Las memorias de Jorge Molina: "La entrevista tras el 'Tocó en Hugo Duro' fue la más caliente, mi mujer me lo dijo, 'te veía y decía..."
El exjugador y exmiembro del cuerpo técnico del Granada repasa su carrera, en la que debutó en Primera a los 29 años, y piensa en su futuro después de su amarga salida del club nazarí.

"Todo lo bueno que se pueda decir se queda corto", "leyenda", "un tío de pm." o "más Jorges Molinas en el fútbol" son algunos de los comentarios que recibió Jorge Molina (Alcoy, 1982) en sus redes sociales en julio de 2023 cuando anunció su adiós al fútbol. Atrás dejaba veintitrés años de "currada" trayectoria en el Alcoyano, Benidorm, Gandía, Poli Ejido, Elche, Betis, Getafe y Granada. Una carrera de veintitrés años que, sin embargo, no le llevó a debutar en Primera hasta los 29, tras el ascenso con el Betis. "Estuve cinco años en Tercera división. Ahí no me planteaba llegar a Primera en la vida", confiesa el delantero alicantino, con quien hace unos días charlábamos sobre su doble adiós al Granada, como jugador y como miembro del cuerpo técnico.
En esta segunda parte de la entrevista, recorremos hitos y anécdotas del delantero más veterano en marcar un hat-trick en la historia de LaLiga -lo hizo con el Granada a los 39 años y 241 días-, del autor del gol 2.000 del Betis en Primera o de uno de los soldados de Bordalás, a quien reconoce entre risas tímidas que imita."Bordalás tiene una forma muy característica de hablar y más cuando él está en tono más distendido y un poco más bromista. Con lo serio que parece, también es muy bromista. Yo creo que todos los jugadores que ha tenido por sus equipos lo han acabado imitando un poquito", reconoce Molina, con quien también recordamos otro momento en el que no estaba para bromas: el pospartido del Valencia-Getafe de los cuartos de final de la Copa del Rey, cuando los azulones cayeron por 3-1 con dos goles de Rodrigo en el descuento y el mítico 'Tocó en Hugo Duro'. "Fue un partido que se dieron cosas inverosímiles, parecía imposible, pero al final acabó como acabó, y la entrevista que tú dices, mira que yo normalmente suelo ser muy comedido y suelo ser muy tranquilo, pero... Vamos, mi mujer me lo decía: 'Yo te veía y decía…' Ha sido la entrevista más caliente, acababa de pasar todo y aún estaban las pulsaciones muy elevadas", reconoce Molina que, a pesar del pulso elevado y su rostro desencajado, fue correcto y educado.
Jorge, ya hemos hablado de tu adiós doble en el Granada y del penalti ante el Espanyol, pero allí has vivido cosas muy importantes también en el aspecto positivo: el futbolista más veterano en marcar un hat-trick en la historia de Primera división, el más veterano en marcar un gol en la Europa League… Y todo eso a pesar de la edad, que cuando llegaste con 38 años había cierto recelo. Seguiste dando el callo.
Sí. Todo lo de antes ha sido un poco lo malo, pero yo creo que ha habido muchísimas, muchísimas cosas buenas, ya no por los récords. Es verdad que cuando firmé en Granada tenía 38 años. Evidentemente, entiendo a la gente que pudiera pensar en un primer momento: 'Ya viene este aquí ahora a retirarse'. Una de las cosas de las que estoy más orgulloso es de haber podido cambiar esa opinión de la gente. Pero ya no te digo que fue en Granada, es que en Getafe me pasó una cosa parecida y firmé con 34 años, que ya parecía que era mayor para jugar al fútbol… Estoy muy contento de que la gente, a pesar de la edad, al final ha valorado el rendimiento, y creo que el rendimiento en estos años en Granada ha sido bueno.
El primer año jugamos competiciones europeas, fue un espectáculo de año en general y acabé marcando no sé si fueron 15 o 16 goles entre las tres competiciones. El siguiente, aunque fue el descenso, empecé no jugando con Robert Moreno y después ya empecé a jugar y empecé a marcar goles, pude llevar al equipo. La lástima es esa del penalti al final, pero yo creo que la campaña en sí fue buena a nivel personal también, lo que pasa es que te quedas con la sensación del penalti. Y después, el año de Segunda, con esa espinita del penalti, el ascenso era como más ansiado aún y más deseado. Tenías esa parte de responsabilidad y el poder conseguirlo fue como quitarme un peso de encima.
Allí viviste el último de tus seis ascensos, que se dice pronto.
Sí, el ascenso creo que es una cosa muy bonita para los que no hemos podido ganar títulos. El ascenso, después de los títulos, creo que es lo mejor que hay. Es una sensación única porque además cambia mucho la dinámica y la vida tanto de los futbolistas como de los clubes, y más hoy en día con la diferencia que hay entre Primera y Segunda, por el reparto televisivo, económicamente, y de Segunda a Primera RFEF, más aún. Entonces, ahora mismo un ascenso supone muchísimas cosas. Estoy contento de haber tenido la suerte de vivir tantos ascensos.
¿Y qué se siente al marcar ese hat-trick? Porque debe ser una doble reivindicación, ¿no? Como delantero, que vivís del gol y queréis marcar en todo momento, pero además a esa edad como decías, de pensar: 'Es que sigo funcionando y funciono muy bien'.
Contento por marcar un hat-trick, que siempre es importante a nivel de todo: de resultado, de confianza, pero si me tuviera que quedar con algo de ese año no me quedaría con ese hat-trick al Mallorca, sino que me quedaría con el partido de vuelta, que faltaban tres para acabar la Liga, y estábamos que si perdíamos prácticamente habíamos descendido, íbamos 2-1 y salí y en media hora hice dos goles y di dos asistencias, y creo que ese partido fue mucho más importante por lo que significaba. Es verdad que al final bajamos, pero después del partido ese del 2-6 en Mallorca y el siguiente partido que ganamos al Athletic estábamos prácticamente salvados, teníamos un 1% de posibilidades de descender, pero en el fútbol siempre pasan estas cosas tan insólitas.
¿Tienes la cuenta de cuántos has hecho en tu carrera?
Pues sí, lo conté, porque me hicieron el campo aquí en Alcoy, lo inauguraron y sacamos las cuentas de todos, los de Tercera y demás, y eran 316 goles desde que empecé en Tercera división hasta que he acabado con todas las categorías.
Casi nada. ¿Y hat-tricks? Me refería a ellos.
Ah, hat-tricks… tengo los balones por ahí atrás. (Gira la cabeza y recuenta). Creo que son unos diez, pero sí que en Primera no había conseguido hacer hat-tricks hasta ése de Mallorca.
Veo que los tienes entonces en un lugar privilegiado en casa.
Cada balón tiene su historia, tiene su momento. Hay otros que son también muy importantes y lo fueron para mí en ese momento, a lo mejor esos goles hicieron también que pudiera seguir escalando en categorías y pudiera al final jugar en Primera y jugar en Europa.
¿Cuál ha sido tu mejor gol de esos 316?
Un gol contra el Valencia, creo que fue un gol bonito. Fue en uno de los mejores partidos que hicimos con el Getafe y además creo que fue el último gol con el Getafe también, después de ese ya vino la pandemia… No sé exactamente. El último con gente, eso seguro. Me quedaría con ése.
¿Cómo fue? Rememóralo.
Creo que fue una pérdida del Valencia en una salida de balón, lo recupera Jaime y me da un pase, intento tirar hacia adelante con dos o tres defensas. Al final llegó el balón al área con algún rebote también, pero hago un amago como que se la voy a pasar a Kenedy y los dos defensores, Diakhaby y Kondogbia creo que era, se van, como que voy a dar el pase, y me giro hacia el otro lado, y ya me quedo solo y consigo hacer el gol.
Hablábamos de que te querían jubilar en Granada y antes a tu llegada al Getafe, pero también al final. Bordalás no quiso contar más contigo después de cuatro temporadas, te quedaba un año de contrato. ¿Te lo comunicó él? ¿Qué sentiste? ¿Qué pensaste?
Sí, consideraron el último año que no debía seguir. No sé, entiendo que cada uno tiene sus razones. Es lo que te digo, que lo entiendo, tienen que tomar decisiones y yo las respeto, mientras se trate con respeto y las formas sean las adecuadas, pues bueno, las puedes compartir más o menos pero las tienes que aceptar. A final salió la opción de Granada y creo que ha ido todo muy bien también.
¿Te lo dice Bordalás directamente? ¿Habla contigo?
Me lo comunica el club, creo que fue Ángel, que en ese momento estaba en la secretaría técnica y es el que me llama y hablamos un poco.
Habían sido años importantes con él, ascenso incluido, en los que os habíais convertido en auténticos soldados de Bordalás.
Sí, Bordalás llega al Getafe y era un momento complicado, era después del descenso y además empezamos muy mal la Liga, y desde su llegada conseguimos al final el ascenso, en un año no fácil, por esa desventaja y el play-off, que costó mucho, y en dos años nos plantamos en Europa. El primer año ya estuvimos luchando hasta la última jornada con equipos importantes por entrar en Europa y no lo conseguimos, y el segundo estuvimos a punto de entrar en Champions, fue esa disputa con el Valencia. Para un equipo como nosotros el estar peleando todo el año y hasta la última jornada por entrar en Champions creo que es un éxito tremendo.
¿Había algún tipo de arenga, de lema, de motivación especial dentro de esa conjura que había de equipo tan rocoso, de ese trabajo férreo y tan físico vuestro?
No… La verdad es que nos juntamos un grupo humano espectacular, creo que el ambiente que había en el equipo era maravilloso, de saber que todos teníamos que trabajar, pero es que después fuera del campo era mejor aún, éramos una piña. Hacíamos cosas y a lo mejor nos juntábamos 9-10 con familias y no es fácil, eso en un equipo de fútbol no es fácil de hacer. Creo que ese buen ambiente se trasladaba después al campo también, y el saber que tenías que morir por tu compañero.
¿Quién moría y mataba más: Djené, Damián Suárez? Vaya años, ¿eh?
(Se ríe). Al final, yo creo que éramos un equipo, éramos un equipo. (Se ríe). Había algunos que siempre sobresalían un poquito más, pero bueno, siempre creo que era por el bien del equipo, los resultados están ahí.
Cuéntame alguna anécdota de aquel equipo, de aquel vestuario, anda.
Damián. Damián, con toda la imagen que tiene de cara a la gente de ser duro, de estar buscando siempre las cosquillas y demás, después era al que le gustaba más el cachondeo del mundo. Es el que estaba todos los días de broma, igual volvías y te había cortado los calcetines, era el que estaba siempre haciendo bromas a los compañeros. Era uno de los que creaba mejor ambiente dentro del vestuario.
Oye, ¿y cómo era esto de que tú imitabas a Bordalás?
No, no, no, ahí sí que no. (Se ríe y niega con el dedo, piensa que le pido que lo imite). Bordalás tiene una forma muy característica de hablar y más cuando él está en tono más distendido y un poco más bromista, que la verdad que Bordalás, con lo serio que parece, también es muy bromista, y te incita mucho a imitarle, pero vamos, yo creo que todos los jugadores que ha tenido por sus equipos lo han acabado imitando un poquito.
Y lo que es la vida y el fútbol. Bordalás acabó en el Valencia, al que dices le has marcado el mejor gol de tu carrera, mantuvisteis esa pelea por la Champions y también en el campo hubo partidos de muchísima tensión en esa época. Aquel 29 de enero de 2019, partido de vuelta de los cuartos de la Copa, yo creo que lo recordaré de por vida…
Y yo también… (Se ríe).
(Y me río). Siempre digo, Jorge, que es la entrevista más tensa que he hecho después de un partido, pero es que tú estabas absolutamente desencajado. No era para menos: veníais del 1-0 de la ida, os ponéis 0-1 con otro gol tuyo, como en la ida, en el minuto uno y dos goles de Rodrigo en el descuento os apean de la Copa. Todo lo que se dio en ese partido de fútbol, incluido el 'Tocó en Hugo Duro', ¿cómo lo recuerdas?
Ese año tuvimos mucho (mueve las manos) con el Valencia, pero también creo que eso habla bien de nosotros, porque el Valencia es un club mucho más importante que el Getafe, evidentemente, por historia, por todo, y que pudiéramos estar compitiendo con ellos quiere decir de las cosas que estábamos bien, tanto en Liga como en esa Copa, que era para pasar a semifinales ya, y sí que es verdad que lo teníamos ahí al alcance de la mano. Fueron un par de semanas muy tensas, con muchas declaraciones, con mucho calentar el partido y con ese final.
Pero lo que decías, que ahí en ese momento, por ejemplo, se nos criticaba mucho y demás y mira el fútbol las vueltas que da, y ahora Hugo Duro es el delantero referencia del Valencia y uno de los ídolos, y Bordalás ha estado entrenando allí y también es muy querido por la afición del Valencia.
Fue un partido que se dieron cosas inverosímiles, parecía imposible, pero al final acabó como acabó, y la entrevista que tú dices, mira que yo normalmente suelo ser muy comedido y suelo ser muy tranquilo, pero la verdad que con todo lo que había pasado ahí en ese momento… Vamos, mi mujer me lo decía: 'Yo te veía y decía…' (Abre muchos los ojos y agita la cabeza) Pero bueno, creo que ha sido eso, la entrevista más caliente en ese sentido, porque acababa de pasar todo y aún estaban las pulsaciones muy elevadas.
Y yo te entendí perfectamente, aún así fuiste educado y correcto. Nombras a Hugo, que a la postre es el jugador más recordado de aquel partido, con la narración de Miguel Ángel Román y su 'Tocó en Hugo Duro' que es historia del valencianismo. Él en ese momento tenía 19 años, le da en la espalda un lanzamiento tuyo previo al 3-1, podía haber sido el 2-2, y tú le exculpaste totalmente. No sé si te recordaba al Jorge Molina que empezó a jugar en Alcoy…
No, no es que me viera reflejado, pero evidentemente Hugo no tenía la culpa de nada. Bueno, sí, le pegó en la espalda, no debería haber pasado por ahí, las cosas como son (levanta los brazos y se ríe), pero ya está, ¿qué vas a hacer? Él entendió en ese momento que hizo ese desmarque y le pegó en la espalda con la desgracia de que después es la contra y es el gol. Pero bueno, mira, yo qué sé, han tenido para que la gente se divierta mucho tiempo, porque lo de 'Tocó en Hugo Duro' yo no sé cuánto tiempo he estado con las redes sociales lleno de mensajes de esto. Hay que tomárselo por el por el buen lado, ¿no? (Sonríe). Si la gente se alegra con eso, pues ya está, pues mira, pues si la gente es feliz, pues somos todos felices.
"Yo desde pequeñito era de los niños estos cansinos con la pelota, de los que estaba todo el día jugando fútbol"
Exjugador de Betis, Getafe y Granada, entre otrosVolvemos a ese Jorge de tus inicios en Alcoy. ¿Siempre soñaste con ser futbolista, con ser delantero?
Sí, yo creo que sí. Siempre. Yo desde pequeñito era de los niños estos cansinos con la pelota, de los que estaba todo el día jugando fútbol, de que tenía un rato y me iba a jugar a fútbol, era de los niños estos enfermos con la pelota y es lo que más me ha gustado siempre. No era una obsesión el ser futbolista, pero es que es lo que me gustaba hacer. Siempre he querido ser futbolista, sí.
¿Quién era tu ídolo o tus ídolos? ¿En quién te fijabas?
Pues yo de pequeñito el que fue así un poco más mi ídolo era Laudrup. Me encantaba cómo jugaba, la manera de ver el fútbol, las asistencias que daba. No era delantero, porque no era delantero, que no es que me fijara en él por eso, pero creo que era un futbolista espectacular y que le daba un sentido al equipo brutal.
¿Y como delantero? ¿El mejor delantero que tú has visto?
Hombre, yo creo que Ronaldo, el mejor Ronaldo, eso era una pasada. La potencia que tenía, la definición, las cosas que hacía. Yo creo que el mejor Ronaldo es difícil de superar.
"Estuve cinco años en Tercera división. Ahí no me planteaba llegar a Primera en la vida"
Exjugador de Betis, Getafe y Granada, entre otrosEse Ronaldo que quedaría muy lejos para ti cuando estabas jugando en la regional valenciana que te has recorrido de arriba a abajo con el Alcoyano, el Gandía, el Benidorm. Decías que con 29 debutaste en Primera, pero es que a Segunda ya llegaste con 26. Fue un camino largo…
Sí, sí. Era mi último año de Juvenil y ya jugué con Alcoyano, con el primer equipo, todo el año, pero no dejé de estar cinco años en Tercera división. Yo ahí de verdad que no me planteaba el llegar a Primera división en la vida. De hecho, el cuarto año ascendemos con el Benidorm a Segunda B y al día siguiente hacen una limpieza brutal, que se quedan tres, y de esa oportunidad de ir a Segunda B voy otra vez a Tercera, otro año más. No pensaba que iba a llegar a Primera división.
Y ¿llegaste a trabajar al margen del fútbol? Porque en Tercera no te ganarías la vida jugando…
No, porque como estaba estudiando... Cuando dejo los estudios ya estoy en Segunda B, un poquito más profesional todo, ya entrenas por la mañana, ya es diferente.
"Lamine Yamal tiene que tener la cabeza muy bien amueblada para saber digerir todo lo que le está pasando"
Exjugador de Betis, Getafe y Granada, entre otrosEn 2007, llegas a Segunda, al Poli Ejido, con 26 años. ¿Qué piensas cuando ahora ves a los Lamine de turno en Primera, triunfando en la selección, con 16 años?
Creo que es flipante lo que está haciendo, el nivel de madurez también que está demostrando y todo lo que ha hecho. Es que lo piensas y 16 años, es que eres un niño. Realmente eres un niño. Creo que tiene un mérito tremendo, por parte de todos, por su entorno también, es a lo que me refiero. No sé si familia, la gente que le aconseje, porque tiene que tener la cabeza muy bien amueblada para saber digerir todo lo que le está pasando y el saber llevarlo por el camino correcto. Y en eso yo al entorno siempre le he dado muchísima importancia.
¿Cómo ha sido tu entorno? ¿Te animaba o, como tu padre, seguía insistiendo en que buscaras una alternativa al fútbol?
Mis padres y mis hermanas yo creo que me animaban a que hiciera lo que me gustaba. Mi padre siempre ha sido muy de los estudios. Y mi padre es un trozo de pan, pero es muy vinagre también, entonces siempre 'me pegaba'. Mi padre, ya podía marcar cinco goles que después me reñía porque no había estado bien, pero es por su forma de ser. Pero no, me animaban a que hiciera lo que yo quería, siempre siendo responsable en el otro aspecto de no abandonarlo, pero después era yo libre de tomar mis decisiones.
Los 26 goles en 38 partidos con el Elche, al que llegas del Poli Ejido, son los que te catapultan al Betis. ¿Es ése el momento en el que tú dices: 'Ahora sí, ahora ya voy a comer de esto'?
Sí, sí que fue ese escalón. En Segunda división había estado dos años antes en el Poli Ejido, pero ese año creo que ha sido el que menos he jugado yo en mi carrera. Jugué muy poquito y eso te crea otra vez la duda. Llegabas con toda la ilusión del mundo en el primer año, en Segunda, había delanteros en el equipo muy veteranos, estaba Moisés, estaba Toedtli, estaba Mario Bermejo, gente importante dentro de la categoría y muy veteranos y jugué poquito, pero ese año del Elche fue a nivel de todo: a nivel de confianza, de salir las cosas y me permitió dar ese salto al Betis que, aunque ese año estaba en Segunda, pero el Betis por todo es un club de Primera división, creo que todos lo sabemos.
Ahí fue cuando te despediste de Juli, que ha sido tu gran compañero de batallas en tu carrera, aunque creo que tienes una lista de buenos amigos y compañeros grande.
Sí, lo que pasa es que Juli somos los dos de Alcoy, empezamos en el Alcoyano juvenil juntos aquí y hemos pasado por un montón de equipos: en el Alcoyano hasta el primer equipo, nos separamos, después nos volvimos a juntar en el Benidorm, Poli Ejido, Elche. Han sido muchos años juntos y ahí sí que nos separamos definitivamente. Yo me voy al Betis y él firma en el Rayo, con la buena suerte de que conseguimos el ascenso los dos a Primera división también.
¿Se pueden hacer grandes amigos en el fútbol?
Sí, sí, sí. Yo soy de los que considero que sí, porque yo los he hecho y además te digo, grandes amigos ya no en el fútbol, en la misma posición, que eso hay mucha gente que lo ve inconcebible, y yo te diría que es que casi, casi los que mejor amistad he tenido son los de la misma posición: Juli no en la misma posición, pero con Rubén Castro que ha estado seis años en el Betis, jugábamos los dos delanteros. Con Jaime Mata, que sí que tenemos una relación espectacular con la familia y nos seguimos juntando cada vez que podemos, y era la misma posición. Con Ángel también en el Getafe, igual. Te lo confirmo que se pueden hacer grandísimos amigos en el fútbol.
Nombrabas a Rubén Castro y recalco algunos de los hitos que viviste en el Betis: marcaste el gol 2.000 del Betis en Primera. Con la pareja que formaste con Rubén, devolvisteis al Betis Europa siete temporadas después, marcaste el gol que os certificaba matemáticamente aquí en el Ciudad de Valencia contra el Levante. ¿Con qué te quedas? ¿Qué destacas especialmente de aquel paso por el Betis? Es mucho lo que viviste.
(Sonríe). Son muchas, muchas cosas. Creo que son seis años y menos uno que fue el del descenso, que sí que fue un año complicado, el resto creo que han sido años muy buenos, donde se cumplieron los objetivos, donde se pudieron vivir dos ascensos, una clasificación europea. Creo que si me tuviera que quedar con algo igual te diría con ese primer ascenso, porque para mí significaba mucho. Significaba llegar a Primera división después de muchísimos años currando, aparte del ambiente que se vive en el Villamarín, que es un espectáculo. Entonces, un ascenso allí pues imagínate, la fiesta es brutal y lo que se vive son sensaciones que no olvidas en la vida. Me quedaría con ese primer momento a pesar de todas las cosas que viví después.
Vivirías mucho y divertido, porque seis años en Sevilla te habrán dado para mucho, con Joaquín, Lopera y compañía, años muy entretenidos.
Yo fui el último fichaje de Lopera. Yo firmé con Lopera pero lo vi una vez solo, lo vi el día de la firma, que fui a su casa en la Calle Jabugo a firmar y después ya no lo vi porque ya vendió las acciones a la semana siguiente y ya no lo volví a ver. Pero sí, imagínate con Joaquín el último año cuando vino y a nivel de aficionados también, te puedes imaginar cualquier cosa, cualquier cosa.
La que siempre… fue en la feria. Sí. No sé si has estado en la feria de Sevilla, las casetas como están de llenas, no se puede estar y un padre: '¿Te puedes hacer una foto con mi hijo?' Un niño pequeño. Y yo: 'Pues sí, hombre, claro'. Lo cojo al niño y noté una calentor por aquí detrás (se lleva la mano al hombro izquierdo) y cuando hago así para ver, me hace así (hace el gesto de arrojar), me vomitó encima… (Se ríe). Le di el niño al padre, me metí en el baño, no sé cómo estaba libre, porque eso es imposible que esté libre, pero la feria, la calor que hace, la de gente… Me tuve que ir a casa, y eso me la está recordando…, porque eso fue el primer año. Cada año que iba a la feria siempre veía a alguien que me lo decía.
¿Y la mayor anécdota que has vivido en tu carrera, ese chisme que siempre sale entre compañeros, entre amigos, aquella gran anécdota de vestuario que se pueda contar?
Buah… No sé, es que creo que las mayores, mayores anécdotas no se pueden contar… (Se ríe). No sabría decirte ahora mismo una.
Te hago un pequeño cuestionario para terminar. Esto te será más sencillo de responder: ¿Quién ha sido el mejor defensa al que te has medido?
Yo siempre he dicho que creo que Sergio Ramos era el más completo, más completo a nivel de velocidad, fuerte por arriba, de físico, técnicamente… Para mí Ramos, al cien por cien, es el mejor central.
¿Y el portero? Ese partido que tengas grabado, que digas: 'Es que me las paró todas'.
Portero…, buf, no sé, te diría a lo mejor Courtois, porque es que es tan grande que tapa mucha portería y parece como más complicado. Courtois podría ser uno de los mejores, sí.
¿La espinita en tu carrera?
Yo creo que el haber llegado a la selección española. Ha sido el último paso que me ha faltado. Es un poco por decir la espinita, pero bueno, no he llegado, pues no he dado el nivel para llegar. (Ríe). ¿Qué vamos a hacer? Estoy orgulloso de la carrera igual, pero si me das a elegir una cosa que me hubiera gustado vivir, es el haber jugado en la selección española.
En la primera parte de la conversación te pedía una palabra para definir tu carrera, decías que trabajada, te doy dos más. ¿Qué le añades a la carrera de Jorge Molina?
Te diría constancia también. Constancia y después es que no sé, te diría alegría, porque al final creo que he conseguido todo lo que me he propuesto, menos lo de llegar a la selección, pero para conforme he ido escalando estoy muy orgulloso de la carrera que he tenido y de lo que he conseguido.
¿Y cómo te gustaría definir tu futuro?
Pues ojalá fuera con los mismos valores: siendo trabajador, siendo muy constante y después ojalá que la última de esa alegría o de estar orgulloso porque significaría que las cosas han ido bien.
Me dijiste que te gustaría ahora ser entrenador. ¿Algún banquillo que te haga especial ilusión vivir?
Yo creo que los equipos en los que he estado siempre son más especiales para ti y le guardas un cariño. Entonces, en los clubes en los que he estado sería un orgullo y una satisfacción el poder entrenar.