Fran Escribá recuerda los días más críticos en el Valencia y se sincera sobre Quique: "Fue como un matrimonio, estuvimos muy enamorados pero luego te desenamoras"
El técnico valenciano, segundo entrenador de Quique Sánchez Flores en Getafe, Valencia, Benfica y Atlético, repasa su trayectoria en los banquillos. Actualmente sin equipo, su última etapa fue en el Zaragoza.
La experiencia en los banquillos de Fran Escribá (Valencia, 1965) nos lleva un buen rato, en el más amplio sentido de la palabra, de vivencias y anécdotas a un lado y otro de la pantalla. En verdad, más para mí que escucho que para él que revive momentos ciertamente delicados, como los que experimentó en el Valencia C.F., en su etapa como segundo entrenador de Quique Sánchez Flores. "Había un clima social y un ambiente que era excesivo, que traspasó lo futbolístico para llegar a lo personal, para hacernos la vida incluso incómoda a nivel del día a día, hasta ir a recoger a tus hijas al colegio tenías que encontrarte a alguien por la calle que te dijera algo. Fueron años muy extraños y que llevaron a lo que llevaron: a la llegada de Koeman, al casi descenso…", recuerda sobre las últimas semanas en el Valencia Escribá, que inició su andadura futbolística precisamente en la escuela che. "Yo era un diez de calidad, era el típico jugador zurdo, habilidoso, que tenía gol. Ahora han pasado tantos años que puedo decir tranquilamente que era uno de esos jugadores que en teoría debía llegar al primer equipo pero que luego no llegan", confiesa.
Quien sí vistió de blanquinegro y con quien después compartió siete años entre Getafe, Benfica, el club de Mestalla y el Atlético de Madrid fue Quique. Fueron "siete años de grandes momentos. Con Quique fue como un matrimonio: estuvimos muy enamorados pero luego lógicamente te desenamoras", afirma antes de recordar su paso por los diferentes clubes y analizar pasado y presente del Atlético con nombres propios como Koke, Forlán o el Kun. También el Cholo y sus refuerzos. "Julián Álvarez me parece un gran fichaje pero que el dinero que se ha pagado por él es una barbaridad. Eso siempre lo va a llevar él encima. Mucha gente va a exigirle rendimiento acorde a eso, y eso es muy complicado", reflexiona el valenciano, sin equipo desde su salida del Zaragoza en noviembre de 2023. "Entrenar en Primera división es tener un volante en la Fórmula 1. Hay infinidad de pilotos increíbles, pero en la Fórmula 1 hay equis, no hay más", compara Fran, con quien en esta primera parte de la charla hablamos de su experiencia más reciente y su etapa como segundo de abordo. En los próximos días, revivimos su paso por los banquillos como primer entrenador de Elche, Getafe, Villarreal y Celta.
¿Cómo estás, Fran? ¿Cómo son estas etapas de estar sin equipo? ¿Cómo se gestiona esa incertidumbre, el estar pendiente del teléfono, de opciones que surgen, otras que se caen…?
Bien, bien, no soy muy de mirar eso, lo miro tranquilo. Llegan unas fechas de junio en las que la mayoría de los proyectos ya están iniciados y tienes claro que si no te han llamado, ya no te llaman. Entonces, ya te planteas pasar un verano más tranquilo, preparado para ver fútbol para cuando te llegue el momento. Pero soy una persona tranquila y esperas el momento, como otras veces nos toca, no sólo a uno, sino a cualquier compañero.
Estás sin equipo después de rescindir tu contrato con el Zaragoza. Lograsteis la salvación en la primera temporada, en la segunda encadenasteis seis derrotas y rescindieron tu contrato. ¿Cómo valoras esta última etapa en los banquillos?
Bueno, fue un riesgo por mi parte, porque yo no había entrenado más que un año en Segunda división, el año del Elche, que además ascendimos, pero es verdad que el Zaragoza, aunque es un club que ya lleva bastantes temporadas en Segunda, la ciudad es fantástica y el club históricamente, sobre todo para los que tenemos cierta edad, siempre en nuestra cabeza ha sido un club de Primera división. Entonces, sabía que era un proyecto que era serio y por eso fui. Es cierto que luego te encuentras situaciones que son muy largas de explicar, en las que uno se da cuenta que el club todavía no está preparado para ciertas cosas, y luego que tuvimos, entre comillas, porque siempre suena raro, la mala suerte de empezar increíblemente bien la temporada pasada.
Ganamos los primeros cinco partidos, se había hecho una pretemporada muy buena, se generaron unas expectativas excesivas como luego se ha visto, no sólo conmigo, sino con los dos compañeros que me sustituyeron, para que el equipo estuviera en una zona noble de la clasificación, ya no digo el ascenso. Un equipo que estuvo hasta las últimas jornadas pensando que podía descender, con lo cual el final demuestra que no hubo un poquito de paciencia, pero eso es algo que el fútbol normalmente no suele ir de la mano. Una lástima, porque yo estaba muy a gusto. Estuve muy a gusto tanto a nivel de ciudad como a nivel de club, pero es cierto que, como la mayoría de las veces en el fútbol, faltó paciencia.
¿Hay algo que se pueda contar del club, de esas situaciones que te hicieron ver que «no estaba preparado para ciertas cosas»? Porque al riesgo que dices que asumías conscientemente no sé si se ha podido añadir ahora también un lastre de cara a intentar volver a un banquillo: pasaste de Primera a Segunda y el proyecto no ha ido bien…
No, yo tomé la decisión sabiendo que eso podía pasar pero, que se me entienda, me daba igual, fui allí muy convencido. Para mí lo fácil hubiera sido haberme esperado. Era una época cuando fui para allí, que era noviembre, que era el momento que empezaba el baile en Primera y en Segunda. Podría haber esperado tranquilamente un banquillo de Primera y hubiera sido de esos entrenadores que a lo mejor en uno suenas y no vas, pero acabas encontrando equipo. Pero bueno, se me planteó un proyecto que yo creí serio desde el principio y luego no salió bien.
Yo creo que en mi caso perjudicó también el hecho de que se tomó la decisión de destituir a entrenador y director deportivo antes de llegar yo, y como la necesidad inmediata -y así lo planteó el club cuando se me presentó-, era tener entrenador, el director deportivo pasó a ser secundario en ese momento. Y luego, la elección del director deportivo, pues ya sabes que tú no eres un entrenador del director deportivo. No ha llegado un director deportivo y te ha elegido a ti. Entonces, tú sabes que mientras las cosas vayan bien, el director deportivo va a estar a tu lado, pero cuando las cosas no vayan bien, el director deportivo va a querer un entrenador de su cuerda, y ésa es otra de las cosas que uno también tenía clara. Mientras fue bien, todo iba fenomenal, pero cuando no, pues sabías que eras una vez más el eslabón débil.
Cuántos pros y contras tiene vuestro trabajo… ¿En estas situaciones es cuando uno piensa en lo desagradecido que es en muchos casos?
Sí, sobre todo porque la gente muchas veces, y es lógico, es normal, no sabe la cantidad de esfuerzo y sacrificio que hay detrás de todo lo que hacemos. Yo hice todo lo que pude y lo único que puedo poner como ejemplo es que el equipo empeoró cuando yo me fui, y eso son datos. El equipo empeoró cuando fue el compañero que me sustituyó (Julio Velázquez) y cuando luego fue el actual entrenador, Víctor Fernández, que es el que arranca la temporada con ellos ahora, el equipo siguió empeorando.
No es quitarse culpa, porque es así, siempre la culpa sabemos que recae, sobre todo en principio, sobre el entrenador, pero cuando se hace un análisis serio, y no lo hablo por mí, en general, pasa en muchos clubes: si se hace un análisis serio de muchas destituciones de compañeros, acabaremos dándonos cuenta de que a lo mejor el entrenador tenía su culpa, porque obviamente somos los responsables, pero posiblemente no tenemos tanto porcentaje de culpa como el que nos suelen achacar.
¿Y ahora qué, Fran? ¿Cómo se ve el futuro?
Muy tranquilo, muy tranquilo. El hecho de que empiece la competición ya te pone primero como aficionado, con ganas de verlo, porque ahora no lo ves de otra forma, sabes que cuando algún equipo tanto de Primera, como de Segunda, como del extranjero no va a estar en objetivos querrán cambiar de entrenador, y a lo mejor cuando llegue ese momento ya te empiezas a plantear ciertas cosas, pero ahora no, ahora lo vas a ver tranquilo. Vas a ver mucho fútbol, vas a ir conociendo la renovación que hay, año tras año, en todas las plantillas, y también nuevos entrenadores. Es aprender un poco todo lo que esta nueva temporada nos va a dar, que aunque haya entrenadores y plantillas con cierta continuidad, también hay que ver aquellas en las que ha habido muchos más cambios, que han conseguido objetivos mayores, que van a tener que volver a pelear o a la inversa, y nuevos entrenadores que a ver qué aportan, y eso a mí como entrenador también me sirve.
"Entrenar en Primera división es tener un volante en la Fórmula 1. Hay infinidad de pilotos increíbles, pero en la Fórmula 1 hay equis, no hay más"
Exentrenador de Getafe, Villarreal o Elche, entre otrosHablas de nuevos entrenadores y hay una reflexión que se repite sobre todo cuando charlo con exjugadores que quieren empezar a entrenar, que dicen que hoy en día la sensación es que hay muchos más entrenadores que equipos, que banquillos.
Sí. Yo siempre le digo a mis compañeros cuando uno tiene la suerte de estar entrenando en Primera División que es tener un volante en la Fórmula 1. Hay infinidad de pilotos increíbles, pero en la Fórmula 1 hay equis y no hay más. No sé si son veinte, pero debe ser parecido el número de Primera división. Pues esto es lo mismo. ¿Qué ocurre? Pues que igual que hay una IndyCar o hay un montón de pruebas automovilísticas, y hay grandes pilotos que se van a otras cosas, o en las motos que se van a Resistencia o a Superbikes y demás, pues aquí nosotros tenemos la ventaja de que el fútbol español está muy bien considerado, el entrenador español está bien considerado, y hay muchas opciones de ir fuera. De hecho, en la Liga española siempre solemos estar en torno a entre diez y quince entrenadores españoles, pero si vemos fuera, tenemos decenas y decenas de compañeros. Ésa es una de las opciones que nos quedan a los que no tenemos equipo y también en estos casos a muchos jugadores que, como dices tú, empiezan una carrera y que al principio si no entras en el club en el que has estado, en un filial o en un juvenil, pues es una buena solución empezar en ligas con menos exigencia que la nuestra.
¿Te motivaría entrenar en el extranjero? Hasta la fecha no lo has hecho. Estuviste en Portugal, pero como segundo de Quique.
Sí, sí. La verdad es que he tenido muchas opciones casi todas las temporadas, y mucha gente que me pregunta: 'Tú que eres una persona inquieta a nivel social y cultural'. Y siempre les digo lo mismo: 'Es verdad, a mí me pega haber entrenado en muchos sitios'. Yo siempre, cuando empezaba, decía: 'Prefiero entrenar diez temporadas en varios países distintos a quince seguidos en España'. Pero es que cuando tuve las mejores opciones de ir fuera, tenía muy buenas opciones aquí.
Cuando me fui al Villarreal, que era un club estupendo, tenía opciones de fuera por todos los lados, pero en ese momento, por poner un ejemplo, para qué te vas a un equipo de Championship, que sí, que es una liga muy atractiva, cuando tienes equipos de Primera en España que te quieren. Y así me ha pasado varias veces, ha coincidido. También con la época de los países árabes o incluso el principio de China, cuando en China había todo el dinero del mundo y, de hecho, muchos compañeros fueron para allí, que lo mismo, tuve muchas opciones de haber aceptado pero me coincidió con situaciones o equipos en los que prefería estar aquí. Pero sí que, evidentemente, por mis inquietudes me pega irme fuera. No descarto lo más mínimo si a lo largo de la temporada no sale nada interesante aquí y sale algo interesante fuera, irme.
Esto es mirando hacia el futuro, pero vamos a recapitular un poco tu carrera, Fran, y si miras hacia atrás, ¿cómo la ves? Tú empezaste jugando en las categorías inferiores del Valencia.
Sí, yo estuve siete años en el Valencia. Ahora lo puedo decir porque si lo dices muy reciente, dicen: 'Bueno, éste…'. Pero ahora han pasado tantos años que puedo decir tranquilamente que era uno de esos jugadores que en teoría debía llegar al primer equipo pero que luego no llegan y en tu generación llegan Fernando Gómez Colomer o Emilio Fenoll, Fernando Giner o Voro, Camarasa…
Pero vamos, pasé siete años muy buenos allí en el Valencia, hasta el filial, y luego estuve jugando por equipos de Segunda B y de Tercera división de aquí de Valencia y fuera de Valencia también. Después me saqué el título de entrenador. Había entonces los tres niveles -nivel 1, 2 y 3-, me saqué los dos primeros jugando todavía, y el tercero ya me lo saqué cuando me había retirado, y ahí es donde coincidí con Quique, en el curso nivel 3, y ahí me propuso él que si empezaba o le salía una opción buena de entrenar si me iría con él de segundo. Fue cuando enseguida le salió Getafe y nos fuimos siete años juntos. Y después de Atlético de Madrid fue cuando yo me tomé un año porque yo lo que quería era entrenar, nunca pensé ser el segundo entrenador de nadie, porque quería ser entrenador, y se lo dije a Quique y por eso tomamos caminos distintos. Estuve un año sin entrenar y luego ya fue cuando ya tomé al Elche en Segunda, fue el año del ascenso, y a partir de ahí mi carrera ya es más conocida.
Ahora hablamos de tu carrera en los banquillos pero antes, ¿por qué no llegaste al primer equipo del Valencia? ¿De qué jugabas?
Yo era un diez de calidad, era el típico jugador zurdo, habilidoso, que tenía gol, pero supongo que si hubiese jugado en esta época, no digo que hubiese llegado al Valencia, pero sí que posiblemente habría jugado profesionalmente en otro equipo, por lo mismo que hemos dicho de los entrenadores, porque igual que en aquella época, o ahora, hay decenas de entrenadores que están fuera y centenares de jugadores que se los llevan ya incluso en categorías infantiles, juveniles, en aquella época era muy raro. En aquella época éramos muchos compañeros los que tenían el nivel o podían tener el nivel para jugar si no en el Valencia, en un equipo importante ya de Primera o Segunda división, pero entre que en el fútbol no había tanto dinero y demás yo recuerdo compañeros míos que decían: 'No, no, yo me lo dejo, prefiero jugar en el equipo de mi pueblo, me pagan muy bien, trabajo por las tardes o por las mañanas…'. Era otra mentalidad y primaba el estudiar muchas veces.
Hoy en día llega un equipo en categoría juvenil y enseguida ofrecen un trabajo al padre, a la madre, a toda la familia, se los llevan, hay mucho dinero… Yo tengo compañeros de muy, muy buen nivel, que con 20 o 21 años dijeron que a otra cosa, y que a lo mejor se hubieran ido a un equipo de fuera sin ningún problema. El no llegar, ya digo, porque la selección natural muchas veces no te lleva a ello. Yo siempre pensaba, y pienso, que no era sólo jugar bien, además hay que tener también el momento de suerte. Yo tenía compañeros peores pero que el club en ese momento necesitaba un jugador en esa posición en concreto y luego hizo muy buena carrera, y tenía compañeros mejores pero que en ese momento el club tenía un par de jugadores en esa posición que impedían que ese jugador subiera. Se juntó un poco todo, y luego encontré la comodidad de vivir en Valencia, en mi casa, y jugar en equipos cerca de aquí y ya no pensé más en el tema.
"José Ángel de la Casa dijo que cambiaría los 500 partidos que retransmitió de la Selección por haber jugado sólo un partido con ellos. Yo hubiera cambiado los 500 que jugué por uno con el Valencia"
Exentrenador de Getafe, Villarreal o Elche, entre otrosNo fue una frustración.
No. Hay una frase que se la oí a José Ángel de la Casa, que dijo una vez que cambiaría los 500 partidos que él retransmitió de la Selección por haber jugado sólo un partido con ellos. Pues posiblemente yo hubiera cambiado los 500 partidos que jugué por ahí por haber jugado sólo un partido con el Valencia, que era mi club, pero en aquel momento. Ahora miro hacia detrás, y como dices tú, también parte de lo que somos son esos errores y esos aciertos y esos caminos distintos que hemos tomado. Estoy muy contento con mi vida y creo que eso tapa cualquier frustración.
¿Y fue un acierto enrolarte con Quique como segundo entrenador?
Curiosamente fue un momento difícil, porque yo estaba muy bien valorado en el Valencia como entrenador, porque yo había entrado los primeros años como entrenador en la escuela del Valencia y en ese momento era el coordinador de la escuela. Manolo Llorente, que era en ese momento quien mandaba en el club, tenía mucha confianza en mí, me ofrecieron un contrato profesional para seguir en el club dirigiéndolo todo. Si a lo mejor el Valencia en ese momento en vez de dirigir o coordinar la escuela me hubiera propuesto entrenar al juvenil o al filial, pues a lo mejor hubiera dicho que no, porque era lo que quería, entrenar.
"Con Quique fue como un matrimonio: estuvimos muy enamorados, pero luego lógicamente te desenamoras, aunque en esos siete años hubo grandes momentos"
Exentrenador de Getafe, Villarreal o Elche, entre otrosTanto lo de dirigir y coordinar, aunque lo había pasado muy bien los dos años anteriores, veía que no era lo que yo quería. Entonces, al surgir la oportunidad con Quique después de todo un año de curso de entrenadores juntos, que pasamos un año muy bueno, yo vi que había una conexión en la que podíamos funcionar y creo que no nos equivocamos. Fueron siete años. Luego siempre he puesto el ejemplo cuando me han dicho 'Pero luego la cosa cómo acabó…'. Al final es como un matrimonio: estuvimos muy enamorados, pero luego lógicamente te desenamoras, pero no es menos cierto que en esos siete años hubo grandes momentos.
¿Como cuáles? Empezamos por el Getafe, vuestra primera andadura juntos. Debutabais mano a mano, en Primera, pero es que también lo hacía el equipo.
Ése posiblemente tuvo menos repercusión que otros posteriores, pero para nosotros el primer año en un equipo que había ascendido por sorpresa, porque se había clasificado sexto en la última jornada del año anterior, nadie esperaba que el Getafe que venía de Segunda B ascendiese, fue un año muy bonito y muy difícil al mismo tiempo, pero luego los años en Valencia, que además fueron años convulsos… Yo ahora, cuando se habla de la situación del Valencia, digo que la gente no recuerda la que vivimos nosotros en aquella época. Eran años dificilísimos y que acabaron muy mal en muchos casos. Luego el año del Benfica fue muy bonito…
Espera. Paramos ahí, Fran. ¿Cómo fueron esos años? Porque el Valencia os buscó para devolver al equipo a Europa, os clasificasteis para la Champions los dos primeros años pero en la tercera temporada, tras nueve jornadas, siendo cuartos y a sólo dos puntos del líder os destituyeron.
Ahora es algo que suena increíble. Hay gente que se acuerda, pero si a alguien le dices que fuimos a jugar a Sevilla yendo segundos y perdimos contra un gran Sevilla -porque el Sevilla siempre es un gran club, pero aquel Sevilla era la leche: Alves, Renato, Kanuté, Palop, futbolistas top- y perdimos con dos expulsados, además, y una lesión grave de Edu, el brasileño. Once contra nueve. Y cuando volvimos había hasta gente esperándonos en el aeropuerto para decirnos de todo, nos siguieron incluso a la ciudad deportiva con vehículos y demás, una locura, y esa noche nos destituyeron cuando íbamos en posiciones de Champions, con el equipo los dos años anteriores clasificado con todas las opciones, además era octubre, no era abril.
Siempre lo digo a la gente cuando dicen que fue injusto: 'Lo diréis ahora, pero si hubieran hecho una votación entre los socios del Valencia, estoy seguro de que hubiera salido a favor de que nos destituyeran, porque había un clima social y un ambiente que era excesivo, que traspasó lo futbolístico para llegar a lo personal, para hacernos la vida incluso incómoda a nivel del día a día, hasta ir a recoger a tus hijas al colegio tenías que encontrarte a alguien por la calle que te dijera algo. Fueron años muy extraños y que llevaron a lo que llevaron: a la llegada de Koeman, al casi descenso, curiosamente se ganó la Copa del Rey, pero fueron años muy convulsos en el Valencia, que ahora vuelve a haber un poco también de marejada, pero de distinta forma.
¿Cómo se explica ese malestar hacia vosotros, ese caldo de cultivo? Quique lo dijo en su rueda de prensa de despedida: 'Pierdo un cargo pero recupero una vida'. Tal era el ambiente.
Sí, sí, es que era así. Y él que había sido también jugador del Valencia, que para los dos era nuestro club, y era una carga el ir cada día casi a entrenar, porque se veía que había ese caldo de 'nos van a destituir sin sentido, a nivel futbolístico', porque estábamos arriba, pero se veían esas ganas. Bueno, el 'Quique, vete ya' era el grito constante en todos los partidos, y estábamos arriba. Eso lo hubiéramos entendido yendo octavos o en abril, como he dicho, pero para nosotros era muy difícil, muy difícil.
Luego se juntó también la presentación de lo que iba a ser el nuevo Mestalla, todavía se hacía la idea de una mayor grandeza en un club que hacía tres o cuatro años había ganado dos Ligas. La sensación era que teníamos la obligación de no sólo estar ahí, como estábamos, sino ganar, y como se ha visto después, ganar está al alcance de muy pocos. Cogimos, con todo el mérito que tuvo Rafa en los dos años que ganaron la Liga, porque eso es un meritazo, parte de esa gran plantilla, pero también es verdad que si uno analiza las plantillas de Madrid y Barça en esas épocas no eran tan grandes plantillas. La prueba de ello es que en alguna de esas temporadas ni siquiera quedaron segundos Barça o Madrid, sino que quedaron otros equipos. Creo que con la dificultad que tiene siempre ganar, creo que esa época era un poco más fácil ganar, y nosotros ya empezamos a pillar esa fase en la que desde entonces sólo han ganado Madrid, Barça y Atlético de Madrid. Creo que eso demuestra la dificultad del momento.
¿Cómo era ese vestuario? Porque tenéis pesos pesados: Cañizares, Ayala, Albelda, Baraja... No sería fácil lidiar con un vestuario tan fuerte, ¿verdad?
No. Y lo digo en este caso como lo que yo era entonces, para mí fue una lección día a día porque me encontré con un vestuario de súper élite, porque era un vestuario de súper élite. Cuando había una convocatoria de la selección española, éramos el equipo que más jugadores aportaba. Pero es que, además, se nos iba Ayala, se nos iba Aimar, se nos iban jugadores italianos, se nos iban de todos los lados, 12 o 14 jugadores, lo cual demuestra la grandeza de aquel equipo. Es verdad que en algunos casos tampoco había relaciones personales fáciles, como hay en muchos vestuarios, pero en los vestuarios más grandes a veces es más complicado, y no fue un vestuario fácil. Y yo siempre he dicho que para mí fue una lección diaria porque esos pequeños o grandes problemas el segundo es el que tiene que intentar apagarlos constantemente, y eso me ha servido mucho en los años posteriores para saber manejar un vestuario. De broma digo: 'Si manejé aquel vestuario, todo lo que viniese después ya era relativamente fácil'. Pero es verdad que con independencia de que unos fueran mejores amigos, unos u otros no tanto y demás, a nivel profesional eran brutales. Eran un equipo absolutamente profesional desde el primero hasta el último. Era una delicia entrenar a aquel equipo.
Ahora te preguntaré por el vestuario del Atlético de Madrid, que tampoco debió ser...
(Se ríe). También.
Hace unos días hablaba con Juan Luis Mora y me decía que Quique tenía mucho carácter y que tú eras el «tranquilizador». ¿Hay algo de aquel vestuario, de aquellas malas relaciones, que se pueda contar?
No, no, realmente lo más duro que pasamos, curiosamente, no fue a nivel de relaciones entre jugadores, porque eran muy profesionales y las malas relaciones no las transmitían en el partido, por supuesto, nunca, tampoco en los entrenamientos. La fase dura, dura que pasamos en nuestro segundo año fue que se nos juntaron una cantidad de lesiones tremendas de golpe, pero tremendas. Lesiones muy graves, y eso fue un golpe muy duro para el equipo: lesión de rodilla de Albelda, de Marchena, de Gavilán, de Edu, de muchos futbolistas importantes, y anímicamente fue muy duro, pero aún así supimos sobreponernos a eso y volver a acabar muy bien la temporada. Pero a nivel humano no, a nivel humano nunca hubo, por poner un ejemplo y es claro y es verdad, ni una sola pelea, lo típico de 'se han pegado dos jugadores en un entrenamiento', nunca llegó a ocurrir nada de eso, lo cual demuestra que aún habiendo en algunos casos mala relación, ellos sabían dónde tenía que acabar esa relación.
¿Y cómo era tener a Villa y a Silva en el campo?
Te das cuenta de lo buenos que son cuando luego tienes a otros. Cuando haces el mismo ejercicio de finalización que hacías con Villa o con Morientes, o con el Kun o con Forlán, y te das cuenta de lo fácil que lo hacen, y de repente luego tienes otros jugadores que lo mismo lo hacen mal, dices: 'Es que aquellos eran muy buenos'. Era una gozada. Además, se complementaban muy bien, porque Villa, por ejemplo, a nivel táctico no era un jugador inteligente, era un jugador que entraba en fuera de juego constantemente. Yo le hacía cortes de imágenes para que él se diera cuenta de que por poquito pero que se metía en fuera de juego sin más, sin necesitarlo, porque él era muy rápido, muy hábil y demás, pero luego se complementaba con otros que sí que lo eran, como era Silva, el propio Morientes, era un jugador muy inteligente en el campo, y en el centro de campo un poco lo mismo. Qué mejor pareja que se complementaba a nivel futbolístico que Albelda-Baraja. Con los dos tenías todo, por eso durante bastante tiempo fueron el medio campo de la selección española, porque eran jugadores muy completos.
Y luego Cañizares era un jugador que la personalidad, la que él tiene, la transmitía muy bien al equipo. Era un jugador que era capaz de llegar al Bernabéu, al Camp Nou o a Stamford Bridge, donde todo el mundo llegaba pensando 'Uf, este escenario, uf, este escenario', y pasaba Cañete por tu lado con la toalla, saliendo hacia el campo como diciendo 'Vale, va, vamos'... Y esa personalidad que él ha tenido siempre también era muy buena para el equipo. Ayala, Aimar, jugadores sobre todo de una personalidad extraordinaria. Estamos hablando de que al final había varios campeones del mundo en este equipo, porque estaba Albiol, Marchena. Teníamos una cantidad de futbolistas brutales y con mucha personalidad.
"Las temporadas del Valencia son como los melones, hasta que no los abres no tienes ni idea"
Exentrenador de Getafe, Villarreal o Elche, entre otros¿Qué sensaciones te transmite ahora el Valencia, visto desde fuera? Vosotros vivisteis un maremágnum en la época de Juan Soler, ahora hay otro con Meriton.
Las temporadas del Valencia son un poquito como se suele decir de los melones, que hasta que no lo abres no tienes ni idea. Es una oportunidad. Yo recuerdo a veces la época en la que el Valencia descendió en los años 80. Obviamente, no deseo que ocurra eso, pero lo pongo como ejemplo de que fue el momento de que un club sin dinero y con una crisis social también importante, porque nunca había estado el Valencia en Segunda, dio la oportunidad a muchos jugadores que aparecieron y que luego fueron grandes jugadores: esa generación que he dicho de Fernando, de Giner, de Camarasa y compañía. Yo siempre he pensado que la cantera del Valencia es una de las grandes soluciones que debe tener el club, pero no la de Valencia, la de la mayoría de los clubes. Mucha gente pone el ejemplo del Athletic Bilbao: 'Oh, es que es un equipo, fíjate, y sólo cuenta con gente de su casa'. Ya, por eso mismo, porque como trabajan mucho sabiendo que ése es su jardín y no pueden ir a otro sitio, aunque a veces firmen a un jugador que es navarro o que tiene ascendencia vasca y demás, pero firmando tres cosas de, entre comillas, fuera son capaces de estar ahí.
Yo creo que en el Valencia, con un buen trabajo, y está ocurriendo, están saliendo jugadores de la cantera, debemos mirar el futuro con optimismo, lo que pasa es que eso suele requerir un tiempo. No podemos esperar que un jugador o varios de 19 o 20 años debuten en el primer equipo y de repente el equipo ya esté para luchar por cosas importantes. Creo que el Valencia tiene que hacer una temporada tranquila, tipo el año pasado, y cuando ya llega febrero o marzo, en función de dónde estás, pensar si te da para dar un paso adelante o es lo que hay. Está claro que hay enfado de la afición con la propiedad, eso es cierto, pero no con los jugadores. Creo que en aquella época lo había con todo, con el club, con los jugadores, con los entrenadores. Ahora la gente va a ver a su equipo, quiere que gane, y tampoco se hacen expectativas, como es lógico, no creo que haya ningún socio ahora valencianista que diga: 'No, no, este año entre los cuatro primeros'. La gente sabe, es consciente, que el equipo tiene unas limitaciones a día de hoy y que estar en mitad tabla del 5 al 10 debe ser un éxito. Y hasta que no se cierre el mercado, esa inestabilidad, como se habla de Mamardashvili y de tres o cuatro jugadores que puedan salir, pues está ahí. Si se quedan, evidentemente será bueno para el Valencia porque ahora, a día de hoy, son jugadores importantes.
La 'Quinta del Pipo', los Diego López, Fran Pérez, Javi Guerra y compañía ya fueron los que salvaron al Valencia hace dos temporadas. ¿Cómo ves al Baraja entrenador?
Yo con Pipo me reía porque Pipo me sustituye a mí en el Elche. Cuando yo me voy del Elche al Getafe, con el descenso administrativo aquel del Elche, él fue el que llegó allí, y me acuerdo que me lo encontré al cabo de poco tiempo por Valencia y era su primera experiencia profesional. Él había estado creo que en el juvenil del Valencia, y me hizo gracia porque me dijo: 'Si tuviera dos jugadores como era yo, no aguantaría esto'. Porque Pipo era un jugador de mucho carácter en el vestuario y en el campo, y te cuestionaba, en parte porque supongo que él tenía un poco la idea de entrenador en la cabeza. Cuando hacías un ejercicio y decías 'A tres toques', él siempre tenía que saber por qué a tres toques. 'Vamos a hacer esto de esta forma'. '¿Y por qué de esta forma?'. Y llega un momento en que te cansaba, porque era muy pesado, porque una cosa es que te pregunte algo y otra cosa es que te lo cuestione todo. Entonces yo me reí con él, le dije: 'Ahora te das cuenta'. Y dice: 'Sí, sí'. Pero no es el único que me lo ha dicho, otros jugadores que he tenido que ahora son entrenadores dicen: 'Maaadre mía, qué diferencia de lo que era estar a un lado a estar en el otro'.
"Baraja me dijo: 'Si tuviera dos jugadores como era yo, no aguantaría esto'"
Exentrenador de Getafe, Villarreal o Zaragoza, entre otrosEs cierto que ha tenido una carrera difícil porque no le ha ido bien en Gijón, en Zaragoza mismo, en el Rayo; duraba poco, pero de repente se encontró un sitio con una dificultad grande y la verdad es que lo ha hecho muy bien. Ha aportado tranquilidad, pero es cierto que su carrera, siendo un jugador y un hombre inteligente como es, parecía que no arrancaba y que era… no fracaso porque la palabra no me gusta, pero sí destitución tras destitución. De repente ha llegado al Valencia y, aprovechando lo que hablábamos de los jugadores de la cantera, tienes a un entrenador de la cantera, aunque ya no estuviera en el Valencia. Creo que eso también ha sido una oportunidad buena para él y la está aprovechando.
¿Se puede saber algún otro exjugador que te haya dicho: 'Madre mía, Fran, cómo cambia la película'?
(Se ríe). Muchos. Te diría que muchos, pero muchos, por la relación buena que tenía. Curro Torres también me lo decía, que además era un tío con mucho carácter también. Muchos jugadores que te encuentras y que te dicen. Mi propio segundo entrenador ahora, que es David Generelo, que fue jugador de Zaragoza y fue jugador mío en el Elche cuando él empezó fue de los primeros que también me lo dijo, casi él aún como jugador: 'Madre mía, los jugadores no se dan cuenta de lo que es ser jugador a ser entrenador'. No tiene nada que ver. Estamos en la misma profesión, estamos en los mismos hoteles, el mismo campo de entrenamiento, pero son dos profesiones absolutamente distintas.
¿Cómo fue por Lisboa? Que te he cortado para avanzar cronológicamente, pero me estabas diciendo que fue muy buena experiencia.
Muy bien, y a nivel personal también fue un año fantástico. Habíamos estado en Valencia, en casa, con mi familia, y allí al ser un sitio lejano nos desplazamos todos y siempre con hijas pequeñas, que eran entonces bastante pequeñas, siempre tienes la duda de ver cómo se van a adaptar fuera, pero si ahora les preguntas quince años después te dirán que el año más feliz de su vida fue en Lisboa. Lo tienen idealizado completamente. Fue un año muy bonito. Y luego que Benfica es una pasada de club. Es difícil explicar lo que es Benfica para un portugués si no estás allí, porque yo era el mismo que pensaba que cuando llegué me exageraban. 'No, no, la mitad de los portugueses son de Benfica'. Y dices: 'No, los portugueses no, serán los de Lisboa y algunos más de por ahí, pero luego está el Porto y demás'. Y no, no, te das cuenta de que no, es verdad que la mitad de Portugal es del Benfica, pero es que luego vas a jugar en Europa y haces un entrenamiento en Grecia y te pueden aparecer dos mil portugueses en la grada que se vuelven locos.
Es un gran club, pero un gran, gran club, y creo que lo único que le falta para dar ese definitivo salto y volver a ser de los grandes de Europa es que compite en una liga que es menos competitiva, y yo creo que eso le quita siempre algo. Al final se lo juegan entre Sporting, Porto y ellos y raro será que salga otro para ganar un título. Su liga luego le lastra en Europa, pero como club es espectacular. Es una gozada. Yo tengo también un recuerdo fantástico de ese año.
Si no me equivoco, teníais dos años de contrato pero rescindisteis después del primero. ¿Qué pasó? No fue nada mal la decisión porque llegó el Atleti pronto.
Sí, teníamos un año y realmente fue Quique quien decidió que no quería seguir, y como yo en ese momento era segundo… Yo estaba muy a gusto y de hecho, como no teníamos equipo y por lo que te decía a nivel personal, hubo la típica reunión familiar para decir: '¿Nos quedamos a vivir aquí en Lisboa?'. Y lo que pasa es que yo les dije: 'El problema no es ése, el problema es que a lo mejor en nada tenemos equipo y yo me tengo que ir de aquí'. Y así fue, nos volvimos a Valencia y en octubre ya estábamos en el Atlético de Madrid.
¿Cómo fue ese paso? El de volver a casa no, el del Atlético.
Lo mismo, es un club muy bueno. Yo me lo pasé muy bien. A nivel de afición es lo mismo que he dicho antes de Benfica, esa unión que siempre se ve con el Atlético de Madrid, con sus socios, esa pasión que tiene el que es del Atleti, eso lo vives. Está claro que el Madrid a nivel de club, de repercusión, de títulos, es el club más grande, pero es que el que es del Atleti es del Atleti, y eso te lo transmite. Luego tienes ahí a Miguel Ángel Gil que es el dueño principal y no se mete prácticamente nada en el día a día, por no decir nada, y teníamos muy buena relación con él. Cerezo es un personaje divertido, educado, yo me reía mucho con él, y a nivel de vestuario teníamos una gran plantilla.
"El Atlético es un club fantástico. No me extraña que el Cholo se quiera quedar a vivir allí, porque se está muy bien"
Exentrenador de Getafe, Villarreal o Zaragoza, entre otrosLo que pasa es que todo queda un poco en la sombra positiva que hizo el llegar a la final de la Copa del Rey y ganar la Europa League. Hizo una sombra positiva sobre dos malas temporadas futbolísticas, porque no fuimos capaces en ninguna de las dos temporadas de que el equipo jugara al nivel que tenía que jugar y, de hecho, el primer año quedamos octavos y el segundo, tres cuartos de lo mismo. Me refiero a que nunca fuimos capaces de ser regulares en Liga, pero en competiciones futbolísticas como es la Europa League sí que fuimos capaces de rendir bien.
Es verdad que fueron eliminatorias que, y aquí además en Valencia la gente todavía me lo recuerda, aquel agarrón de Zigic que le rompieron la camiseta en el Calderón cuando faltaba poco, que posiblemente nos hubiera eliminado. Todas las eliminatorias las pasábamos así, sufriendo, el valor doble de los goles, en este caso un penalti no pitado que igual siendo el minuto que era nos hubiera eliminado… Bueno, fuimos pasando, fuimos pasando y acabamos ganando, y después de tantos años de sequía fue una alegría enorme, en la ciudad se vivió muchísimo, recuerdo con mucho cariño el día que hicimos la ruta por la ciudad, desde que llegas hasta la Comunidad o hasta el Ayuntamiento. Es un club fantástico. No me extraña que el Cholo se quiera quedar a vivir allí, porque se está muy bien (Sonríe).
Es que eran 24 años sin alcanzar una final europea y 48 sin ganar un título europeo, se dice pronto. ¿Por qué el equipo no llegó a funcionar en Liga? Era un equipazo. Antes ya nombrabas tú a Forlán y al Kun.
Es cierto, teníamos un gran equipo. Teníamos dos grandes porteros en ese momento, incluso tres, porque Joel Robles empezaba y en ese momento obviamente no, pero ha hecho una gran carrera luego, pero además, Asenjo y De Gea. Y Ujfalusi, Perea, Antonio López, en el centro del campo igual: José Antonio Reyes, que en paz descanse, Simao, Forlán… Diego Costa era el malo. De nuestros delanteros, Diego Costa era el malo y de malo no tenía nada. Me refiero a que teníamos un equipazo, era un equipo de un nivel brutal, pero no fuimos capaces. Son años que el 2010 acabó en el Mundial, que además Forlán fue elegido mejor jugador del Mundial. Teníamos muchas competiciones también de clasificaciones y los jugadores se nos iban y teníamos sudamericanos y se nos iban a Brasil, a Uruguay, a Argentina, y cuando volvían, volvían el viernes, porque no eran las ventanas de ahora, ahora están mejor organizadas. En aquel momento se te iban y volvían el viernes o sábado a veces, o volvían el viernes y el sábado estabas jugando. Y todo hizo que no cogiéramos ningún ritmo, nunca en Liga.
Hacíamos un buen partido, ganábamos un partido por mucha calidad y perdíamos el siguiente contra el último en nuestra casa y, sin embargo, una competición corta tiene menos exigencia que la regularidad de la Liga, pues sí que fuimos capaces. Pero es verdad que no funcionamos, esa decepción me queda. Lo que pasa es que ya digo, que cuando la gente habla de nuestra época allí se acuerdan de: 'No, final de Copa, ganamos la UEFA y luego la Supercopa al Inter de Rafa'. Pues es cierto, la verdad es que lo piensas y dices: 'Qué exitazo', pero como entrenador a mí me decepcionó mucho los dos años a nivel de Liga porque fueron malos.
Ya estaba Koke por allí, con 18 añitos.
Sí, debutó.
¿Cómo recuerdas ese Koke de entonces y cómo lo ves ahora convertido en leyenda rojiblanca?
Koke era de esos jugadores que veías que iba a ser grande, no ya por lo que yo lo conocía, que como dices debutó con nosotros y entrenaba todos los días con nosotros, pero hay un detalle que muchas veces le viene bien a los jugadores jóvenes y que ellos no se dan cuenta, y que yo a veces sí que lo he puesto como ejemplo. Si subían cuatro o cinco jugadores durante la semana por lo que he dicho, porque faltaban internacionales, luego a final de semana los bajabas y a lo mejor te quedabas uno, que era el que necesitabas porque era la posición que querías cubrir, o te quedabas con Koke o se bajaba el propio Koke, y yo hablaba con el entrenador del filial y le preguntaba siempre: 'Oye, ¿qué tal los chicos? ¿Cómo han bajado?' .
Decía: 'Ufff, han bajado muy tontitos. Toda la semana con el primer equipo, bajan aquí como diciendo… El único que nunca baja así es Koke. Koke baja, entrena como un animal, llega al partido y es el primero que va a todo, tal y cual'. Pues eso es Koke. Siendo mejor que la mayoría nunca ponía un mal gesto. Le decías: 'Koke, mañana te vas con el filial'. 'Ah, con el filial, estupendo, con el filial', y se iba con el filial y luego hablaba con su entrenador y me decía: 'Es que es el que mejor entrena'. Y luego había otros tantos que tenían mucha calidad, en algunos casos tanta como puede tener Koke, y me dices: '¿Y dónde han jugado?'. Y te digo: 'No han jugado en ningún sitio. Salieron del Atlético de Madrid y dieron pena por dos o tres sitios y se acabó su carrera'. Bueno, pues eso es un ejemplo para los chavales jóvenes, el entrenar con el primer equipo o del juvenil al filial, pero cuando vuelvas con tu equipo tienes que ser el primero en todo, y eso Koke lo era y así lo lleva haciendo tantos años.
¿Y cómo era Forlán? Antes de preguntarte por el Kun.
(Se ríe). A mí la gente con carácter me gusta y Diego tenía muchísimo carácter. Competitivo… Pues uruguayo. Yo creo que vemos jugadores argentinos que tienen carácter, pero si me dijeras: 'Dime un país que se caracteriza por jugadores competitivos', yo creo que Uruguay es uno de los que nos viene a la cabeza enseguida, y era el exponente máximo. Además, en la cumbre de su carrera. Venía de hacerlo muy bien en Villarreal, en el Atlético de Madrid también. Era un jugador brutal. Pegaba fantásticamente con las dos piernas, tenía carácter, era ganador. Te ibas a jugar con él, yo me acuerdo que fuimos a Los Ángeles de San Rafael y fuimos a tirar unas bolas al campo de golf y jugaba contra ti que tenías que decirle: 'Diego, que estamos tirando bolas, que no hay que ganar'.
Hablaba de jugar a tenis: 'No, podemos jugar a tenis un rato y tal' (dice imitando su acento uruguayo) y era ganar. Él era incapaz de pensar: 'Voy a pasar bolas por encima de la red, estamos aquí un rato peloteando'. Nada. Allí en Los Ángeles se puso a hacer un día esquí acuático, de este con translancha, y yo me reí porque le dije: '¿Esto también lo sabes hacer bien?'. Era un tío competitivo: jugaba tenis espectacular, jugaba bien a golf… De hecho, él pudo ser en su momento tenista profesional, lo que pasa es que se fue hacia el fútbol, pero eso que tenía él lo tenía para lo que fuera, en cualquier cosa estaba compitiendo y eso hacía que no sólo él, que Uruguay, fuera lo que fue en esos años.
¿Y qué tenía el Kun? Al que creo que había que atar más en corto, ¿no?
(Ríe a carcajadas) El Kun no tenía nada que ver con Diego en eso. El Kun disfrutaba. El Kun disfrutaba jugando a fútbol. Era lo contrario. Yo le dije una vez, y esa anécdota la puedo contar porque yo he tenido siempre muy buena relación con él. He tenido muy buena con los dos, pero en el caso de Sergio cuando alguna época él ha estado en el City y yo me he ido a Inglaterra, incluso a Manchester que después de Villarreal estuve allí un tiempo, él quería que fuéramos a comer: 'Vente a casa, vamos a cenar'. Me refiero a que era un jugador que se preocupaba mucho por mí, que siempre me ha escrito, constantemente. Es de los que mejor relación personal he dejado en el fútbol. Pero él era más eso, pasarlo bien.
Y yo le decía en la época del Atleti: 'Sergio, si pierdes un par de kilos o tres'. Yo me acuerdo que le decía una frase: 'Si esto consiste en ser muy bueno, no hace falta ni que entrenes, porque ya eres muy bueno, pero si quieres ser uno de los elegidos, te falta un pequeño esfuerzo, y el día que lo hagas, lo serás'. Pues lo hizo. Ya el último año, final de temporada del Atlético de Madrid, me acuerdo que el último partido fuimos a Mallorca, hizo un hat-trick, y es cuando ya se fue al City, y allí ya hizo ese pequeño esfuerzo de darse cuenta de que siendo un jugador ya de súper élite y estando en un club de súper élite como el Atlético de Madrid, necesitaba dar un paso más y lo dio en el City. Por la desgracia que tuvo del tema suyo cardíaco y demás, pero la gente debe recordar que durante cinco, seis, siete años fue uno de los cinco mejores jugadores del mundo seguro. Era un jugador determinante. En los partidos reducidos que hacemos de seis contra seis más porteros, siempre lo decíamos, como era todavía como un recreo, de pequeñito, de espacio y demás, el equipo que tenía al Kun ganaba esos torneos siempre porque era un espectáculo.
Precisamente de allí llega ahora Julián Álvarez. ¿Qué le pueda aportar a este Atlético de Madrid? No le ha ido mal al Atleti cuando ha tenido ese perfil de jugadores uruguayos, argentinos…
Sí, yo creo que han firmado muy bien. Sí que es cierto, pero quedan aún días para acabar el mercado, que uno tiene la sensación de que si algo le falta al Atlético de Madrid podría ser un poco más de refuerzo en el medio campo, pero lo que es tanto la parte de detrás como tanto con Sorloth, con Julián Álvarez, se ha reforzado muy bien.
"Julián Álvarez me parece un gran fichaje pero que el dinero es una barbaridad. Eso siempre lo va a llevar él encima"
Exentrenador de Getafe, Villarreal o Zaragoza, entre otrosJulián Álvarez yo creo que va a ser un jugador importante. Es verdad que se ha pagado mucho dinero y eso siempre lo va a llevar él encima. Mucha gente va a exigirle un rendimiento acorde a eso y eso es muy complicado, porque se ha pagado muchísimo dinero. Yo cuando me enteré de la cantidad me pareció un gran fichaje pero me parece que el dinero es una barbaridad, pero bueno, como jugador ha demostrado que es un jugador muy bueno y yo creo que a nivel de adaptación, más en el Atlético de Madrid, como dices tú, que el jugador sudamericano se adapta muy bien, yo creo que puede funcionar muy, muy bien.
¿Crees que quizá más que a nivel futbolístico va a haber que hacer trabajo psicológico con él para que no le pueda esa presión si llega algún momento de vacas flacas?
Puede ser, porque al final siendo un jugador muy importante en el City no era un titular indiscutible. Era un jugador que en un club como ése, que juegas setenta partidos oficiales, ha jugado mucho pero realmente si uno ponía en su cabeza el once titular posiblemente no era de los del once titular. Antes aparecía un Bernardo Silva, un Haaland o esos jugadores que estaban por delante de él. Luego es verdad que cuando salía o incluso épocas en las que ha sido titular lo hacía muy bien. Ahora, quieras o no, un jugador que ha costado ese dinero y que viene de donde viene, viene en principio con una 'T' de titular en la espalda bien grande. Obviamente, la exigencia va a ser desde el primer día. Ya tiene experiencia y el Cholo además es un hombre que sabe lo que es esa exigencia y que lo va a saber llevar muy bien. Creo que también le va a venir muy bien el ser de la misma nacionalidad. El hecho de que haya esa unión personal que da el ser del mismo sitio… Creo que lo va a saber llevar bien, porque si hay alguien que conoce el entorno y alguien que puede protegerle en los peores momentos va a ser un entrenador como es el Cholo.