FÚTBOL FEMENINO

'Malamadre' adolescente y futbolista: la lucha de Javiera Toro contra todas sus etiquetas

La jugadora del Granadilla ha derribado todos los estereotipos con el sueño de ser futbolista por bandera.

Javiera Toro. /
Javiera Toro.

La jugadora del Granadilla ha derribado todos los estereotipos con el sueño de ser futbolista por bandera.

Mayca Jiménez

Mayca Jiménez

Javiera Toro (Tocopilla, Chile, 24 años), más conocida como 'Chavi', nunca ha aceptado un 'no' por respuesta en la búsqueda de sus sueños. La jugadora del Granadilla siempre luchó a contracorriente con una gran ilusión: dedicar su vida al fútbol. Una aspiración en la que logró sobreponerse a todo. A la sociedad. A las circunstancias. E incluso al contratiempo de ser madre adolescente. Pudo con todo y siguió peleando, con un gran lema por bandera: "El que persevera alcanza".

A los 13 años se marchó de casa con un balón bajo el brazo y una maleta llena de esperanza. Sin dinero y mucho miedo, llegó a la gran capital con la corazonada de que su vida estaba en el fútbol. Dos años después, un embarazo inesperado amenazó con cambiar sus planes. Se alejó un año de los terrenos de juego, pero volvió a ellos más fuerte, con una profesión que le llevó a España en busca de unas condiciones más profesionales y que le ha permitido mantener a su hijo. Aunque esto tuvo que hacerlo a distancia y con la ayuda de su madre, a la que debe ese aliento de quien le dijo que podría con todo y más. No se equivocó.

La futbolista del Granadilla se emociona al hablar de ella y de su hijo. Ahora, él tiene ocho años y se ha convertido en su gran motor. Asentada en el fútbol español tras jugar dos años en el Sevilla, espera sumar más minutos con las canarias y anhela poder traerse pronto a su hijo con ella después de haber tenido problemas burocráticos para hacerlo. Mientras tanto, le quedan las videollamadas infinitas y sus visitas a Chile. Y esa fortaleza de quien ha esquivado las críticas y la presión de ser una 'malamadre' con la mejor de las convicciones: buscar la felicidad de su hijo y cumplir un sueño como futbolista. Ha compaginado ambas cosas y pronto podrá convivir con ellas bajo el mismo techo. Entonces, la historia tendrá, por fin, un final feliz.

De manera paralela, 'Chavi' no deja de trabajar para estar preparada para volver a la regularidad, tanto en el Granadilla como en la Selección de Chile. Con el cuadro canario afronta una ilusionante eliminatoria de Copa ante el Alhama (17:30h), con el billete para jugar la 'final four'. Con la Roja espera ser citada en la próxima convocatoria tras su ausencia en el último parón, donde estalló una gran crisis en el vestuario chileno después de perder en la repesca del Mundial. "Es el momento para reflexionar", apunta.

¿Cómo están siendo tus primeros meses en el Granadilla?

Bien. No he tenido la regularidad que he tenido otros años, pero han sido unos meses en los que he tenido mucho crecimiento personal. Es muy difícil estar sin jugar muchos minutos, pero también es un desafío para una futbolista estar preparada para cuando llega ese momento. Cuando no juegas, tienes que añadir mucho trabajo psicológico y contribuir al equipo de la mejor manera. Hemos vuelto del parón con muchos desafíos que nos ilusionan. Y yo estoy disponible siempre para dar lo mejor de mí en cualquier momento. Trabajo mucho a nivel personal para estar lista cuando el entrenador me diga que soy titular. El objetivo es salir al campo sin la presión de que tengo que demostrar más para seguir siendo titular.

¿Está siendo este período el más complicado de tu carrera?

Puede ser. Al final sabes que es algo temporal. Es cuestión de rachas y todo termina pasando. He enfrentado situaciones que no me esperaba, tanto en lo personal como en lo deportivo. Han sido meses muy duros también con mi selección. Y he tenido que realizar un trabajo muy psicológico. A veces esto desgasta, pero ahora mismo me encuentro súper bien. Siento que cuando me enfoco en lo que realmente importa, que es estar preparada para cuando llegue el momento, se me hace más fácil seguir persiguiendo mis metas. No hablo de metas grandes, sino que de metas semanales o diarias. Tenemos un equipo humano muy cercano y que está comprometido en todo para que haya un buen ambiente de trabajo.

Sobre la selección, acaban de despedir al seleccionador tras la protesta de compañeras como Endler… ¿Qué está ocurriendo?

Yo no he sido convocada en este último parón. Ha sido muy triste no haber ido, vivir todo desde lejos y no haber podido conseguir la clasificación para el Mundial. Ha sido un proceso muy largo y todas hemos intentado hacerlo lo mejor posible. Hay compañeras que necesitan su momento de reflexión porque ha sido muy desgastante todo. Ahora vienen muchos cambios, mucha incertidumbre con mis compañeras. No sabemos lo que va a pasar en la Federación, en el cuerpo técnico…

¿Qué está fallando?

Tuvimos una preparación muy buena, pero faltaba aún más para competir a nivel de un Mundial o contra una gran potencia. No sé si es por falta de recursos… Tanto yo como el resto de jugadoras tratamos de dar lo mejor y lamentablemente no se consiguió la clasificación. Ahora hay que ver que se hizo mal, que se hizo bien. Es un momento para reflexionar.

No sois las únicas jugadoras que están reclamando mejoras…

Es complicado todo. En Chile, la Liga está muy en desventaja con otras. No hay una buena coordinación o buenas herramientas. Faltan muchos recursos, pero empezando por nuestra Liga, que es donde se desarrollan todo el año más de la mitad de la selección chilena. Somos muy pocas jugadoras las que estamos fuera. En Chile no todos los equipos son profesionales, ni todas las jugadoras tienen contrato. Alguna incluso no tiene seguro de salud. Hay que empezar por ahí.

¿Fue este el motivo por el que viniste a la Liga española?

Sí. Me vine al Sevilla porque fue una oportunidad para sentirme como profesional. Allí ha mejorado mucho estos años, pero sigue habiendo una gran diferencia con España, por ejemplo.

¿Fue duro alejarse de tus seres queridos?

Es algo con lo que he convivido desde hace mucho. En Chile, yo salí de casa a los 13 años porque vivía lejos de la capital. Estaba a 24 horas en autobús desde mi casa. Ahora, mi hijo está con mi madre allí, pero sí que tengo una idea de traerlo conmigo porque es muy angustiante estar tan lejos. No lo he traído todavía por tema de documentos y porque cuando yo jugaba allí yo no recibía sueldo y no podía tenerlo conmigo.

No tenía tampoco el tiempo necesario para cuidarlo y esto duele mucho a una madre que quiere estar con su hijo. Esta es una gran diferencia con respecto al fútbol masculino, por la diferencia económica entre ellos y nosotras. Cuando me quedé embarazada yo no recibía nada. No tenía un contrato y tuve que dejar el fútbol durante un año. Luego, sí que he conseguido ganar un sueldo, pero este es muy básico.

Además, fuiste madre muy joven. ¿Cómo fue aquel año en el que dejas el fútbol?

Lo tuve con 15 años. Mi hijo es mi vida entera, pero el tema de la maternidad es muy complicado. Otra vida depende de ti y te lleva a buscar todas las oportunidades posibles. Mis decisiones de venirme tan lejos y no tenerlo conmigo han sido muy cuestionadas, pero porque la gente piensa que gano millones como otros compatriotas como Arturo Vidal, que también es internacional y juega en Europa. Sin embargo, la realidad no es así.

¿Sientes la presión de esa idea de 'malamadre'?

Sí. Todas las decisiones que he tomado han sido siempre pensando en lo mejor para mi hijo. Aparte de ser madre, tienes que trabajar, cumplir un sueño de ser futbolista profesional, y, aparte, tienes que lidiar con un montón de cosas externas. Elegí esto y sé lo que quiero, pero sí que es duro y a veces me ha dolido estar lejos y no he tenido ganas de entrenar porque tienes tristeza. Al final, las jugadoras somos personas y tenemos emociones que nos repercuten.

Lo más duro de todo esto y de mi carrera ha sido perderme la infancia de mi hijo. Él tiene ocho años y yo he estado fuera cinco de esos años. Es fuerte cuando regreso a casa y veo que ya ha aprendido a hacer ciertas cosas, que son muy sencillas y del día a día. A veces tengo momentos de angustia en los que me pregunto si está triste, si me necesitará, si se sentirá sólo… Él siempre me transmite que está contento, que está feliz con mi madre. Me sigue en todos los partidos y está muy orgulloso. A medida que va creciendo lo va entendiendo mejor.

¿Qué te dice él de que seas futbolista y te vea jugar por la televisión?

Él presume de mí en su colegio. Cuando he ido a recogerle alguna vez, me he hecho fotos con compañeros de clase y a él le hace mucha ilusión ir conmigo de la mano. También he dado alguna charla en su clase sobre la lucha por la igualdad en el deporte. Él también tiene muy normalizado que una mujer pueda jugar al fútbol y habla de ello con naturalidad.

Antes ha comentado que dejaste el fútbol durante un año cuando te quedaste embarazada, ¿tuviste miedo de no poder volver a jugar al fútbol?

Sí. Yo soy de Tocopilla, una ciudad muy pequeña donde no hay ni universidades, ni centros comerciales. Allí no había opción de ser jugadora de fútbol. La gente me miraba raro entonces y aún siguen extrañándose cuando les digo que me dedico a ello profesionalmente. En ese momento, cuando me quedé embarazada, fue muy chocante para mí y tenía dudas e incertidumbre. También tenía un poco de molestia porque sentía que todo el mundo a mi alrededor, menos mi madre, me decía que no iba a poder seguir siendo jugadora. Mi madre me ayudó a decir vale, sí puedo.

Yo sufrí una gran discriminación en la sociedad por ser madre joven y querer cumplir un sueño en el fútbol. Iba al colegio a estudiar embarazada y había profesores y gente adulta que no sabía lo difícil que estaba siendo todo y se tomaban el derecho de opinar y hablar de mi futuro. Creo que fui muy fuerte y perseverante entonces porque seguí adelante sin importarme todo lo que se hablaba. Había un entrenador en el Palestino que me decía cabeza de palo porque a mí me dicen algo y yo termino haciendo lo que quería.

Hemos hablado de lo malo, ¿Qué ha sido lo mejor de estos años?

Me siento muy orgullosa de todo lo que he logrado. Me admiro a mí misma porque siento que mi camino ha sido de muchos pasitos lentos. Pero han sido seguros y me han permitido llegar hasta aquí, a esta Liga, que es un sueño hecho realidad y eso para mí ha sido lo máximo. Para mí es lo mejor a nivel personal y me motiva a seguir luchando. Nosotras en Chile somos referentes para las niñas y quiero enviar un mensaje con fuerza para que se atrevan. Cuando me fui de mi casa con 13 años y llegué a la ciudad sin nada, sin dinero, me moría de miedo, pero en el fondo tenía una chispa en el corazón que me empujaba.

¿Cuáles son tus objetivos ahora?

Mi sueño más grande es poder tener mi familia cerca y poder salir a trabajar y hacer lo que me gusta y volver y que me reciban en mi casa, mi hijo y mi familia. El poder comer en familia, poder disfrutar de ese amor más de cerca y eso es lo que más anhelo en el corazón. A nivel deportivo, estoy trabajando mucho para poder alcanzar más minutos ahora mismo en mi club. También quiero pasar esta mala racha en la selección donde no fui convocada en el último parón. Representar a mi país es algo que me hace sentir muy bien.

Mayca Jiménez
Mayca Jiménez

Redactora

Mayca Jiménez es redactora especializada en fútbol femenino. Apasionada del balompié, creció entre los banquillos de los equipos que entrenaba su padre. Y, en el periodismo, logró aunar sus dos