El Barça tiene un problema y Xavi se queda sin excusas
El conjunto azulgrana sufrió una derrota dolorosa y sigue sin arrancar. El técnico habló de estar "en construcción".
En el azaroso mundo del fútbol, los detalles cuentan y pueden marcar el camino. Lo explicó bien Xavi Hernández en la sala de prensa; mustio y con cara de pocos amigos después del 2-4 ante el Girona, un resultado dañino. Es cierto que el Barcelona remató el doble (31 a 15) que el equipo de Míchel y que hubo momentos sobre el césped de Montjuïc donde pudo marcar el 2-1 o el 3-3 que hubieran evitado la hecatombe, pero la imagen del conjunto azulgrana fue de nuevo contradictoria, redundante, con un brillo fugaz y unas sombras permanentes. El Barça no acaba de arrancar y Xavi se queda sin justificaciones mientras el Girona se escapa a siete puntos y el Real Madrid a cinco.
Es patente que el Barça tiene un problema de juego y de resultados desde el comienzo de curso, pero también de percepción, como se apreció después del encuentro. Xavi habló de que el equipo había hecho "un buen partido" pero que le había faltado "efectividad" y "contundencia defensiva". No opinó lo mismo el director deportivo, Deco, quien reconoció el buen inicio azulgrana pero concluyó en que "no hicimos un buen partido". También el portugués zanjó la temática iniciada esta misma semana por Joan Laporta sobre la compra de Joao Félix y Joao Cancelo. "Es momento del día a día y no de hablar de los cedidos", dijo en Dazn.
El camino del Barcelona a lo largo de los cuatro meses que ya se llevan de competición ha sido lineal, siempre en alerta por las sensaciones de un equipo acostumbrado a solventar sus partidos por un gol de diferencia en el tramo final. Los de Xavi, además, han perdido su excelencia defensiva (el curso pasado solo recibieron en LaLiga 20 goles y en esta campaña llevan 18 en 16 partidos) y las lesiones servían, de puertas para adentro, de excusa por el rendimiento ofrecido, aunque el técnico reiterase siempre en sus conferencias de prensa que "no va a ser ninguna excusa tener muchas bajas". Recuperados Pedri, De Jong o Lewandowski, el Barcelona remontó al Oporto (2-1) y ganó al Atlético de Madrid (1-0), en un partido que se calificó como uno de los mejores del curso pero cuyo jugador más determinante fue el meta Iñaki Peña, autor de dos paradas vitales en el tramo final y a quien abrazó Xavi nada más acabar el partido.
Xavi, sobre cómo ve a su equipo.
— Relevo (@relevo) December 10, 2023
💬 "Es una derrota abultada. Es un paso atrás. Tenemos un Barça en construcción". pic.twitter.com/XJhjQYt8rn
El duelo ante el Girona, que estaba marcado en rojo, ofrece de nuevo una cara conocida y gris del Barça, que evidencia un primer problema que se intentará subsanar en el mercado de invierno. La llegada de Vitor Roque puede ser una solución a la falta de desequilibrio y eficacia en ataque, mientras que la de un mediocentro posicional se espera como agua de mayo aunque la entidad necesita liquidez: el Girona hurgó en esa zona, lo que le ayudó a generar sus rápidas transiciones que propiciaron los goles.
Al margen de solucionar estas dificultades en el mercado, el Barcelona enseña las costuras en aspectos tácticos, y el Girona fue el espejo ideal para mostrarlo. Este es el segundo y el problema más grave. El equipo ataca desordenado y solo encuentra a Lewandowski en los centros laterales, aunque generase el domingo ocasiones propiciadas por el balón parado, los lanzamientos desde fuera del área o desde los costados. Tampoco es eficaz defendiendo hacia detrás, "poco intenso" en la presión como dijo Xavi y fallón en los duelos individuales. Jugadores como Koundé o Cancelo no acaban de dar solidez defensiva, mientras que el mediocampo y los extremos sufren a la hora de hacer las ayudas. Si el Girona dominó la puesta en escena y los cambios funcionaron como un reloj suizo, todo en el Barça aconteció por talento y oleadas. Una constante en un Barça "en construcción", como dice Xavi, después de dos años y un mes en el banquillo. Los problemas no se han ido de Montjuïc.