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Más allá de los abrazos y los chascarrillos ante la prensa de Manolo González: "La capacidad de adaptación es su gran virtud"

El técnico gallego fue elegido mejor entrenador del mes de abril.

Manolo González dando indicaciones a sus futbolistas. /RCDE / Carlos Mira
Manolo González dando indicaciones a sus futbolistas. RCDE / Carlos Mira
Marc Mosull

Marc Mosull

Manolo González es el técnico de moda en España, tanto que LaLiga lo ha galardonado como el mejor entrenador del mes de abril, por delante de Diego Pablo Simeone y Carlos Corberán. Un merecido reconocimiento al trabajo en el Espanyol del preparador gallego, que a sus 46 años es debutante en Primera y no pisó el fútbol profesional hasta hace apenas 13 meses, cuando sustituyó a Luis Miguel Ramis con el arduo encargo de devolver el conjunto perico a la élite. Lo consiguió y ahí sigue, con el equipo muy cerca de confirmar su salvación. Es poco menos que un milagro.

Del lucense, sus jugadores han destacado sistemáticamente su exigencia y la magnífica relación que tiene con ellos -"Es como un padre para mí", dijo recientemente Jofre Carreras-, siendo clave en la reacción del Espanyol la piña que ha creado a su alrededor. Es algo que le ha caracterizado siempre, tal y como confirma a Relevo Chema Moreno, quien estuvo a sus órdenes en el Badalona y la Peña Deportiva: "Te aprieta, te exige y te lleva al límite, pero también sabe cuándo darte una caricia y decirte las cosas buenas. Es una locura lo bien que gestiona los vestuarios".

Manolo González bromeó con la puntuación del Espanyol.

El entrenador perico también ha trascendido por su vehemencia sobre el césped y en la sala de prensa, con declaraciones tan espontáneas como divertidas. Su genuinidad es uno de sus identificativos, antes y ahora. "No ha cambiado nada, es tan natural como se le ve en la tele", sentencia Robert Simon, exjugador de él también en Badalona, compañero del capitán Ismael Moyano: "No es políticamente correcto. Y creo que eso es una virtud teniendo en cuenta que en Primera la mayoría de entrenadores siempre dicen lo mismo. Con respeto, pero dice lo que piensa".

Pero detrás de los abrazos con sus futbolistas y de los chascarrillos ante la prensa, hay mucho más. Y es que la fulgurante recuperación del Espanyol, impensada incluso por su propio entrenador, se explica principalmente con razones futbolísticas. "Destacaría la capacidad de adaptación de Manolo González y la evolución de su juego. Empezó tratando ser más un protagonista y dominador, como ha sido en sus últimos años, pero lo matiza porque ve que con la plantilla que tiene no le da. Mantiene la presión alta, un equipo que muerde arriba, y tampoco le funciona. Sufre derrotas duras, contra Athletic y Girona, por ejemplo. Y ahí hace el click. La gran adaptación viene después de Montilivi", se arranca Joan Camí, scout internacional, ahora afincado en Colonia, y el analista perico de cabecera durante los últimos tiempos.

Dani Fernández, profesor en la escuela catalana de entrenadores, confirma esa teoría: "La capacidad de adaptación es su gran virtud. Lo conozco de su etapa en el juvenil del Badalona, donde hizo una campaña brutal en División de Honor, y de la Montañesa, a la que salvó de bajar de Tercera y al año siguiente casi la sube a Segunda B. Ahí me demostró que era muy buen entrenador, algo que ya se intuía en el fútbol base. Esos eran equipos muy muy compactos, que concedían muy pocas ocasiones. Está muy preparado a nivel de planteamientos. Y creo que, a medida que fue subiendo categorías, moldeó su propuesta con balón".

"En nuestro último año en Badalona jugábamos un gran fútbol, también en la Peña Deportiva. Dio un paso adelante en el fútbol ofensivo y de posesión. Pero también es muy realista y se sabe adaptar mucho a lo que tiene", apunta Robert Simon, exfutbolista de Manolo González, quien en el filial perico y el año pasado en Segunda demostró que lo de ser protagonista también lo domina y que, de hecho, es a lo que le gustaría jugar si pudiese, pero, tal y como apunta Moyano, "sabe sacar provecho siempre a los recursos que tiene". Para el exjugador de Mollet del Vallès, que lo define como "un estratega y un trabajador nato", su capacidad de adaptación también se evidencia durante el transcurso de los encuentros: "Destacaría, por encima de todo, su lectura de partido. Siempre acertaba con los cambios y las modificaciones tácticas en el campo".

Regreso a los orígenes

"Tras lo de Girona, Manolo empieza a construir un equipo más conservador, que defiende más cerca de su portería. Crea un bloque defensivo muy estrecho y muy compacto. Y a partir de aquí va creciendo", prosigue Camí. Hay un dato, que lanzó Alberto García en la transmisión del Valencia-Espanyol en televisión, que ilustra ese razonamiento: en 2025 el del conjunto perico es el bloque más bajo y menos profundo de LaLiga, es decir, el que tiene menos distancia entre líneas.

"A medida que fue avanzando la competición, mutó el equipo en uno que domina muy bien todas las fases defensivas, siendo muy eficiente en bloques medio-bajos. En la defensa del área es un equipo con las ideas muy claras y al que es muy difícil hacer gol", añade Fernández. "Es un bloque abrigado, que protege dentro y que, por encima de todo, sí, defiende muy bien el área. Kumbulla y Cabrera son sensacionales en eso y están rindiendo a gran nivel. Además, reciben muchas ayudas exteriores… y, claro, tienen a Joan García, el jugador más diferencial del equipo", ratifica Fermín Suárez, analista futbolístico en radio y televisión, además de escritor y profesor de la asignatura de fútbol en el máster de comunicación deportiva de la Blanquerna.

"Joan García es el factor más decisivo. Es absolutamente determinante. Si el Espanyol se salva, será en gran parte gracias a él. Más allá de sus paradas, es el momento en el que las hace, cuando el rival aprieta y te somete, y en el cual un gol puede cambiar el guion de partido y vale puntos", apostilla Camí sobre el portero de moda en España y Europa, el que apenas ha encajado un gol en las últimas cuatro jornadas. Por cierto, Joan García siempre estuvo en el Espanyol, y quien confió de verdad en él y le mantuvo en el once fue Manolo. Al César lo que es del César.

Un mercado de invierno exitoso

"Los fichajes de invierno, Urko González y Roberto Fernández, le han dado un espaldarazo definitivo para consolidar su idea", advierte Suárez. "Urko le da estabilidad en el centro del campo, siendo un futbolista que es más posicional. Es más ordenado y tiene mejor lectura táctica que Král, más anárquico y con recorrido, al que Manolo ha alejado de la base del juego. Y esa es otra de las claves. Y Roberto es un delantero híbrido, con muchos registros, que funciona muy bien en la idea de ser un equipo compacto en campo propio y tratar de hacer daño en transición. Te ayuda a crecer y expandirte para llegar al área rival. Y tiene gol", detalla Joan Camí, que sigue desde la distancia todos los partidos del Espanyol.

"Manolo tiene muy claro dónde quiere hacer daño a los rivales y sabe transmitirlo perfectamente a los jugadores. Con la modificación de su propuesta, con balón el Espanyol es un equipo más directo y vertical que al principio de temporada, aunque sigue haciendo algunas cosas muy interesantes de las que ya hacía, como salidas de 3+2 o 3+1 dentro, donde buscan atraer para acabar movimientos de punta y acabar abriendo huecos y atacarlos con velocidad", examina Dani Fernández, quien entiende que "destacar del Espanyol que es un equipo intenso y que pica mucha piedra sería reducirlo muchísimo".

Edu Expósito marca el paso

Una de las primeras veces que apareció de titular Edu Expósito, lesionado de larga duración hasta finales de 2024, fue en el 0-4 de Vallecas, a principios de mes. Y él es determinante en la nueva versión del Espanyol, que especialmente fuera de casa ha cambiado radicalmente, también ganando en Balaídos y empatando en Mestalla: "La entrada de Edu Expósito le ha permitido dar un paso adelante en su propuesta y aspirar a mejorar su fase con balón, que es lo que más le había costado a lo largo del curso. Ahora tiene más amenaza y juego interior. Edu te permite tener continuidad en campo rival, visión y último pase. Además de un gran disparo y gran pie para el balón parado". El pasado miércoles ante el Valencia, con una asistencia de gol a Puado en una jugada de estrategia y un golpeo al palo desde la larga de distancia, se evidenció.

Para Camí, que Expósito haya encajado tan bien en el once es trascendental: "Parte del éxito también está en que Manolo haya encontrado un equipo titular que le funciona y que todos los jugadores se entiendan entre ellos, generando esas miniasociaciones que son tan importantes y que solo se afianzan con minutos y experiencia. Por ejemplo, fíjate lo bien que se conocen y se compenetran Kumbulla y Cabrera. O lo mismo, entre ellos y el portero o los pivotes". Desde hace unas semanas que los aficionados blanquiazules ya pueden recitar de memoria el once de su equipo. Y esa estabilidad ha coincidido con el mejor momento de la temporada de los pericos, que a falta de seis jornadas, y con 39 puntos, están a un paso de sellar la permanencia. No hace tanto, tras la goleada en Montilivi, su continuidad estaba muy en duda.

"Me está impactando positivamente el año de Manolo en el banquillo del Espanyol. Creo que fue un acierto que le mantuvieran en los momentos de malos resultados porque es la persona idónea para dirigir el equipo", concluye Dani Fernández, quien le ha visto entrenar en todas las categorías. Su exjugador Chema Moreno lo completa con menos tecnicismos: "A lo mejor, en otros equipos es un tema más de los futbolistas, pero, en este caso en particular, te digo que Manolo tiene mucho que ver en el éxito del Espanyol por su carácter y por lo que sabe de fútbol". En resumen, que Manolo González, además de un buen gestor, motivador y comunicador, es -y ya era- un gran entrenador. Y ahora lo saben también en Primera División.