Ancelotti admite su peor error con el Real Madrid y revela su lucha con los móviles: "Hay adicción en el vestuario; un día dije 'ya no habrá más' y vino el capitán"
El técnico blanco concedió una entrevista a France Football: "Le exigí más sueldo al Madrid en 2014; fue el peor fallo que cometí".
Horas después de que Carlo Ancelotti compareciera en la sala de prensa de Valdebebas con un discurso como pocas veces se le han visto antes para valorar el momento del Real Madrid ("Las palabras se las lleva el viento; después de las palabras, hay que actuar"), France Football publicó una entrevista con el italiano. La charla, mucho más sosegada y reposada, fue con motivo de su premio Johann Cruyff a mejor técnico masculino. El técnico agradeció el galardón a la revista que organizó el Balón de Oro, ceremonia a la que no acudió, como nadie del club, como protesta por el no triunfo de Vinicius.
A lo largo de la entrevista repasó su carrera, habló de esas opiniones que aún le siguen viendo más como gestor que como enorme entrenador y de sus errores a lo largo de casi tres décadas de profesión.
"Este trofeo al mejor entrenador de la temporada significa que has conseguido algo con tu equipo, y esa es la mayor recompensa. Esto significa que mi equipo mostró sus cualidades y que pude utilizar todo el potencial que tenía en mis manos de la mejor manera posible. Estoy muy feliz y muy honrado de ganar este premio. ¿Si me considero el mejor entrenador de los últimos treinta años? No, no lo creo. Gané mucho, pero otros entrenadores incluso más que yo. (Alex) Ferguson, (Pep) Guardiola, o (Valeri) Lobanovski. Y, aunque pensara que soy el mejor entrenador de los últimos treinta años, ¿qué pasaría? ¿Me están haciendo una estatua? No, no. (risas)", declaró Ancelotti.
Una carrera se construye a base de éxitos y golpes. Todas las caras del prisma las ha conocido Carlo, que prefiere quedarse con todo lo positivo. Comenzando por el título que más ilusión le hizo: "Lo primero que pienso es mi primera Champions, que gané con el Milan en 2003. Hasta entonces había quedado muchas veces segundo. Pienso entonces en la Décima en 2014 y en la Decimocuarta en 2022. Todo el mundo pensaba entonces que mi carrera estaba en declive tras mis etapas en el Everton y el Nápoles, pero ganamos y es magnífico, muy especial".
En cuanto a los clubes que más le han marcado no se esconde. Nunca lo ha hecho, ni de forma privada ni pública. En France Football volvió a tirar de franqueza: "Los mejores clubes, puedo responder: el Milan y el Madrid. El mejor equipo, difícil de decir. He tenido el honor de dirigir jugadores y equipos fantásticos. Ni siquiera puedo enumerar los mejores futbolistas que he entrenado. Mi mejor once no existe, es imposible hacerlo. Sería casi una falta de respeto hacerlo. Sólo con los porteros... Tenía a Courtois, Casillas, Neuer, Cech, Buffon, Perruzi, Van der Sar, Sirigu... Qué jugadores tan increíbles. ¿Cómo puedes elegir?".
Errores y egos
La trayectoria de Ancelotti está lleva de decisiones acertadas. Pero los caminos nunca son llanos y quien más quien menos se arrepiente de algo cuando echa la mirada atrás. Hay un momento concreto que el técnico cambiaría. Así lo desveló en la revista francesa: "Es imposible tomar sólo buenas decisiones en treinta años. Por ejemplo, yo pasé un momento malo aquí en Madrid, después de mi primer año [2014-2015]. Estuve muy cerca de ampliar mi contrato, el club quería retenerme, pero presioné demasiado en relación a mi salario y pararon [fue despedido al acabar de la temporada]. Fue un error, el peor que pude haber cometido. Pero me permitió aprender".
Carletto puede presumir de haber tenido a sus órdenes a los mejores jugadores de cada época. Esta temporada ha sumado a su nómina a Mbappé, del que dice que "no tiene ego, en absoluto. Llegó aquí e inmediatamente se integró bien en el equipo, con sus compañeros, estableciendo buenas relaciones con ellos. Llegó con perfecto espíritu". Con experiencia con todo tipo de caracteres, el italiano reconoce que no se siente cómodo con las nuevas generaciones. El modo de ver la vida tiene poco que ver con la suya, admite: "Es un estilo diferente, una forma diferente de ver la vida. Para ellos es mucho más difícil. Tienen mucha más responsabilidad, juegan mucho más. La presión que tienen no es comparable a la de antes. No tenía ninguna presión cuando comencé. No me obligaron a jugar para mi familia. Mi madre ni siquiera quería que jugara. Tenía miedo de que pudiera lastimarme. Para las nuevas generaciones, la presión es muy fuerte. Y hay otra enfermedad, la adicción a sus teléfonos móviles. Tengo que luchar contra esto. Un día, en broma, les dije: "Estoy cansado de ver vuestros móviles en el vestuario. A partir de ahora ya no habrá más. Cuando venís a entrenar, lo dejáis". Los jugadores me dijeron: "¿Estás bromeando?" "No, lo digo muy en serio. A partir de mañana será así". Y me fui. Después del entrenamiento, el capitán vino a mi oficina: "No puedes hacer esto. ¡Esto es una locura, esto no puede suceder!". Imaginad...".
¿Qué futbolista le ha impactado más? Ancelotti enumera: "Paolo Maldini. Fue un jugador especial para mí. Había sido mi compañero de equipo, se convirtió en mi capitán. Y me ayudó mucho en Milán. Realmente teníamos una relación fuerte, fantástica. Ibrahimovic, por supuesto, con su carácter fuerte, su gran personalidad. Generalmente, los jugadores más importantes son los más fáciles de tratar. Puede que tengan un gran ego, pero esa puede ser su motivación. No es un problema tener un gran ego si te demuestras en el campo y te comportas bien. Los compañeros de equipo lo seguirán y ayudarán. El equipo de la temporada pasada fue el más fácil de entrenar porque los egos estaban bajos en el vestuario. Los veteranos Modric, Kroos, Carvajal, Nacho, no tienen ego. Sirvieron de ejemplo a todos los que los vieron. Desde el punto de vista relacional, fue genial. Ningún jugador se quejó por no jugar. Fue un sueño".
Por último habló del futuro y de una retirada que, inexorablemente se va aproximando: "Me la imagino, sí. Empecé en el fútbol hace cuarenta y ocho años. Entonces, empiezo a pensar en el día en que esto podría terminar. ¿Qué podría hacerme decir parar? Diría que pararía si el Madrid me despidiera (risas). No sé qué me haría parar. ¿Mi familia? No. Mi esposa quiere que continúe. Lo que estoy seguro es que el día que me jubile será un día fantástico. Tengo muchas cosas que hacer y ver. Me gustaría ir a Argentina, Maldivas, Australia, por ejemplo, quiero viajar". Pero antes, aún le quedan retos que afrontar: "Me gustaría ganar una nueva Champions. Y luego otra. Todo entrenador quiere llegar a la cima. Pero entrenar al Madrid es realmente... Este club es especial, es el mejor del mundo, por su historia, su ambiente, su ambiente, su afición. Y entonces, el objetivo era algún día estar en ese lugar. Y luego está el Milan, el mejor club para estudiar fútbol. Tuve la oportunidad de entrenarlos a ambos".