El ADN Barça de Bartra y el peso de ser capitán: "Estoy preparado; desde Puyol a Ramos y Joaquín, he aprendido de los mejores"
El central repasa su amplia trayectoria en el fútbol hasta convertirse en uno de los líderes del vestuario verdiblanco.
Tras regresar este lunes a los entrenamientos con el Betis, Marc Bartra (Sant Jaume dels Domenys, 1991) sólo piensa en volver a jugar. La grave lesión que lo apartó diez meses del equipo verdiblanco lo ha devuelto con más ganas que nunca de reivindicarse dentro del terreno de juego. La experiencia acumulada a lo largo de su trayectoria, tanto en los momentos positivos como en los negativos, le otorga un bagaje que le hace vivir con más intensidad este momento de su etapa deportiva.
Sus inicios en el Barcelona, con aquel equipo de ensueño que lideraba Leo Messi, su paso por el Borussia Dortmund y su ida y vuelta al Betis, con ese año en el Trabzonspor como aventura exótica, los repasa Bartra en esta segunda parte de la entrevista con Relevo. "Tuve que silenciar las redes durante dos meses", cuenta el defensa sobre su llegada al equipo turco y después de esa difícil decisión de abandonar Heliópolis por el bien común.
Toda esta trayectoria convierte al catalán en un peso pesado del vestuario verdiblanco, donde está llamado a ocupar un rol principal tras las salidas de otros como Germán Pezzella o Guido Rodríguez. "Me sentí agradecido de que prácticamente todos los compañeros me votasen como uno de los capitanes", admite Bartra, que recibe con los brazos abiertos a Gio Lo Celso, y que también quiere marcar objetivos ambiciosos para un Betis al que ha visto en continuo crecimiento durante los seis últimos años.
¿Qué diferencias existen entre el Bartra que llegó al Betis en 2018 y el actual?
Muchísimas. De joven empecé en el mejor equipo que había en el mundo en ese momento, jugué más de 100 partidos con el Barcelona. Luego me tocó a ir a Alemania, que para mí fue un máster. El Barça te prepara para jugar en el primer equipo del Barça, pero cuando sales no es fácil. Te encuentras otra cultura y un club con una forma de jugar distinta. En esos casi dos años, llegué como un niño y me hice un hombre de verdad. Tuve la suerte de venir al Betis después con un gran aprendizaje. Estos años en el Betis los he disfrutado un montón, han sido años muy bonitos. Desde la llegada de Ángel Haro y José Miguel el club ha ido creciendo muchísimo. Hay unos fundamentos bien hechos y he tenido la suerte de vivirlo siendo uno de los primeros fichajes. He visto entrar y salir del Betis jugadores de mucho peso y nivel, y el Betis ha seguido estando ahí, jugando en Europa y estando entre los 6-7 primeros de LaLiga. No es casualidad.
Con la perspectiva del tiempo, ¿esperaba que se identificaría con el Betis de esta manera?
El paso del Dortmund al Betis se hizo en cuatro días. Hablé con Serra (Ferrer) y luego con Quique (Setién), y todo fue muy rápido. Fue un choque al llegar, la cantidad de cosas bonitas que me decía la gente, lo orgullosa que estaba por la calle, en el club, el mismo Serra la cara de alegría que tenía cuando pisé Sevilla, y sentía que aquí había algo especial. No es un club más. El Betis es más que fútbol, es un sentimiento de los aficionados, el que es del Betis lo es a morir. Soy un tío bastante sentimental y me caló enseguida. Gracias a ello, los primeros seis meses fueron increíbles, entramos en Europa después de muchos años. Luego, hubo el año del Covid con Rubi a nivel personal no estuve bien ni tampoco los resultados. La llegada de Pellegrini fue una bendición para el club, para nosotros, se forjó algo muy bonito que está dando sus frutos.
Llegó el verano de 2022 y se marchó a Turquía. ¿Se arrepiente de aquella decisión?
Yo quería seguir en el Betis, estaba muy feliz, habíamos ganado la Copa y estaba mejor que nunca. De un día para otro me dijeron que había un acuerdo entre clubes, sin yo saber del todo lo que había. Me preguntaron qué haría, pero el club estaba muy necesitado. Querían que siguiera, pero había necesidad, a nivel de contrato al irme podía liberar y que hubiera más compañeros. El Trabzonspor había sido campeón de Turquía, tenían muchas ganas de que fuera y podían estar en Champions. Fue una decisión muy rápida, muy complicada y llegar allí mentalmente no fue fácil. Tuve que silenciar las redes del club y de mis compañeros, los echaba mucho de menos. A los dos meses acepté la situación, aunque allí me trataron mucho con cariño. Había un objetivo claro de hacer algo histórico en Europa, me empapé y estuve muy contento del rendimiento que pude dar.
¿Qué se encontró en Trebisonda?
Una cultura muy distinta, gente muy pasional y cariñosa, pero no fue fácil. El idioma, ellos venían de ganar la liga, pero con muchos cambios de un año a otro. Además, tenía a mis hijos aquí en España, a nivel personal no fue fácil estar lejos de ellos. A nivel de club e institución estoy muy agradecido, es un club grande en Turquía, me trataron fenomenal. Tengo un buen recuerdo.
Antes hablaba del Barcelona. ¿Cómo se ve desde la distancia haber estado en el mejor equipo del mundo?
Fueron cuatro años de primer equipo, viviendo todo, más los años en el Barça B subiendo y bajando pero estando en el día a día. Fue un privilegio increíble. Estar con el mejor jugador de la historia del fútbol, compañeros que había ganando un Mundial, Eurocopas… Siendo muy parte de ello y luego estando en la Selección dos años y medio. Estaba viviendo un sueño, fui muy feliz y son años que quedarán para siempre.
Ahora vemos a otros jóvenes allí como Pau Cubarsí. ¿Se ve reflejado en él?
Cuando lo veo me alegro un montón, es un chico que ha pasado que viví yo en las inferiores y luego llegar al primer equipo. A mí no me pasó tan pronto, pero ojalá se puede ir manteniendo muchos más años. Tiene ADN Barça, tiene personalidad. Son unos años que evidentemente el Barça no es como era antes, que había un Piqué, un Puyol o Mascherano consolidadísimos. Ha podido sacar cabeza y es importante para el club. Si algo hay en el Barça es lo que tira hacia delante es La Masia. Luego los que vienen de fuera son los que el salto de nivel para estar en lo más grandes del mundo. Pero La Masia es lo que tira hacia delante el club, la prueba es que los años en que lo ganábamos todo era cuando más gente había de la casa. Cuando sube gente como Lamine, Cubarsí, Fermín, Gavi… Es fundamental y que haya un entrenador que cuente con ellos y que les dé la confianza para estar en ese nivel.
¿Es tan difícil ser defensa del Barcelona como parece desde fuera?
Es un estilo muy marcado, muy específico. Para mí fue un reto cuando salí, quería ser titular en un grande de Europa. Defensas centrales que salían del Barça y lo pudieran hacer no había muchos casos. El poder de la adaptación es lo más importante, fue un máster con Tuchel desde el primer día, con dobles sesiones para ganar físico, analistas que me ayudaron para estar mejor, más concentrado y mejor colocado en el campo. Di un salto grande de crecimiento. El Barça te prepara para ser jugador del primer equipo, pero cuando sales no es fácil y nadie te regala nada.
En Dortmund todavía se acuerdan de ti...
Sí, muchísimo. De hecho, el fin de semana había un partido porque se retiró Piszczek, que fue compañero mío, y me invitaron para ir, pero obviamente no podía porque tenía entrenamiento. Y también en la final de Champions el presidente me invitó para que fuera y lo agradeces. Es un club muy familiar, con una gran afición que me tiene cariño, siempre en redes me escriben muchísimo. Siempre he dicho que es importante dejar huella ahí donde pasas, pero huella de la buena, huella de esa que la gente te pueda recordar siendo una buena persona, y luego siendo un gran profesional que diste todo del primer día hasta el último, porque al final es por lo que nos contratan y por lo que quieren que demos lo mejor de nosotros mismos.
Con toda esa experiencia acumulada, habiendo jugador con Puyol o Mascherano... ¿Te sientes ahora que eres tú el que tiene que dar consejos y ayudar a los más jóvenes?
Más que dar consejos, creo que es ser lo que soy. Es tener esa responsabilidad, esa motivación, esa actitud diaria de querer crecer uno mismo, pero también que los compañeros, en ese aspecto, que den la mejor versión que puedan dar. Si eres un ejemplo por todo lo que has vivido y eres uno de los que llevas más años, evidentemente que, en ese aspecto, estoy preparadísimo porque he podido coger los mejores ejemplos. Desde Puyol a Ramos con la Selección, gente que es muy líder y he podido aprender de los mejores. En el Betis, gente como Joaquín, como Guardado, que sabe lo que es ser capitán en un Mundial. He aprendido muchísimo de ellos en ese aspecto porque creo que han sido fundamentales durante años. Ves que ahora no están, que tienes que dar ese paso adelante y me siento preparadísimo.
Han salido jugadores como Germán Pezzella o Guido Rodríguez y el vestuario necesita líderes...
Sí, totalmente. Me sentí muy agradecido cuando vi que prácticamente todos los compañeros me votaron como para ser uno de los capitanes. El primer capitán es Isco después de la salida de Nabil. Luego ya vengo yo, después Aitor... Somos jugadores que sabemos lo que es estar aquí y sabemos lo que implica llevar la camiseta del Betis. Sabemos, sobre todo, ese sentimiento que hay en el club, no sólo en la afición, sino también en los trabajadores, en los que están en el día a día aquí. Sabemos que hay que tener ese gen ganador, que pueden venir momentos difíciles, pero que es muy importante esa comunión no sólo dentro del vestuario, que la hay, que hay esa familia, que la estamos constituyendo ya de hace mucho tiempo, sino que también que haya comunión con la afición. Creo que eso es primordial en este club. Te pueden salir peor o mejor las cosas, pero el dejarte todo, el vaciarte en los partidos, en ganar duelos, en correr, en estar compactos, en ser un equipo... Todo se crea desde dentro, desde fuera hacia adentro. Todo es desde el vestuario, desde ser una familia nosotros, desde que se nos vea unidos, que se nos vea que no nos descomponemos, que esa familia está ahí. Yo creo que todo luego va a venir rodado para que sea un gran año, que no sea un año más, que sea un año que se diga, guau, míralos, ahí están. Y yo creo que se puede y tenemos esas ganas, esa ambición para poder conseguirlo.
¿Eres un capitán de los que da voces en el vestuario?
En el día a día prefiero predicar con el ejemplo. Al final, los jugadores son inteligentes todos, los compañeros saben, ven y lo huelen. Si ven que hay gente que llevamos más tiempo aquí, que entre nosotros estamos implicados y que existe esa ambición por y para el equipo, por y para el Betis, hasta los más jóvenes lo palpan desde el minuto uno. Si ven que tú vas así, yo también tengo que ir. Pero si en algún momento hay que pegar alguna voz o hay que decir algo, para eso estamos, para eso hemos vivido todo lo que hemos vivido. También te digo que desde el primer día que vi el equipo en pretemporada y por cómo se entrenaba, ya me olía bien, me olía a compromiso, y eso es muy importante.
Hablas de hacer una gran temporada con el Betis. ¿Sientes que el paso adelante en Europa es más necesario que nunca?
Claro que sí, y al final, no todo se hace el día de mañana, está claro que pues hace siete años que se ha dado ese paso adelante en LaLiga, de estar entre los cinco, seis o siete primeros, con esa ambición de querer estar lo más arriba posible. Luego en Europa para hacer un buen papel es verdad que tienes que llevar años estando y compitiendo ahí. Cuando juegas competición europea todo se decide por detalles. Hay partidos que igual te llegan en una época que estás físicamente un poquito más mermado, pero ahí tienes que suplirlo con otras cosas como es la experiencia, como es el haber estado más tiempo en Europa y ese tiempo lo llevamos ya. Es momento de dar ese paso hacia adelante, creo que hay equipo para ello pero es verdad que hay que hacerlo en el campo.
Vamos a ir terminando... ¿Tuviste tiempo de hablar con Lo Celso?
Sí, sí, sí, hablé con él incluso hace meses y meses, y él está muy contento, está muy feliz. Cuando hay jugadores que han estado aquí y queremos volver, queremos estar aquí, dice mucho del club. Si cuando has estado no has estado bien entrenándote o has sentido que el vestuario no iba, nadie quiere volver luego. Se reúnen muchas cosas que hace que jugadores de ese nivel quieran venir, quieran volver y quieran jugar. Gio tiene ese sentimiento de pertenencia también. Desde que se fue, cada año le he ido diciendo que si iba a volver y él me decía: 'Marc, yo fui muy feliz ahí". Eso es algo importantísimo.
La profecía de la gorra se ha cumplido...
Lo de la gorra, ya había hablado de eso hace tiempo, ¿verdad? Sí, sí, hace ahora un año, ¿no? O un poquito menos, pero sí, bueno, es que vi la foto y dije, va, voy a felicitar a Leo (Messi) y de paso le dejo un recadito, que seguro que uno u otro lo va a leer y le va a llegar el mensaje. Y así fue.