El goleador español en Suiza que no tiene claro con qué selección jugaría: "Me tendría que sentar con mi familia"
Kevin Carlos, exdelantero del Huesca con padres nigerianos, fue el máximo goleador de la liga helvética la temporada pasada, un rendimiento que le permitió fichar por el histórico Basilea
A simple vista, podría parecer que casi nada ha cambiado en la vida de Kevin Carlos (Ceuta, 2001). La meteorología de Suiza, lo peor que lleva del país en el que juega, no la sufre tanto porque se acostumbró al frío de Huesca. Los colores de la camiseta que viste ahora recuerdan también a los que lucía en el equipo altoaragonés. Pero, en realidad, en cuestión de dos años todo ha cambiado para el delantero nacido en Ceuta. La temporada pasada fue el máximo goleador de la liga suiza en el recién ascendido Yverdon y este curso, en el histórico Basilea, sigue viendo puerta con facilidad.
"Pensaba que me iba a costar más, pero me he adaptado muy bien", explica a Relevo Kevin Carlos. Este curso ha marcado seis goles en 12 partidos, cinco de ellos en las últimas cinco citas. Ahora mismo es el segundo máximo goleador del campeonato suizo. Comparte vestuario con otro español, Arnau Comas, de quien reconoce que casi nunca se separa, y con el histórico Shaqiri. Su entrenador es Fabio Celestini, exjugador de Getafe y Levante.
Kevin Carlos, que nació en Ceuta pero con un año él y sus padres, nigerianos, se fueron a vivir a Huesca, destaca la confianza del club como una de las claves del buen rendimiento. El Basilea realizó un importante desembolso de más de tres millones de euros para hacerse con sus servicios. "Había muchos equipos interesados en mí en verano, pero me decanté sin pesármelo por el Basilea por el proyecto y por su historia", declara el ex del Huesca. Por la historia se refiere a las 20 ligas del Basilea, el segundo que más en el país. Hasta hace no mucho era habitual verle en competiciones europeas, y en la década de 2010 ganó ocho campeonatos domésticos de forma consecutiva.
Sin embargo, en los últimos años ha perdido la hegemonía. No gana un título de liga desde 2017 e incluso el año pasado llegó a ocupar la última posición. Fabio Celestini recaló en el banquillo y logró la salvación. Esta temporada, el equipo de St. Jakob Park ocupa la segunda plaza a un solo punto del líder. "Estamos centrado en ir poco a poco, pero sí que es verdad que nos gustaría estar arriba", reconoce Kevin Carlos, que se benefició de un efecto dominó que empezó en la liga: el Atlético de Madrid fichó a Sorloth del Villarreal, los groguets fueron a por Thierno Barry del Basilea, y los suizos se decidieron por Kevin Carlos gracias al rendimiento de la campaña anterior.
En el curso 2023/2024, el delantero español marcó 14 goles, consiguiendo estar en lo más alto de la tabla de goleadores empatado con otros dos futbolistas, aunque él dio cuatro asistencias. Tiene mérito porque los marcó en el Yverdon, un recién ascendido que gracias a sus goles mantuvo la categoría de forma holgada, y en su primer año en un nuevo campeonato que enseguida descubrió que se adaptaba a su juego. "Le pregunté a mi agente cómo era la liga, me enseñaron vídeos y vi que era muy física y eso me convenció. Esta liga es perfecta para mí", sentencia.
Nigeria, Ceuta y Huesca
En España, Kevin Carlos llegó en 2019 al juvenil del Huesca. Enseguida saltó al filial, e incluso llegó a debutar y marcar con el primer equipo en Copa del Rey. Su última aventura fue la cesión al filial del Real Betis, aunque lo que no olvida de su paso por España es haber jugado en Segunda Federación: "Tienes que vivirla, es una competición muy dura y hay jugadores con mucha calidad".
El goleador, que siempre jugó de delantero, se recuerda desde los cinco años con una pelota, el primer regalo de sus padres, nigerianos. Vinieron a España cuando Kevin Carlos aún no había nacido. Lo hizo en Ceuta, aunque cuando él solo tenía un año se fueron todos a Huesca por motivos laborales. "Estoy orgulloso de toda mi familia, gracias a ellos estoy donde estoy. Mis padres se han sacrificado mucho y le estaré eternamente agradecido", confiesa.
Ese orgullo de su ascendencia es lo que le hace dudar de qué pasaría si lo quisieran convencer tanto la selección española como la nigeriana: "Si eso pasa, me tendré que sentar con mi familia y mi representante y decidir, yo estoy muy orgulloso de tener la doble nacionalidad". Lo que no descarta en un futuro es volver a jugar en la liga española. Todo habría cambiado mucho para él, aunque de nuevo no lo parecería.