Un 16-7 contra el Barcelona que le cuesta tres títulos al Real Madrid y obliga a otra revolución de Florentino Pérez más allá de Xabi Alonso
El equipo blanco tocó fondo en el Clásico y despide la temporada sin grandes títulos tres años después.

Se acabó la temporada del Real Madrid. No en lo práctico, pues todavía debe jugar tres partidos, pero sí en lo efectivo con la derrota en el Clásico con la que se despidió de la Liga y, con ella, de todos los títulos en juego esta temporada. Ganó la Supercopa de Europa y la Intercontinental, pero cayó en Champions League, Copa del Rey, Supercopa de España y la ya citada Liga para finalizar con un sabor más que amargo y que invita a una profunda reflexión. Porque más allá de la derrota, la imagen que ha dejado el equipo no deja lugar a dudas: se ha vivido una crisis que obliga a una revolución de Florentino Pérez para solucionarla.
En tres de los cuatro trofeos que se ha dejado por el camino, un denominador común: el FC Barcelona. Los de Hansi Flick han protagonizado noches de pesadilla contra los blancos, a los que les han tomado la medida sin lugar a dudas. Cinco Clásicos que se cuentan por cinco derrotas madridistas en esta 2024/25. Y un balance de 16-7 en goles favorable a los blaugranas, sustentado en tres partidos en los que marcaron más de cuatro. Gracias en parte a este historial han conseguido levantar la Supercopa, la Copa del Rey y La Liga.
El Madrid vuelve al desierto de no conquistar un gran título. La última vez fue la 2020/21, con Zidane en el banquillo. Acabó con el francés dejando su puesto y con la llegada de Carlo Ancelotti. Desde entonces, dos Champions League, dos Ligas y una Copa del Rey. Como siempre en el Bernabéu, los títulos marcan el devenir de los entrenadores y en el caso de Ancelotti no había dudas, incluso antes de que perdiese contra el Barcelona. Dentro ya sabían que su ciclo había terminado.
Y no sólo el del técnico. Dentro del club no son ajenos al nivel que ha demostrado el equipo esta temporada y ven cómo muchos de sus futbolistas se han devaluado notablemente esta temporada. Por ello, se vienen cambios también en la plantilla. Además de Alexander-Arnold, un lateral izquierdo, un centrocampista y un central son los objetivos en el mercado. También hay futbolistas a los que se les quiere buscar una salida, aunque esto será aún más complicado. En resumidas cuentas, un lavado de cara que permita cambiar la dinámica empezando por el Mundial de Clubes de verano.
La primera piedra será la llegada de Xabi Alonso. El tolosarra se mete en un vestuario con ciertos vicios adquiridos y con la moral por los suelos. Seguro le tocará tomar decisiones incómodas, pero lo entiende a la perfección. Él estuvo con las botas puestas como un jugador más no hace demasiado. Vivió otras crisis y lidió con la presión constante que supone ponerse la camiseta merengue. Al mismo tiempo, sabe que el club no siempre facilita las cosas a sus técnicos, y si no que se lo digan a Ancelotti. Para empezar, quería a Zubimendi y el de la Real jugará en el Arsenal.
Florentino ha apostado en los últimos años por una transición dulce. Ir dando salida a jugadores capitales como Cristiano, Ramos o Casemiro para apostar por jóvenes emergentes. Sin embargo, este año el equipo necesitará algo más. Tiene materia prima para trabajar, pero se le ve cojo en demasiadas posiciones como para pensar en un cambio radical sin fichajes de por medio.
A partir de este mes han empezado a moverse la piezas en Valdebebas. Viajes, reuniones, llamadas... trabajo en silencio para cocinar lo que viene. Sin locuras, midiendo cada paso y no gastando de más. Lo económico tiene un peso casi tan importante como lo deportivo. Pero en esto último hay mucho que mejorar y el Madrid lo sabe.