Vilda pretende poner a Montse Tomé entre la espada y la pared por el 'Caso Rubiales'

Aunque previsiblemente la de Jenni Hermoso podría ser la última declaración de la fase de instrucción del 'Caso Rubiales', lo cierto es que al magistrado Francisco de Jorge, titular del Juzgado Central de Instrucción 1 de la Audiencia Nacional, que investiga desde el pasado 11 de septiembre un posible delito de agresión sexual y otro de coacciones a la futbolista, aún le queda una tarea pendiente antes de determinar si archiva la causa, o como todo parece indicar, dicta la apertura del juicio oral.

La defensa de uno de los imputados,Jorge Vilda, solicitó al juez la declaración como testigo de Montse Tomé, su sucesora en el cargo al frente de la Selección nacional. El juez denegó su petición al entender que la instrucción no requería de su testimonio, pero su representante legal presentó un recurso de apelación pendiente de resolución por parte de la Sala de lo Penal del tribunal español.

Ahora al juez le quedan dos opciones: esperar a que se resuelva el recurso por si tuviera que llamar a declarar a Montse Tomé -entendiéndose que la defensa de Jorge Vilda estima que podría aportar un testimonio favorable a su representado- o bien dictar la apertura de procedimiento abreviado, es decir, el juicio oral de la causa, con el riesgo de que luego la Sala de lo Penal resuelva a favor y tenga que revocar el auto para citar a la actual seleccionadora.

Aunque ahora parezca que todo ha cambiado, Jorge Vilda y Montse Tomé, su segunda entrenadora, fueron uña y carne. La actual seleccionadora fue la mano derecha de Vilda desde que en 2020 debutara dirigiendo a la selección femenina sub-17 de España, al mismo tiempo que se desempeñaba como segunda entrenadora junto a seleccionador de la selección absoluta.

Durante el conflicto de 'las 15+3', Montse Tomé acompañó a Jorge Vilda en las reuniones individuales que mantuvieron con las jugadoras. Tras la renuncia de algunas de las futbolistas que reclamaron cambios en la RFEF pero no fueron escuchadas, sino ninguneadas y expuestas mediáticamente, Tomé siguió con Vilda al frente del banquillo durante el Mundial de Australia que consiguió la Selección española.

Tras proclamarse campeonas del mundo, tanto Vilda como Tomé compartieron como miembros del staff trayecto con las jugadoras en el regreso a España. Primero en el bus del que mandaron bajar a Jenni Hermoso a la llegada de la terminal de Sídney para que aprobara un comunicado que la RFEF finalmente envió como suyo sin que la jugadora lo hubiera pronunciado ni aprobado. Después en el avión, donde tanto Jenni Hermoso como su familia sufrieron las presiones de Luis Rubiales y Jorge Vilda para que la futbolista se pronunciara a favor del entonces presidente del fútbol español para acabar por la polémica surgida a raíz de su comportamiento.

En ninguno de esos momentos Tomé se pronunció sobre lo ocurrido ni tampoco se acercó a la jugadora para preguntarle cómo estaba. Tras la celebración del título en Madrid, la siguiente aparición de Montse Tomé fue el mismo día en el que se volvió a ver a Jorge Vilda, ya señalado por tratar de convencer al hermano de Hermoso de que lo correcto era que la jugadora se pronunciase para poner el foco así en lo verdaderamente importante: el título conseguido. La propia Jenni Hermoso así se lo trasladó a la Fiscal de la Audiencia Nacional: "Mi hermano me dejó caer que le habían transmitido que de que si ayudaba me iba a ir bien".

El 25 de agosto Rubiales protagonizó la Asamblea de la vergüenza. Allí señaló sin piedad a Jenni Hermoso, se reafirmó en lo ocurrido, aseguró que no dimitiría y anunció que había "activado los mecanismos para que Andreu Camps -el entonces secretario general de la RFEF- comience una negociación contigo para que te quedes con nosotros cuatro años más, por medio millón al año", le dijo a Vilda. "Dejarás de ser director deportivo, Jorge, y me gustaría que fuese Montse, se merece un buen contrato. Va a renovar todo el equipo con mejora económica. Lo mereces Jorge, hemos pasado mucho. Eres el mejor entrenador en fútbol femenino", aseveró.

Aquello levantó los aplausos de los asambleístas, también de Tomé, algo más desubicada que Vilda. Sin embargo, tanto el anterior seleccionador como la actual respaldaron con sus gestos el discurso que Luis Rubiales hizo y con el que retó al mundo entero. Fue su final. Al día siguiente, ante los continuos titubeos del CSD, la FIFA le inhabilitó y le prohibió ponerse en contacto con la jugadora. 

El resto ya es historia. Vilda fue destituido y en su lugar la RFEF puso a Montse Tomé, su fiel escudera hasta ese momento, ante una, cuanto menos cuestionable, intención de cambio en el equipo femenino. Desde entonces Tomé guardó silencio hasta que en su primera entrevista, concedida a este medio, desveló que era "una persona diferente y con una metodología diferente. Yo creo que ellas (las jugadoras) también me ven como alguien diferente", afirma.

Tomé se desmarcaba así de Jorge Vilda, de su etapa anterior y procuraba mirar al futuro para aprovechar una oportunidad increíble para alguien sin apenas experiencia al frente de un banquillo de fútbol. Un premio demasiado apetecible como para desperdiciarlo, a pesar de las circunstancias que la habían llevado hasta ahí. Sin embargo en su primera convocatoria como seleccionadora, refrendó el órdago de la RFEF a las campeonas del mundo al incluir en la lista 15 mundialistas después de que se hubieran plantado y, además, cinco de 'Las 15'. Además, Tomé decidió dejar fuera de la lista a Jenni Hermoso con la excusa de que había que "protegerla". La respuesta de Jenni Hermoso fue imponente: ¿Protegerme de qué? ¿O de quién?, aseguró la futbolista en un durísimo comunicado.

Aunque meses después parece que el tiempo lo suaviza todo, más aún cuando las jugadoras tiraron de profesionalidad para superar a Suecia tras días de negociaciones y falta de descanso por el 'Cónclave de Oliva', lo cierto es que Montse Tomé terminó la etapa de Vilda con el mismo mal pie que comenzó en la RFEF la suya propia. Meses después su principal valedor desde 2020 en la RFEF la vuelve a poner en el foco: el técnico que actualmente dirige a Marruecos confía en que el testimonio de Tomé pueda ser clave para que ahora su defensa decida pedir su declaración de modo que el juez se plantee exonerar al exseleccionador.

Ante esa situación el juez determinará si esperar a la resolución del recurso, lo que podría llevar semanas, o bien dictar la apertura del procedimiento, como todo parece indicar, que se podría producir en los próximos días. Otra opción también sería que el juez se plantee 'desimputar' a Vilda, por lo que su recurso no tendría mucho más recorrido. La decisión está en manos del magistrado.