Bellingham olvida su enfado y vuelve a brillar en su posición
El crack británico del Real Madrid firmó un partido fantástico contra Osasuna, con gol y asistencia.
El pasado sábado fue un día señalado en la temporada del Real Madrid. El equipo blanco llegaba en plena crisis al duelo contra Osasuna, tras encadenar dos derrotas muy dolorosas y con Ancelotti en el disparadero. La plantilla respondió, en una jornada que se recordará por la trágica primera mitad de lesiones y por el hat-trick de Vinicius. Aunque también ocurrió algo decisivo en la temporada merengue: Bellingham volvió a ser él.
El futbolista inglés al fin brilló de nuevo con el Real Madrid, imponiéndose a las malas sensaciones que arrastraba durante todo este curso. No estaba siendo el Bellingham que conocimos la temporada anterior. Hasta el duelo contra Osasuna, en el que el británico se desquitó y cuajó un encuentro prodigioso. Jude, como le llaman en el vestuario, lideró a los suyos por todo el campo. Se apoderó del choque.
Además del juego, su aportación directa al triunfo. Bellingham marcó su primer gol de la temporada en el minuto 42, gracias a un primoroso envío de Raúl Asencio. 179 después, el ansiado tanto. El '5' del Real Madrid no veía puerta desde el 14 de mayo, cuando anotó en la goleada de los blancos contra el Alavés en el Bernabéu. Y también entregó una asistencia, para que Vinicius abriese la lata en el 34'.
Bellingham recuperó la sonrisa en un partido completísimo. Sólo falló tres pases, de 47 que dio. Acertó en los tres balones largos que intentó, completó tres regates con éxito, ganó cuatro duelos y guió a los suyos con autoridad. El Bernabéu entonó el 'Hey Jude' y el crack merengue disfrutó con su afición.
De pronto quedaron atrás estas semanas en las que Bellingham seguía contrariado. Dentro del club cuentan que Jude no estaba pasando por su mejor momento, y el futbolista lo hizo visible en varios episodios, como el día del Clásico. Entre todos los jugadores, llamó la atención el enfado de un futbolista en especial, que abandonó el Bernabéu muy mosqueado aquel sábado. Era Bellingham.
El motivo principal de los problemas: su posición en el campo. Bellingham no se estaba sintiendo cómodo en estos primeros meses de competición, y Ancelotti no daba con la tecla para incluirle con brillo en su esquema. La llegada de Mbappé ha hecho saltar por los aires el plan de juego del año pasado, y aún siguen a vueltas con la formación, aunque contra Osasuna llegaron los brotes verdes.
El técnico italiano probó a Bellingham como interior derecho en Vigo y lo repitió en la primera parte contra el Borussia Dortmund en el Bernabéu. No dio resultado, y ya desplazó al inglés a la izquierda. Con el británico siempre mucho más retrasado en el campo que en la campaña anterior.
El sábado cambió la película. Bellingham inició orientado a la banda izquierda pero pronto fue ocupando su territorio, al que nos acostumbró en su año de debut con el Real Madrid: la posición de mediapunta, con libertad para moverse a su antojo, amenazando en todo momento las zonas de gol.
Y así, el Real Madrid y Bellingham volvieron a bordar el fútbol. Con el '5' en esa demarcación de enganche moderno, ayudando en defensa con su exuberancia física, enlazando conducciones, en contacto continuo con el balón y llegando desde atrás para decidir en el marcador. Ancelotti perdió tres piezas contra Osasuna pero recuperó a una de las más importantes. Bellingham tiene que jugar por el centro, desde su mediapunta.