GRANADA CF

Jorge Molina se sincera sobre su doble adiós al Granada: "Los dos años han hecho las cosas muy, muy mal; es una cuestión de respeto a las personas"

"Entiendo las decisiones pero no comparto las formas", recalca a Relevo el exfutbolista y exmiembro del cuerpo técnico de Paco López en el Granada. El martes emitió un comunicado de despedida en sus redes sociales.

Cristina Bea

Cristina Bea

Es la primera vez en los últimos 25 años que Jorge Molina (Alcoy, 1982) disfruta de unas vacaciones en julio y agosto, aunque el exjugador de Betis, Getafe o Granada, entre otros, habría preferido tener unos planes diferentes este verano. Iba a tenerlos, de hecho, tal y como le había informado el Granada C.F., donde la pasada campaña formó parte del cuerpo técnico de Paco López tras colgar las botas y en ésta iba a continuar al lado del nuevo técnico nazarí, Guille Abascal. Hasta que Mateo Tognozzi desdijo la decisión inicial tras días de incomunicación con el alcoyano. El martes Jorge Molina se despidió en sus redes sociales de la afición nazarí con un notable malestar hacia el club, que ahora detalla para Relevo.

"'Si es cosa de la propiedad, no entiendo el paripé que me habéis hecho esta semana. No entiendo para qué me he tenido que reunir con el míster, no entiendo para qué he tenido que esperar esa llamada durante toda la semana si es una decisión que es de la propiedad y entonces entiendo que ya la sabríais desde hace tiempo'", revive Jorge Molina al otro lado de la pantalla, donde se suceden las subidas y bajadas de hombros y las risas y sonrisas irónicas se alternan con su semblante cariacontecido. "Los dos años han hecho las cosas muy, muy mal. No es por ser jugador más importante o menos importante, es una cuestión de respeto a las personas. Entiendo las decisiones pero no comparto las formas", nos explica el exfutbolista.

¿Cómo estás, Jorge? ¿Cómo te sientes? Habrás tenido un aluvión de mensajes desde que el martes publicaste tu adiós definitivo del Granada.

Lo quise hacer no sé si decirte como oficial para que la gente lo supiera, porque desde el club tampoco han hecho ningún comunicado oficial. Sí que en alguna entrevista les han preguntado, pero no han hecho comunicado oficial, entonces entendía que tenía que hacerlo y, más que nada, por despedirme yo personalmente de la afición y de la gente.

Esperabas ese comunicado del club.

Pfff, bueno, hombre (se ríe y se encoge de hombros), yo creo que por lo menos un comunicado oficial diciendo que no iba a seguir era lo mínimo que se podía esperar, pero bueno, no me sorprende.

Dices que no te sorprende porque ya viviste un primer adiós que no fue como querías la temporada pasada. Lo decías en tu comunicado y lo cito literal: «Ha llegado el momento de decir adiós a mi etapa en el Granada. No es la forma en la que me hubiera gustado finalizar, al igual que tampoco fue la forma el año pasado, pero las situaciones se deben afrontar como vienen y así haré, como he hecho siempre». ¿Cuál es el sentimiento cuando tú escribes esto? ¿Es decepción? ¿Es pena? ¿Es…?

Es que pienso que yo las decisiones las respeto totalmente, porque llevo toda la vida en esto, sé que es fútbol y las decisiones las entiendo perfectamente, lo que sí que no comparto son las formas. Tanto este año como el año pasado, los dos años, han hecho las cosas muy, muy mal, simplemente por respeto a las personas. No por ser jugador más importante, menos importante, sino simplemente respeto a las personas.

Jorge Molina, sobre su comunicado de salida.

Empezamos por lo más reciente. ¿Quién te comunica que no sigues esta campaña en el staff, en este caso, de Guille Abascal? Porque venías de estar en el cuerpo técnico de Paco López. ¿Cómo se da y cuándo? Porque lo comunicas ahora, pero esto ya viene de julio.

Sí, termina la temporada, nos vamos de vacaciones y es verdad que no sé nada del club, entonces, a mitad de vacaciones sí que hablo con el club para ver un poco mi situación y me dicen que no va a cambiar, que sigo igual, y así me quedo. Y tres días antes de empezar la pretemporada sí que me llama Mateo y me dice que quiere que tenga una reunión con el míster el domingo, el día antes de empezar la pretemporada, para que el míster sea el que tome la decisión y que tiene que darle libertad. Estoy totalmente de acuerdo, me parece perfecto. Me reúno con el míster el día antes de empezar, estuvimos bastante tiempo hablando y demás y me dice que de momento al día siguiente no vaya, porque la pretemporada es muy larga y que tiene que tomar la decisión, y que en dos días como mucho me lo dirá.

Después, va pasando la semana (se ríe) y esa llamada de momento no llega, y yo estoy esperando porque pensaba incorporarme. Pasa el martes, pasa el miércoles, pasa el jueves, tampoco nada y al final decido llamar al míster. No me lo puede coger y me contesta Mateo que mañana me llaman, y el míster me contesta por la noche que el viernes por la mañana después de entrenar sin falta me llama. Llega el viernes y tampoco. Entonces, pues bueno, yo ya entiendo que por respeto no se tiene que hacer eso. Pero ya llega el sábado, tampoco, y el sábado a las diez y cuarto de la noche, sábado ya, cuando ya el equipo está descansando y todo, a las diez y cuarto de la noche me llama Mateo y me dice que la propiedad ha considerado que no debo continuar y ya está, y así es como me lo comunican.

"Si es cosa de la propiedad, no entiendo el paripé que me habéis hecho"

Jorge Molina Exjugador y exmiembro del cuerpo técnico del Granada C.F.

Es decir, que al final no fue decisión del míster, fue de la propiedad.

Bueno, eso es lo que... (Vuelve a levantar los hombros y a sonreír). Ya cada uno que interprete lo que quiera. Eso es lo que le dije yo a Mateo: 'Si es cosa de la propiedad, no entiendo el paripé que me habéis hecho esta semana. No entiendo para qué me he tenido que reunir con el míster, no entiendo para qué he tenido que esperar esa llamada durante toda la semana si es una decisión que es de la propiedad y entonces entiendo que ya la sabríais desde hace tiempo', pero bueno, en este club es una frase muy recurrida. Cuando no quieren asumir las responsabilidades pues 'es que la propiedad, es que la propiedad', y como la propiedad es verdad que es un ente ahí que nadie sabe quién es concretamente, pues es una manera de lavarse las manos. Entonces, por eso te digo: entiendo las decisiones, las decisiones las entiendo perfectamente, pero no las formas en que han hecho las cosas.

¿Qué piensas en ese momento en el que reafirmas lo que ya vendrías días intuyendo? Habías tenido días para masticar lo que iba a pasar…

Sí, hombre, y más que nada porque como había tenido la experiencia del año pasado, que fue una cosa parecida (se ríe), que me tuvieron esperando… Tuve que estar esperando, esperando, esperando hasta que ya el equipo empezó la pretemporada. Dos años seguidos, pues lo venía esperando y se confirma, pero… bueno, no dejaba de ser inesperado.

¿Cómo viviste la del año pasado? Porque pasaron muchas cosas: tú te rompes el cruzado en marzo, empieza tu recuperación y pasas de acabar la temporada como futbolista a colgar las botas y verte en un cuerpo técnico. ¿Cómo fue ese proceso? ¿Cómo se asimila?

El proceso de la recuperación de una lesión importante siempre es complicado, pero lo llevé bien. Llevé un poquito peor esa incertidumbre de no saber qué iba a pasar conmigo. Iban pasando los días, las semanas, los meses y no sabía. Al final decidí hablar con el club, en este caso con Aranguren, que es lo más cerca a la propiedad que podemos estar, más o menos, y él me dice unas condiciones. Me dice que iba a depender de lo deportivo, evidentemente. Si subíamos, el míster iba a seguir e iba a ser decisión del míster, y que lo más normal con Paco es que hubiera seguido, pero bueno, que teníamos que esperar. Si no subíamos iba a ser más complicado, iba a haber cambio de míster. Digo que perfecto. Entonces, esperamos. Después, en el desenlace se dan las condiciones que se me dijeron. Subimos, el míster hizo fuerza para que siguiera pero al final me dijeron que no contaban conmigo deportivamente.

"Me propusieron seguir en el club. Yo en un primer momento les dije que no porque no iba a estar en un sitio donde me habían engañado"

Jorge Molina Exjugador y exmiembro del cuerpo técnico del Granada

¿Alegando qué? Porque te habían dado otra palabra. No cumplieron.

Claro, no cumplieron. Alegando, pues... (Hace una pausa y se ríe). Alegando lo mismo que este año, 'que es que la propiedad ha considerado…' Entonces, como ante eso te quedas ya que no sabes qué decir, porque como siempre es lo mismo, pues así nos quedamos. Es verdad que me propusieron seguir en el club, que querían que siguiera. Yo en un primer momento les dije que no porque consideraba que me habían engañado y que evidentemente no iba a estar en un sitio donde me habían engañado. Lo que pasa es que sí que es verdad que después, durante esa semana, hablé con Paco, con el míster, y me dijo que si yo lo creía oportuno que quería que me incorporase al cuerpo técnico, y por ahí sí que me convenció, porque me parecía interesante: uno, por seguir en el club; otro, por aprender de Paco y su cuerpo técnico. Me parece un cuerpo técnico espectacular; y por seguir vinculado (al fútbol). Y así al final tomamos la decisión.

Recapitulemos todo este periplo que parece muy rápido pero arranca en marzo cuando te lesionas ante la Ponferradina en casa. ¿Pensaste que era una lesión tan grave? ¿Creíste que era el cruzado?

Sí…

¿Cómo fue?

Sí, en el momento de la lesión yo sabía que era grave. No sabía exactamente el grado, porque no me había lesionado en la vida, pero sí que en el momento que recibo el golpe es un dolor fuerte y se me queda como encasquillada la pierna, y cuando la estiro del todo me noto un crujido muy fuerte y yo sabía que algo se había roto ahí dentro. No sabía exactamente lo qué, e intenté seguir. Salí al campo otra vez pero la pierna me la notaba inestable. Ya después las pruebas confirmaron los peores presagios.

La comunicación de su salida del club.

Dices que no te habías lesionado en la vida. Yo, rascando, rascando, preparando la entrevista, te iba a decir que he encontrado un mes y pico de baja en el Betis, pero poco más importante. No has tenido lesiones musculares en toda tu carrera. Vaya físico.

(Se ríe). Sí, la verdad que el doctor en el club me lo decía: 'Lo tuyo es digno de estudio', porque la verdad que tantos, tantos años jugando al fútbol y no tener ninguna rotura muscular siquiera es complicado. Todo lo que he tenido ha sido por impacto, óseo, que ahí sí que no se puede hacer nada. Creo que el no haberme lesionado nunca de gravedad ni haber tenido roturas ni nada es lo que ha posibilitado que pueda estar jugando hasta los 41 años.

Cuando te recuperas, ¿tus sensaciones físicas eran buenas como para seguir jugando?

No lo sé, porque no he llegado a comprobarlo del todo. Cuando me dicen que no sigo ya estoy en mitad de la recuperación. Yo en teoría iba a estar para octubre, noviembre a pleno rendimiento, pero es una cosa que no voy a poder saber nunca porque ya corto la recuperación, me incorporo allí… Dejo de hacer el trabajo como tal de recuperación.

¿Ha sido la decisión más difícil de tu vida? Es un antes y un después absoluto para ti, «me he lesionado, ya no vuelvo a jugar, me involucro en un cuerpo técnico». Es el final de una carrera y el principio de otra.

Sí, evidentemente. Mi idea era la de haber continuado jugando. Por lo menos, que se me hubiera podido permitir la opción de demostrar que podía seguir jugando y, de hecho, cuando a mí me comunican que no cuentan conmigo deportivamente yo les propongo simplemente que me dejen recuperarme en dinámica de grupo. Le había pasado lo mismo a Campaña y le permitieron recuperarse con el Levante. Y le digo: 'Mira, es el mismo caso, dejadme recuperarme con el grupo, no quiero que me hagáis ficha para no perjudicar a ningún compañero, no quiero que me paguéis nada, no quiero ni un euro -para que no se piensen: 'Es que quiere seguir ganando…' No, no, cero euros-, simplemente dejadme recuperar en dinámica de grupo y en octubre o noviembre… Tenéis de plazo hasta enero para ver cómo estoy. Si consideráis oportuno que siga jugando, me hacéis ficha en enero y jugamos. Si no, pues evidentemente yo me buscaré la vida y ya está. Creo que era lo más justo. Pero me dijeron que no, que eso era inviable, que era imposible y por ahí al final optamos por el otro camino.

"Le había pasado lo mismo a Campaña y le permitieron recuperarse con el Levante. Les digo: 'Es el mismo caso, dejadme recuperarme con el grupo', pero me dijeron que era inviable, imposible"

Jorge Molina Exjugador y exmiembro del cuerpo técnico del Granada C.F.

¿No había otra opción? El haberte recuperado por tu cuenta, haberlo intentado con otro club. ¿Lo viste muy difícil?

Yo creo que al final ya tienes que valorar todo un poco: que tenía la edad que tenía. Sí, podría haberme arriesgado, pero también tengo que pensar en la familia, que a lo mejor era tener que mover a la familia a una situación mucho más incierta y creo que ahí ya no compensaba el esfuerzo, sobre todo, pensando más en la familia que en mí.

¿Te costó mucho realmente tomar esa decisión de colgar las botas? ¿Cómo fue? ¿Recuerdas el momento que dijiste hasta aquí? Aunque es verdad que la situación en el Granada te fue llevando ahí…

Es esa semana en la que tomo la decisión. Como se me había transmitido que si se daban los condicionantes, iba a seguir, yo en mi mente hasta que me dijeron que no era que iba a seguir. Evidentemente, cuando el equipo ya empieza la pretemporada y aún no me habían dicho nada ya empiezas a pensar que va por el otro camino, pero sí, es una decisión difícil, sobre todo conforme se produjo.

¿Qué te han dolido más, aunque la respuesta es de cajón, estas dos maneras de decirle adiós al Granada o el penalti del Espanyol?

Son cosas muy diferentes. Como doler, doler, me ha dolido mucho más el penalti del Espanyol, evidentemente, porque era una situación que es un descenso, la tristeza de muchísima, muchísima gente y creo que eso es lo peor que he pasado yo en mi vida. Y sí que es una cosa que dependía de mí. Lo otro, pues bueno, es un poco decepción pero no me ha hecho a mí sentirme mal porque creo que me he equivocado yo o he hecho yo algo mal, son cosas de otros que ahí no puedo hacer yo nada. Si tuviera que cambiar algo de esas tres cosas, cambiaría el penalti, sin duda.

¿Qué se le pasa ahí a uno por la cabeza? Cuando uno se siente responsable, por toda la afición, por todo el equipo. Imagino que debe haber un primer momento de cargar con mucha culpa…

Es un momento muy complicado. Esa noche, esos días, no quería saber nada de nadie. Mira que me enviaron mensajes de ánimo, muchísima, muchísima gente, pero es que no quería ni entrar al móvil. No quería saber nada de nadie. Son situaciones muy complicadas, pero también desde aquí aprovecho para agradecer, porque la respuesta de la afición creo que es lo que más me ayudó a superar eso desde el primer momento. Que recién descendido, habiendo fallado un penalti y que la gente te coree en el mismo estadio en ese momento creo que dice mucho de la afición de Granada y de los valores también que tiene.

Hablas de los mensajes. ¿Has recibido alguno en estos días o en tu adiós a los campos especial, que te calara? ¿O alguno que te sorprendiera, que no esperaras?

No, la verdad que todos los mensajes han sido de apoyo, de agradecimiento. De la gente me hace mucha ilusión, porque es lo que ven, pero sobre todo de la gente con la que he trabajado en el día a día, de trabajadores del club, de compañeros. Eso te reconforta mucho.

¿Qué te han dicho Paco, Toni, Nico, Manu…? ¿Qué has aprendido de ellos? ¿Qué te han aportado?

Son un cuerpo técnico espectacular en todos los sentidos, tanto en el trato humano como en el aspecto técnico, táctico. Ha sido un máster esos meses que estuve con ellos. Bueno, primero como técnicos y yo como jugador y luego que cuando estuve con ellos en el despacho veía cómo trabajaban todos los días, cómo preparaban las cosas, cómo lo analizaban todo. Fue un máster impresionante para mí, y aprendí en tres, cuatro meses una barbaridad.

Sabía cómo trabajaban, sabía que me iba a servir de mucho a nivel personal, que iba a aprender muchísimo porque sí, puedes pensar: 'Es fútbol, llevas toda la vida en el fútbol', pero es verdad que de jugador a cuerpo técnico la diferencia es abismal. Ese escalón también lo fácil que me lo hicieron, me ayudaron en todo para que fuera adaptándome, para que fuera sabiendo hacer muchas cosas que no sabía a nivel de vídeos, de análisis. Creo que voy a estar eternamente agradecido a ellos.

Cuéntanos un poquito de ese escalón. ¿Qué es lo más diferente? Supongo que empezando por las horas de trabajo…

Bueno, lo de la cantidad de horas, eso es abismal. (Se ríe). Hacía, vamos, el doble, estás todo el día metido allí en la ciudad deportiva pero es verdad que se hacía corto porque estabas aprovechando el momento, cada minuto, cada segundo con ellos. Y el cambio es a nivel de todo. En cuanto al cuerpo técnico, siempre intentas pensar un poquito más en el grupo, en todo, en el equipo, y cuando eres jugador, aunque evidentemente piensas en el grupo y en el equipo, pero siempre vas un poquito más individualizado, en el sentido que quieres estar bien, tú haces lo posible por estar bien y tú al final quieres jugar para ayudar al equipo en el juego. En el cuerpo técnico es diferente. Tienes que pensar mucho más, tienes que saber gestionar esas diferentes personalidades que hay dentro del grupo, como es normal, y eso creo que es de las cosas más complicadas que hay.

Y tú cuando eres jugador te intentan dar conceptos, dar vídeos del rival, pero siempre va un poquito ya muy resumido para que sea poco, para que se entienda, y ahora mismo ves todo el trabajo que hay detrás, todas las horas que hay, todas las charlas, todos los debates que hay ahí para poder llegar a una decisión final que crees que sea la más conveniente. Cuando eres jugador quizá eso no lo aprecias tanto, pero al final te das cuenta, sobre todo por la respuesta de la gente al trabajo que hizo Paco, por ejemplo, en su despedida, que estaban todos: jugadores, trabajadores... Se acaba sabiendo, se acaba transmitiendo.

Dices que ha sido un máster para ti. Siempre se habla de Jorge Molina como un trabajador del fútbol, pero has sido un trabajador con mucha formación, porque tienes dos carreras -Magisterio e INEF-, además del curso de entrenador y de director deportivo.

Sí, siempre he intentado formarme. Eso creo que ha sido un poco también por mi padre. Mi padre siempre cuando era más joven que empezaba me decía: 'Tú lo que tienes que hacer es estudiar, que la vida te la vas a ganar con lo que estudies, no jugando al fútbol'. Bueno (se ríe), afortunadamente se equivocó y he podido ganarme la vida en el fútbol, pero sí que es verdad que no dejé de lado los estudios, he intentado siempre prepararme porque sabía que la carrera futbolista es corta, aunque en mi caso haya sido un poquito más larga, pero que se acaba pronto. También por eso, para estar preparado para cuando se termine la carrera futbolista tener ese abanico de posibilidades y después ser lo más competente posible.

"Lo que más me llama la atención y donde me encuentro más a gusto y puedo aportar un poquito más es en los banquillos, pero sé que ser entrenador es muy difícil también"

Jorge Molina Exjugador y exmiembro del cuerpo técnico del Granada C.F.

Y ahora, dentro de ese abanico, ¿por qué te decantas? ¿Cómo te gustaría orientar tu futuro a partir de ahora: banquillos o direcciones deportivas?

Lo que más me llama la atención y donde me encuentro más a gusto es en el tema de los banquillos. Es lo que he vivido este año también, es lo más cercano a lo que es el terreno de juego, el fútbol, y es donde me encuentro más a gusto y donde creo que puedo aportar un poquito más.

O sea, que vamos a ver a un Jorge Molina entrenador.

Bueno, es muy difícil también. También sé que es tremendamente complicado y es un mundo te diría que más difícil aún que el de jugador. He intentado formarme siempre, ya no con Paco, sino con el 'Cacique' y con Sandoval también, son tres cuerpos técnicos de los que he podido ver diferentes maneras de trabajar, he aprendido mucho y es verdad que como ha sido la situación un poquito a última hora, me ha pillado un poco de sopetón, pues iremos viendo las cosas, lo que puede salir y a ver por dónde va el camino.

¿Cómo sería tu manera de trabajar y cómo sería el fútbol de Jorge Molina? ¿Cómo será? En condicional no, en futuro.

Ahora mismo si te dijera por dónde iría, sería engañarte, creo que te tienes que adecuar a muchos factores. Lo que sí que es evidente es que de los entrenadores que he tenido y que me han aportado te va a servir de base en ello: que es lo que has visto, que es en lo que te ha ido bien, en lo que te ha ido mal, en lo que puedes mejorar. En esa base, empezar a trabajar por ahí.

Has tenido una carrera dilatada, has tenido muchos entrenadores, pero ¿con qué te quedas especialmente de alguno de ellos? Nombrabas ya a Paco, a Sandoval, también has tenido a Diego Martínez, Pepe Mel, Bordalás…

Sí, técnicos muy diferentes. La manera de trabajar de Paco, al estar con ellos también, creo que me ha quedado muy marcada y que es muy válida porque hace muy partícipe al jugador de todo, de la toma de decisiones, hacen el trabajo individual y eso creo que es una forma de que el jugador se involucre mucho más en el aspecto y en el día a día. Pero después con Bordalás he coincidido cinco años también y han sido años muy, muy buenos. La forma de trabajar que tiene, la exigencia, cómo compiten sus equipos, creo que (resopla) eso es espectacular. De Diego Martínez, igual. Fue un año sólo que estuve con él pero aprendí muchísimo en el aspecto táctico también, en la manera de afrontar los partidos, en el aspecto mental, que es un tema que él hace mucho énfasis. Es muy importante ir cogiendo de todos un poquito de lo que creas que te puede ayudar.

¿Y te gustaría tener un Jorge Molina en tu equipo? ¿Por qué destacaría un Jorge Molina en tu equipo? ¿Qué tendría de bueno?

(Se ríe). Lo bueno que he intentado siempre ha sido ayudar a los compañeros. Después, muchos compañeros me lo han agradecido, incluso muchos compañeros delanteros, me refiero. Y yo lo que he intentado ha sido siempre mirar por el bien del equipo y en ese sentido no he sido egoísta. Evidentemente, quería jugar, porque todo jugador quiere jugar y quien no quiera jugar creo que no puede ser futbolista, pero entendía cuando no podía jugar también y lo que pretendía era el bien del equipo. Si tuviera que buscar una característica, ésa la agradecería mucho.

¿Cómo defines tu carrera?

Pues una carrera... trabajada. (Se ríe). Trabajada y costosa. Trabajada porque me costó mucho llegar a la élite, debuté en Primera con 29 años. He pasado por todas las categorías, he estado cinco años en Tercera división, he estado en Segunda B tres o cuatro años más, en Segunda otros tantos. Al final donde más he jugado ha sido en Primera, he podido disputar competición europea, pero es verdad que me ha costado mucho llegar y han sido muchos años también de sacrificio por otras categorías en las que resulta todo mucho más complicado.

Ahora desarrollamos tu carrera y lo leeremos en otra parte de la entrevista la semana que viene, pero termino pensando en tu padre, que te decía que estudiaras, que estudiaras cuando empezaste en tu Alcoy a jugar en Juveniles con 17 años. ¿Cómo te visualizabas entonces a esta edad? ¿Pensabas que le darías uso a tus estudios?

Seguramente de profesor, que es lo que me metí a estudiar. Estudié Magisterio primero y hacía una burrada de kilómetros, porque estudiaba en Valencia, al principio jugaba en Alcoy, después era Benidorm, después Gandía también. Nos juntábamos varios compañeros para hacer los viajes pero no dejaba de ser una paliza gorda. Es que quedábamos a las cinco de la tarde y a lo mejor volvíamos a las diez y media de la noche, después era de ocho a tres la universidad por la mañana y tenías que sacar tiempo también para estudiar. Fácil no fue, pero lo pudimos compaginar todo y sacarlo adelante. Cuando llegas a categorías superiores y no tienes que hacer todo eso, es verdad que valoras mucho más ese esfuerzo y lo que costó llegar hasta ahí.

Un currante, en general.

(Se ríe tímidamente).