La "barbaridad" que cambia el abismo de Las Palmas de Diego Martínez por la Champions: "Es un sueño, pero no nos lleva a donde queremos"
Solo Atlético y Madrid pueden superar los registros del equipo desde la llegada del nuevo técnico. Antes, eran colistas con tres puntos.
El pasado 5 de octubre Las Palmas tocó fondo. No fue capaz de sacar ni un mísero punto en casa ante un Celta de Vigo media hora con nueve futbolistas. Ya no solo fue no marcar, sino no merecerlo. La gota que colmó el vaso. Para entonces, el equipo tenía aroma de difunto. Pocas quinielas les daban un año más en Primera División. La distancia (5 puntos de desventaja con el Leganés) era el menor de los problemas. Las sensaciones eran nefastas y solo tres en el casillero el síntoma de un inicio difícil de empeorar. Luis Carrión, pese a gozar de plena confianza de la presidencia hasta entonces, no pudo salvar el puesto. No era fácil encontrar un técnico que se hiciese cargo de un banquillo inmerso en una crisis profunda. El valiente fue Diego Martínez y su rendimiento una buena muestra de que no hay proyecto hundido, sino solo un amplio trabajo por realizar.
La victoria ante el Valladolid les ha vuelto a consagrar como el equipo de moda en el campeonato nacional. Si ya hasta se puede decir que su situación es cómoda. Las Palmas está provisionalmente en la 13ª posición de la clasificación, con 18 puntos en su haber y cinco de ventaja con respecto al abismo. Es cierto que hay partidos pendientes y que incluso alguno de sus perseguidores tiene pendiente alguna cita aplazada. No obstante, quién les diría el pasado 5 de octubre que estarían en esta situación a día de hoy. Era prácticamente una utopía. En la pizarra de Diego Martínez está la respuesta de todo. Una gestión que ha convertido al que era colista en un equipo Champions. Ver para creer.
Diego Martínez afrontó este sábado su séptimo partido en el cargo en el campeonato de Liga. Desde entonces, cinco victorias y solo dos derrotas, ante el Atlético de Madrid y frente al Mallorca. No fueron precisamente caídas de deshonra. Contra los rojiblancos dieron una gran imagen y el duelo ante los bermellones fue aquel famoso en el que Muriqi hizo una peineta, se pitó penalti con barrera a favor de los bermellones y lo aprovecharon para ganar en una de las acciones más controvertidas de los últimos años. El resto de triunfos, merecidos, incluido uno épico ante el Barcelona en el Camp Nou. Una absoluta metamorfosis.
Estos resultados colocan a Las Palmas provisionalmente como mejor equipo del campeonato desde la llegada de Diego Martínez. Es algo engañoso, eso sí, porque el Atlético de Madrid suma los mismos puntos (15) y aún tiene un partido pendiente. También podría igualarle el Athletic Club (12) si vence su partido y le podría superar el Real Madrid (12) si gana su duelo de este fin de semana más el aplazado correspondiente al Valencia. Un dato que ni mucho menos es para quitar mérito a este despertar. El registro es atronador y no solo estudia un período en concreto, sino lo que ha ocurrido desde que cayeron al pozo de no puntuar como locales ante un Celta de Vigo con nueve.
Más allá de la innegable mano de Diego Martínez, varios hombres han levantado la mano como líderes de un equipo al que todo le sale. El mejor ejemplo es Sandro Ramírez, que ya dejó una buena imagen con Carrión. El delantero está en uno de los mejores momentos de su carrera deportiva, en punto álgido de potencia y con definiciones de jugador de élite. Ante el Real Valladolid, un disparo de categoría a la escuadra dio la victoria a los suyos. Antes, ya había anotado el primero. "Nos alegramos mucho por él, es un jugador que ha hecho un gran esfuerzo por recuperarse. Su trabajo siempre ha estado puesto al servicio del equipo. Tiene una muy buena mentalidad", define su entrenador.
Otro líder indiscutible de este equipo es Fabio Silva, que se ha propuesto dejar huella en la isla. Está cedido, pero juega como si llevara toda su vida en la cantera canaria. Un jugador total, un delantero que trabaja, corre, presiona, no duda en ayudar a sus compañeros, marca, se asocia y tiene un carácter que contagiar al resto, tan necesario un equipo de la parte baja. Campaña ha recuperado nivel, McKenna y McBurnie también presentan brotes verdes, Mika Mármol ha vuelto a sentirse futbolista...
Las Palmas vio cómo le crecían los enanos de su circo y ahora resulta que son expertos equilibristas. Su inmaculada racha les convierte a ojos del público en candidatos a salvación cómoda cuando hace apenas dos meses estaban sentenciados. Es la mano de un Diego Martínez que creyó en un proyecto en horas bajas. Todo trabajo tiene su recompensa. Sin embargo, desde dentro llaman a la calma: "Si nos dicen hace 60 días que íbamos a ganar cinco partidos de los siguientes siete, todos diríamos que era una barbaridad. Pero lo ha conseguido el equipo, con mucho esfuerzo, mucho trabajo, creyendo en sí mismo. Es verdad que esto es muy largo. La permanencia es el objetivo y se consigue allá por el mes de mayo. Ahora estos puntos no nos los quita nadie".
Y cierra con el lema que nadie esperaba: "18 puntos hace 60 días era un sueño, pero este sueño no nos lleva a lo que queremos, que es la permanencia".