

«Lo tenía todo firmado con el Arsenal».

En el Barça no gozó de continuidad y con la llegada de Rijkaard se marchó con la carta de libertad al Atlético de Madrid, donde completó dos temporadas (con Manzano y Ferrando) para acabar cedido en el Getafe. Después, tardó seis años en regresar a Primera tras sus periplos en el Cádiz, Racing de Ferrol (Segunda B) y Numancia hasta que le fichó Osasuna. Empezó de extremo y acabó de central en el Racing de Ferrol...

¿Cuántos chavales tienes a tu cargo en el cole?

A sesenta y pico.

Eso es vocación, aguantar a la chavalería…

Me vienen buenos recuerdos de cuando estudiaba. Tengo una niña de 13 años y uno de 11. Ambos hacen atletismo aparte del fútbol.

Estudiar y entrenar. ¿Cómo lo llevaste cuando fuiste al Barça?

A La Masia llegué cuando estaba en segundo de BUP, en Cadete A. Allí te daban facilidades. Por las mañanas ibas al colegio, como un niño normal, luego llegabas a La Masia, comías, descansabas un poco y te ibas a entrenar. Ahora todo ha evolucionado y se encuentran con más facilidades a nivel de estudio.

Con el paso del tiempo y su perspectiva de padre, ¿recomendarías lo que hiciste tú de marcharte tan joven de A Coruña a Barcelona?

Sinceramente, con la buena experiencia que tuve, no lo dudaría en ningún momento. Es una oportunidad única para seguir creciendo, para que madure y adquiera unos valores fuera de casa. Sería una experiencia muy buena.

¿No sufriste en algún momento?

Los inicios fueron muy duros. Me costó adaptarme. Soy hijo único y mis padres sufrieron.

¿Quiénes fueron tus compañeros en ese primer Barça al que llegó?

Víctor Valdes, Reina, Arteta, Fernando Navarro… El primer año quedamos campeones de España.

¿Puede un niño divertirse con tanta presión alrededor?

Digamos que la experiencia en La Masia te prepara un poco para lo que te espera en el futuro. Hasta los 15 años jugaba en un equipo de mi ciudad, en A Coruña, con mis amigos. Cuando llegué a Barcelona me cambió todo: la competencia que había en el equipo y el fútbol lo veías ya desde otro prisma. Te hace madurar. Yo fiché en el verano del 97 por el Barça y cuando llegué a mi casa, por las vacaciones de Navidad, recuerdo perfectamente decir a mis padres que no quería volver. No era feliz. Echaba de menos todo: mis amigos, mi casa.... Mi padre me dijo que ya que había ido, que al menos acabara la temporada y luego si no me iban bien las cosas, me volvía. Pero fue volver de vacaciones, empezar a jugar y marcar goles.

Nano y Puyol, en sus inicios en el FC Barcelona.  EFE
Nano y Puyol, en sus inicios en el FC Barcelona. EFE

¿Cuándo te das cuenta de que vas a vivir de esto del fútbol?

Quizás el año que hago la pretemporada con el primer equipo y me hicieron un contrato profesional. Antes, por ejemplo, lo tenía todo hecho para irme a Inglaterra. Cuando estaba en el Juvenil y acabé siendo campeón de Europa con la Sub-16. El Arsenal estaba muy interesado. Mis padres habían ido cuatro o cinco veces a Londres, con el colegio elegido y todo. Hasta que Serra Ferrer tuvo una reunión con mi padre, en A Coruña, luego otra con Núñez y al final me hicieron contrato profesional.

Y haces la pretemporada con Van Gaal…

Sí, era muy metódico. También subieron Puyol y Xavi. Tengo muy buen recuerdo porque Van Gaal siempre tuvo un trato conmigo muy bueno. Me enseñó mucho a nivel táctico y de juego. Al final solo con entrenar con ese tipo de jugadores hace que mejores muchísimo.

Tú tendrías claro que debías estudiar inglés: bien para ir a Londres o bien para entenderte en un vestuario culé repleto de holandeses…

(Ríe) Sí. Reiziger, los De Boer, Kluivert, Overmars, Cocu… Fue una experiencia única. Me hizo gracia esa época porque era un niño que estaba entrenando con sus ídolos. Aprendí mucho a nivel futbolístico.

Y cuando te catalogaron como el "Rivaldo gallego", ¿te favoreció o te perjudicó?

Me perjudicó claramente. A todo el mundo le gusta que le echen piropos, pero con 17 años que me comparasen con el mejor del mundo resultaba una diferencia abismal. No sentía presión, pero sí a la larga me perjudicó más que benefició la comparación con Rivaldo.

Nano posa junto a Toni Muñoz, director deportivo del Atlético de Madrid en el verano de 2003.  EFE
Nano posa junto a Toni Muñoz, director deportivo del Atlético de Madrid en el verano de 2003. EFE

¿Quién te enseñó más en esa época?

Mi padre. Mis padres siempre estuvieron ahí. Ya sabes que, con 17 años, si la cabeza no te funciona, no llegas a la élite. Coincidí con compañeros que tenían muy buenas condiciones, pero no pudieron llegar.

¿Y por qué crees que no se te fue la cabeza?

Yo al firmar el primer contrato profesional, me compré un piso y le dije a mis padres que se vinieran a vivir conmigo. De los 15 a los 17 años estuve en La Masia y de los 17 a los 21, con mis padres en Barcelona hasta que me fui al Atlético de Madrid.

Coincidiste con Luis Enrique, Guardiola. Figo… ¿Te preguntan tus hijos por ello?

No me preguntan mucho. Ellos son pequeños y lógicamente esa época no la conocen, pero sí al Guardiola entrenador, por ejemplo. Al principio no se lo creían hasta que les enseñaba fotos.

Y tras el Barça, turno del Atleti…

Digamos que con Manzano fue la primera vez que pertenecía a una plantilla de Primera a todos los efectos, porque en el Barça mi sitio y ficha era en el filial. Ese primer año en el Atleti empecé bastante bien, pese a que comenzara jugando Musampa. No nos metimos en UEFA, porque acabamos en la séptima posición empatados con el Sevilla. Luego con Ferrando, las cosas cambiaron y jugué menos. Al tercer año de contrato, me tuve que ir al Getafe.

«Mi carrera fue como una montaña rusa».

¿Qué recuerdos tienes del Calderón?

Como afición es una de las mejores. En la época que estuve yo fueron años complicados, en comparación con hoy en día. El ambiente del Calderón era impresionante y lo sentías nada más llegar en autobús..

Tan complicados esos años que los ultras invadieron un día el campo de entrenamiento…

Soy una persona bastante tranquila y pensé: "No creo que salten al campo". Pero cuando lo vi dije: "No puede ser". El entrenador de porteros y los capitanes fueron a hablar con ellos. Se hablaron las cosas para que el equipo espabilase, porque teníamos malos resultados.

¿Con quién sigues llevándote de tus años en el Atleti?

Con Fernando Torres. Hice mucha relación con él. Por ejemplo, hace poco vino a jugar contra el Depor, con su Juvenil, y estuvimos juntos.

Tras lo de Getafe, vives un carrusel de equipos y muchos años en Segunda. Volviste a Primera seis años después. ¿Más mérito eso que debutar en el Barça con 17 años?

Me lo dice mucha gente: "Tu trayectoria ha sido como una montaña rusa". Se dieron las circunstancias así. En Cádiz se juntaron una serie de circunstancias desfavorables. A los tres meses echan a Oli, que fue quien me llevó, y quedamos quintos. Al año siguiente fue para mí catastrófico, el peor de mi carrera.

¿Pediste ayuda a un psicólogo?

En mi carrera no he necesitado nunca de psicólogos, pero es verdad que en la actualidad el fútbol ha evolucionado en todas las ramas. En mi época no tanto. Saqué fuerza interior para confiar en mí mismo y no desistir de mi trabajo.

Nano, cuando fichó por el Cádiz en 2006.  EFE
Nano, cuando fichó por el Cádiz en 2006. EFE

Te voy a nombrar diferentes entrenadores de tu carrera y tú me dices lo primero que se te pase por la cabeza: Miguel Ángel Tena.

Grandísimo compañero, gran entrenador y un gran amigo.

Quique Costas.

Un fenómeno. Mucho cariño, mucha pasión. Como un padre para mí.

Machín.

Gran entrenador, aprendí mucho con él.

Arconada.

Entrenador exigente y del que aprendí muchos valores.

Manzano.

Psicólogo. El trato personal conmigo fue muy bueno. Fue el que me dio la oportunidad de disfrutar de la Primera.

Unzué.

No tengo palabras de agradecimiento hacia él. Teníamos grandes charlas de fútbol. Grandísima persona y muy metódico. Una pena lo que le está pasando. Hablé con él y le brindé mi apoyo para lo que pudiera necesitar.

Gonzalvo.

Me dio la oportunidad de debutar en el Barça B.

Mendilibar.

Muy exigente, con gran carácter. A pesar de que no jugué mucho con él, acabé contento. En todos los equipos que estuvo sacó rendimiento.

Ferrando.

Me metes en un compromiso (bromea). No tengo nada contra él pero prefería otro tipo de jugador que no fuera yo.

Schuster.

Lo mismo que Ferrando. Entrenador pues bueno… (piensa). Un entrenador con un carácter complicado y ahí lo dejamos.

Si quieres no me digas el nombre, ¿cuál fue la peor bronca que te has llevado de un entrenador?

Sinceramente, por como soy yo, nunca he tenido ninguna bronca. Quizás por su carácter y sus formas de expresarte, con Mendilibar, cuando estaba en Osasuna.

Ahora dime algo de Cádiz.

Un club complicado, sobre todo los dos años que estuve yo con muchos cambios de entrenadores y presidentes.

Nano acabó su etapa de futbolista en el Racing Ferrol. EFE
Nano acabó su etapa de futbolista en el Racing Ferrol. EFE

¿Y del Racing de Ferrol?

Como en mi casa. Club muy humilde y muy trabajador. A ver si vuelven a Segunda junto al Deportivo. Jugué de todo menos de portero.

Del Numancia.

Tengo un especial cariño por los tres años que estuve en Soria. Mis hijos nacieron allí.

De Osasuna.

Nos salvamos en la penúltima jornada, pero la afición estuvo animando toda la temporada a muerte. Chapó por ellos.

Del Alavés.

Una experiencia un poco como Osasuna: nos salvamos en la última jornada en Jaén.

Por último, ¿qué es lo más importante que debe tener un niño que aspira a ser futbolista?

Paciencia y que disfrute del juego. El resto, ya llegará.