La abstención de los americanos, "el conejo de la chistera" y una querella criminal protagonizan la Junta del Sevilla que arrasó con Del Nido Benavente
Juan de Dios Crespo se personó como representante de Sevillistas Unidos 2020 y desbloqueó hasta la aprobación de las cuentas, algo que no ocurría desde hace tres años. El expresidente recibió un durísimo golpe... que se notó hasta en sus declaraciones posteriores.
"Todo sigue igual". Una frase muy escuchada anoche, a eso de las 00.00 horas, a la salida de la Junta General de Accionistas del Sevilla. La primera de 2025, pues ya en marzo apunta a sucederse la segunda, ya que, como en ocasiones anteriores, Del Nido Benavente solicitará una extraordinaria acogiéndose a que el Consejo actual le impidió el voto de forma ilegal. Y presentará una querella criminal, como él mismo comentó a los medios al finalizar el acto.
Pero lo cierto es que todo no fue igual. Ante la caducidad de uno de los pactos más conocidos en el espectro accionarial de la entidad, existía mucha incertidumbre en torno a la nueva táctica del Consejo para evitar que Del Nido Benavente votase a favor del cese del presidente, su propio hijo. Esta se basó en la Ley de las SAD... pero sobre todo en un paquete accionarial que cambió por completo la Junta, dejando al expresidente sin ninguna remota opción de volver al poder: los famosos americanos. El denominado como "conejo de la chistera" por Alberto García-Quílez, abogado de la parte de Benavente.
La sorpresa saltó cuando en la tarde de ayer, en el Palacio de Congresos de Sevilla, Juan de Dios Crespo se presentó para representar al grupo Sevillistas Unidos 2020, más conocido como 'Los Americanos'. Un paquete que pertenecía a 777Partners y que aún se discute, debido a la quiebra de dicha empresa, quien podrá utilizarlas a su favor para desbloquear el panorama accionarial. Seguirá siendo un misterio y deberá fallar la justicia americana, pero, por el momento, le ha servido de bala extra a José María del Nido Carrasco.
Y de guillotina a su padre, Benavente, pues el revés fue imparable. Los americanos se abstuvieron en todos los puntos del día -y tras el segundo se marcharon a casa, por lo que el sentido de su voto continuó siendo el mismo-, lo que provocó que todas las votaciones salieran de cara al Consejo actual. Se aprobaron hasta las cuentas -y se presentaron presupuestos que prevén 20 millones de pérdidas y la no clasificación a Europa-, algo que no ocurría desde 2021. Las de 2022 y 2023 estaban desaprobadas en Junta. Fue una victoria clamorosa de Del Nido Carrasco, que dio un golpetazo sobre la mesa.
De hecho, el presidente del Sevilla mostró sorpresa por la abstención del paquete accionarial de los americanos, aunque Del Nido Benavente le acusó directamente: "Ha sido una tarde llena de sorpresas. Cuando llegamos a las cinco de la tarde nos encontramos con la sorpresa de que yo, que tenía acreditadas desde ayer las acciones de ese ogro llamado los americanos, a los que había que seducir para que 'mi padre se apartara de ellos', estaban intentando ser seducidos por el presidente del Sevilla FC y por sus abogados".
Y es que Del Nido Benavente trató de suavizar ese 'divorcio' público que se vivió con los americanos. "El regate que parecía que iban a pegar con Del Nido Carrasco y compañía no lo han pegado. Ese amor ha sido de muy poquito tiempo, de ayer a hoy me quitaron las acciones y después cuando entraron ya iban a votar con nosotros cuando les aclaramos la situación. En el primer punto del día, cuando vieron que no me dejaban votar, se han ausentado de la sala, es decir, que no han llegado a emitir su voto en ningún sentido", insistía.
Aunque el tono del expresidente fue esta vez distinto. Más apagado, más suave y menos directo. No quería meter demasiados palos en una candela que ya se había ido apagando rápidamente durante las cinco horas que duró la Junta. Tanto fue así que, incluso, habló de una posible venta futura de sus acciones: "La tercera vía sevillana puede existir. Atesoro y represento 47.000 acciones del Sevilla, lo primero que tiene que hacer es sentarse conmigo. Si alguien tiene 200, 250 millones de euros, y nos acredita la solvencia económica y la capacidad para dirigir al Sevilla FC, escuchamos a todo el mundo. No digo que esté dispuesto a vender, digo que escuchamos. Si viene un empresario de primer nivel con un proyecto mejor que el mío, yo escucho a todo el mundo".
Unas palabras que pueden significar el rumbo futuro de la entidad hispalense. Aunque el Sevilla, hasta entonces, sigue protagonizando noches que deshonran a todos sus aficionados. Porque mientras padre e hijo se baten en duelo por ver quién gobierna el club, el equipo se encuentra a horas de un partido más que trascendental para el devenir de la temporada. Y todo ello en plena semana de mercado invernal, donde el foco ha estado más en la lucha accionarial que en la posibilidad de reforzar una plantilla que pide más mimbres a gritos. Un nuevo capítulo triste en una de las épocas más convulsas en la historia nervionense.