Mapi León y un "no me quites" en el Atlético que cambió su destino: "Había partidos que terminaba llorando de la impotencia"
Villacampa, su descubridor como central, y Natalia Astrain, que también coincidió con ella, hablan en Relevo de la estrella del Barça.
"Juego de lateral izquierdo aunque también puedo jugar de extremo. Me gusta mucho correr la banda, sumarme al ataque, centrar... Y de cabeza también suelo aportar". Así se presentaba Mapi León ante la afición del Atlético. Era agosto de 2014. Hace diez años. Una década en la que la jugadora se ha convertido en una de las mejores centrales del mundo tras ganarlo absolutamente todo con el Barça.
Su etapa en el Atlético tampoco estuvo exenta de éxito: ganó una Liga y una Copa -fueron sus primeros grandes títulos como jugadora-. Antes, la jugadora aragonesa empezó su carrera en el Gran Vía, equipo de fútbol sala. La historia tuvo su miga. Porque fue a probar al equipo junto a su hermano y el presidente le fichó en un supermercado, con 12 años, al verle jugar alrededor de un carrito y considerar que tenía madera. A los pocos años, dio el salto al fútbol 11 con su fichaje por el Transportes Alcaine, ahora Zaragoza CFF, entidad que milita en Segunda División. Allí fue ascendiendo de categorías hasta llegar al primer equipo con apenas 16 años.
Casualidad o no, su debut en Primera llegó ante el Barça. Fue el comienzo de una leyenda que hoy no deja de crecer con la elástica azulgrana. Con 17 años debutó oficialmente con la Selección, de la que ahora se mantiene apartada por decisión personal, tras haber formado parte de la lucha de 'Las 15'. Por ello, se perdió tanto el Mundial, en el que España se proclamó campeona, como lo JJ. OO. y su caso aún no ha dado pistas de que pueda resolverse antes de la próxima Eurocopa de 2025 en Suiza.
Cuando se juntan las buenas... pasan cosas 🔥
— DAZN España (@DAZN_ES) November 2, 2024
Mapi León, Aitana, Alexia, Ona Batlle... ¡SON IMPARABLES @FCBfemeni! #LigaFenDAZN ⚽ pic.twitter.com/wW1LyLSAX4
Del futuro más cercano al pasado. Mapi León jugó tres temporadas con el Transportes Alcaine en la élite. Fue su carta de presentación para ganarse la llamada del Espanyol, uno de los mejores clubes de la época. Sólo militó un curso como perica, haciendo las maletas rumbo a Madrid en 2014 para ser uno de los refuerzos de un Atlético de Madrid.
Como rojiblanca tuvo altibajos hasta la llegada de Ángel Villacampa al primer equipo. El técnico descubrió en ella su mejor perfil, como central zurda, y fue clave en su carrera antes de que el Barça protagonizara el primer bombazo del mercado en el fútbol femenino español: fue el primer traspaso por el que se pagó -50.000 euros y un "recuerdo amargo" que ahora recordaremos-.
Cruzamos el charco -vía telefónica- para hablar con el actual técnico del América y uno de los entrenadores españoles con más renombre -también uno de los más laureados- con motivo del partido entre el Atlético y el Barça este sábado (18:30h, DAZN). "A mí no me llenaba del todo como lateral. Es muy buena jugadora y lo podría hacer bien en cualquier posición, pero no me llenaba del todo. Yo creo que ni a ella tampoco. De hecho, había partidos con frustración que terminaba incluso hasta llorando de la impotencia. Ya sabes cómo es de competitiva y cómo lo vive todo", cuenta.
La situación invitó a la reflexión y Villacampa tuvo uno de esos golpes de entrenador que marcan a una futbolista: "Hoy juegas de central". Fue un partido ante la Real Sociedad. "Hablamos con ella antes. Le dije que tenía velocidad, buena salida de balón, le gustaba filtrar pases, iba bien por arriba, por abajo y tenía velocidad para corregir. Le dije: 'Tenemos que probar, hay que probar de central porque de lateral realmente no lo veo'. Aceptó el reto", rememora.
Su primer partido como central dejó muchas dudas
La primera prueba se saldó con dudas. "Era un momento delicado en el Atlético y hasta Lola Romero me dijo que no estábamos para hacer experimentos", apunta Villacampa, que cuenta que en ese encuentro hubo un error de Mapi León que marcó el partido: "Quiso filtrar un pase por dentro, se olvidó del rival, le ganaron la espalda y gol de Nahikari de vaselina".
Aunque tanto jugadora como entrenador no perdieron la fe, pese a las voces de desconfianza. "Hablamos otra vez con Mapi y, mira, ella dijo: 'No me quites, no me quites de ahí, que lo vamos a hacer y lo vamos a hacer bien'", fue casi un grito de guerra. Lo hicieron.
"Fue una pasada. Para mí es la mejor central. Ya no solo como mejor central, sino el cómo compite, cómo vive el fútbol y luego la calidad que tiene, que es una pasada. Si repasas el panorama internacional, hay pocas jugadoras de ese calibre", subraya Villacampa, que insiste orgulloso: "No empezamos del todo bien, obvio, pero empezamos luego a trabajar y ella asumió de que había que mejorar muchas situaciones. Y vaya si lo hizo".
Aquella decisión, muy cuestionada, dio forma a una de las jugadoras más reconocidas del panorama nacional o internacional. Y cambió el rumbo de la carrera de Mapi León, que admitió en Barça TV haber tenido un "feeling futbolístico especial" con el técnico español. "No se equivocó. Me encanta ser central y estoy a gusto. Con él di un paso más allá siendo futbolista", puntualizó la maña, que logró acaparar las miradas desde el eje de la zaga.
Tanto que el Barça se lanzó convencido a por ella. Hasta pagó por su fichaje. Y esto no era nada habitual en la época, siendo el primer traspaso entre dos clubes españoles de fútbol femenino. "Villa solo puedo darte las gracias porque sé que sin tus retos no estaría donde estoy ahora", le dedicó unas palabras al técnico en su emotiva carta de despedida como rojiblanca.
«Una artista y una persona que expresa su vida con valentía y autenticidad»
Mapi ya era Mapi, tal y como ahora la conocemos, en aquella etapa. Natalia Astrain, entrenadora que formaba parte del cuerpo técnico, la recuerda como una "grandísima jugadora de tatuajes y dibujos". "Hoy, cada vez que la veo en los partidos, no solo veo a una grandísima deportista. Veo a una artista, una hija, y una persona que expresa su vida con valentía y autenticidad", indica a Relevo.
Astrain también saca una historia de su álbum de recuerdos. "Después de un partido intenso, contra el Prainsa de Zaragoza, a principio de temporada, Mapi era una de nuestras jugadoras que había recibido una tarjeta amarilla. Y Villa la cambió en el descanso porque su filosofía era que no le gustaba que las defensas jugaran con tarjeta amarilla desde la primera parte. Me acerqué a ella. La veía cabizbaja, con una energía algo distinta a la habitual. Le pregunté si se encontraba bien, y su respuesta inicial fue un leve "sí". Pero luego, como si abrirse fuera un alivio, comenzó a contarme un poco de su vida más allá del campo", detalla Astrain, a la que Mapi León le contó el significado de sus tatuajes -"era como un libro personal en la piel"-, que el dibujo era su "vía de escape" y el valor de su familia.
La exjugadora y entrenadora nacida en Pamplona y afincada en Estados Unidos continúa: "Con el tiempo, nuestra conexión se volvió más profunda, y un día me presentó a sus padres. Fue entonces cuando comprendí de dónde venía su sensibilidad y su carácter. Sus padres me recibieron con calidez, y me di cuenta de que compartían ese mismo espíritu amable y generoso que veía en ella. Me hablaron de los sacrificios que habían hecho para apoyarla en el fútbol, pero también del orgullo que sentían por su talento artístico y futbolístico".
Un fichaje histórico y «amargo» por el Barça
Aunque su salida del Atlético de Madrid no fue sencilla y Mapi León vivió un infierno que se alargó durante días. "El fichaje por el Barça fue duro. Tenía que haber sido algo súper alegre y lo recuerdo muy amargo. Me quedaba un año de contrato con el Atlético y ellos no me querían dejar marchar", contó la central azulgrana hace unos años en el serial Nacidas para jugar de Barça TV.
La cláusula de rescisión de su contrato estaba fijada en 100.000 euros. A ella se remitió en un primer momento el Atlético de Madrid, con el que le restaba un año de vinculación. La entidad colchonera llegó incluso a hacerle una contraoferta, pero Mapi León tenía muy claro que quería marcharse al Barça. "Es la única vez que la vi sufriendo. La putearon mucho", declaró su madre, Pilar Cebrián, en Barça TV.
En medio de las negociaciones, Mapi León tuvo un cuadro vírico y recibió tratamiento antibiótico. "Pensaban que estaba diciendo que estaba mala para no entrenar y fichar por el otro equipo. Me puse mala de verdad. No sé si era de los nervios o de qué", confesó Mapi, que tiene contrato hasta 2026 en el club catalán.
Con este capítulo enterrado, la defensa española se alzó como una de las grandes estrellas del mejor Barça de todos los tiempos. Campeona de Champions, Ligas, Copas, Supercopa y fija en el once de gala azulgrana. Este sábado (18:30h, DAZN), la defensa culé vivirá un partido especial ante el Atlético. Un club en el que dio el primer gran paso de su legendaria carrera.