FÚTBOL FEMENINO

El fútbol femenino estadounidense suspende a cuatro entrenadores de por vida por abuso sexual

Una investigación destapa un entramado de conductas que se da desde categorías inferiores hasta la élite.

Un nuevo escándalo sexual salpica al fútbol estadounidense./GETTY
Un nuevo escándalo sexual salpica al fútbol estadounidense. GETTY
Jonás Pérez
Sandra Riquelme

Jonás Pérez y Sandra Riquelme

En Estados Unidos, el fútbol femenino sigue avanzando con paso firme en su lucha contra los abusos sexuales. La investigación sobre las denuncias de mala conducta -iniciada en octubre- ha desembocado en la expulsión de por vida de la NWSL de cuatro entrenadores: Paul Riley (Carolina del Norte), Rory Dame (Chicago Red Stars), Richie Burke (Washington Spirit) y Christi Holly (Racing Louisville). Además, el extrenador del Utah Royals, Craig Harrington, y la extrenadora del Gotham FC, Alyse LaHue, no podrán trabajar en la máxima competición del fútbol femenino estadounidense en los próximos dos años.

El pasado octubre, se desveló una investigación independiente sobre las denuncias de mala conducta en el fútbol femenino de Estados Unidos que detectó abuso "sistémico" y mala conducta sexual. La investigación realizada por la exfiscal general de Estados Unidos Sally Yates y el bufete de abogados King & Spalding descubrió abuso verbal y emocional y conducta sexual inapropiada, incluido un patrón de "comentarios con carga sexual, insinuaciones sexuales no deseadas y contacto sexual coercitivo".

Este comportamiento se da desde las categorías inferiores hasta la élite, con el sistema como cómplice de un comportamiento atroz sobre las futbolistas, que han sufrido episodios de acoso, ver pornografía o estar obligadas a mantener relaciones sexuales entre ellas o con sus técnicos.

Hallazgos «desgarradores» y «profundamente preocupantes»

El informe de 172 páginas incluyó entrevistas con más de 200 jugadoras de la Liga Nacional Femenina de Fútbol (muchas de ellas integrantes de selecciones nacionales de EEUU) y de fórmulas de abuso por parte de los entrenadores, manipulación y represalias para quienes presentaron problemas. "Nuestra investigación ha revelado una liga en la que el abuso y la mala conducta (el abuso verbal y emocional y la mala conducta sexual) se habían convertido en algo sistemático, que abarcaba múltiples equipos, entrenadores y víctimas", escribió Yates en el resumen del informe.

La investigación encontró que los equipos, los funcionarios de la liga y la Federación de Fútbol de Estados Unidos "repetidamente no respondieron de forma adecuada cuando se enfrentaron a informes de jugadores y evidencia de abuso" y "no instituyeron medidas básicas para prevenirlo y abordarlo, incluso cuando algunos líderes reconocieron en privado la necesidad para la protección del lugar de trabajo".

Eso permitió que el entrenador abusivo pasara de un club a otro con comentarios positivos que ocultaban la mala conducta. Integrantes de la Federación de Fútbol de EEUU (USSF) y de la Liga Nacional de fútbol femenino (NWSL) en condiciones de corregir el problema "permanecieron en silencio", dijo el informe. "Y nadie en los equipos, la liga o la federación exigió algo mejor de los entrenadores".

La presidenta de la USSF, Cindy Parlow Cone, exjugadora de la selección nacional femenina de Estados Unidos que asumió el cargo en 2020 y lanzó la investigación hace un año, ya avanzó que se estaban tomando medidas para evitar que tales violaciones volvieran a ocurrir. "Los hallazgos de esta investigación son desgarradores y profundamente preocupantes", dijo Cone, quien añadió que "el abuso descrito es imperdonable y no tiene lugar en ningún campo de juego, en ningún centro de entrenamiento o lugar de trabajo. "US Soccer está totalmente comprometido a hacer todo lo que esté a su alcance para garantizar que todos los jugadores, en todos los niveles, tengan un lugar seguro y respetuoso para aprender, crecer y competir".

«Putas», «retrasadas», «culo gordo»...

La Liga Nacional de Fútbol Femenino (NWSL, por sus siglas en inglés) fue creada en 2012 y tuvo sus primeros partidos en la primavera de 2013. El bufete de abogados reconoció que el abuso verbal y emocional y las conductas sexuales inapropiadas ya eran un problema extendido en el fútbol femenino antes de su fundación.

Sin embargo, esa Liga, que sustituyó a la llamada Fútbol Profesional Femenino (WPS), no consiguió corregir la situación ni instaurar cortafuegos. El documento se centraba en tres de los cuatro entrenadores que han sido inhabilitados de por vida: Paul Riley, Rory Dames y Christy Holly para ilustrar la gravedad del fenómeno, pero también recordaba que la pasada temporada la mitad de los diez equipos de la Liga se separaron de sus entrenadores tras denuncias de las jugadoras.

De Dames, el cuarto entrenador expulsado de la NWSL, sus jugadoras en el juvenil Eclipse Select Soccer Club recuerdan que las llamaba "putas", "retrasadas" o "culo gordo" y que "en múltiples ocasiones cruzó la línea de las relaciones sexuales". Una vez en el Chicago Red Stars, dentro de la Liga, instauró un ambiente hostil con abuso verbal durante los partidos, dice el informe.

Otros casos planteados a lo largo del informe relatan cómo un entrenador llamó a una jugadora para mostrarle un vídeo al final de un partido, pero al final le muestra pornografía. O cómo obliga a dos futbolistas a mantener relaciones sexuales entre ellas. El asunto se extiende desde las categorías inferiores hasta la primera división. "Se ha normalizado el abuso verbal en entrenamientos y se han hecho ambiguas las relaciones personales entre entrenadores y jugadoras", indica el documento.

Cómplices

La investigación sostenía que, "en general", los clubes, la NWSL y la USSF, por encima de la seguridad y el bienestar de las jugadoras, parecían haberle dado prioridad a las consecuencias legales de un posible litigio con los entrenadores y a la mala prensa que eso podría haber atraído.

Normalizar como parte de un "entrenamiento duro" ciertos comentarios sexistas y abusos verbales y emocionales, así como las relaciones íntimas entre entrenadores y jugadoras, contribuyó a perpetuar esas conductas, señala el informe. Las eventuales represalias temidas por las deportistas también fueron en su contra: "Como en cualquier liga profesional, simplemente querían jugar y maximizar sus posibilidades de ser convocadas en la selección".

Entre las recomendaciones para corregir esta situación se aboga por una mayor transparencia y rendición de cuentas, un reglamento claro que defina los comportamientos inapropiados y facilitar que las jugadoras puedan canalizar sus preocupaciones. "La liga seguirá dando prioridad a la aplicación y mejora de políticas, programas y sistemas que antepongan la salud y la seguridad de nuestras jugadoras", anunció la directora ejecutiva de la NWSL, Jessica Berman.