Alkorta, antes del Athletic - Madrid: "Tiene más mérito jugar con once de la casa que con once extranjeros"

Resulta que usted ha jugado como defensa central 15 temporadas en Primera, casi 500 partidos, tres Mundiales y una Eurocopa y comenzó siendo extremo derecho...

Así es. Hasta segundo año de juvenil jugué primero de extremo y luego de interior. Fue Txetxu Rojo, que acaba de fallecer, quien me pasó a central y ahí me quedé, aunque alguna vez, cuando hacía falta, también jugué de lateral. De crío, como era muy rapidito, de extremo me hinchaba a meter goles. Tuvimos nuestras largas charlas él y yo cuando me dijo que me iba a pasar a central. Debería ver que en los duelos era muy ganador; que era muy rápido; que siempre estaba muy concentrado en el campo y que tenía una salida del balón decente... Me lo comentó y me convenció. No fue ningún trauma pasar de marcar goles a evitarlos. Era totalmente diferente a lo que había hecho de pequeño, pero me adapte muy rápido. Acertó de lleno. No me fue mal con el cambio de posición... vamos digo yo.

Todo un visionario Txetxu Rojo. Se inventó a uno de los mejores centrales que tuvo el fútbol español durante década y media (1987-2002). A Rafa le sorprende el comienzo de la charla. Avezado en entrevistas e inmerso, de nuevo, en facetas de comentarista pluriempleado, quizás esperaba que comenzara directamente a preguntarle por 'la cola de vaca' que le hizo Romario en el Camp Nou. O por cuando el Athletic, en el verano del 93, le vendió al Real Madrid con nocturnidad, alevosía y sin su consentimiento. O, incluso, que íbamos a entrar de lleno hablando de ese inminente Athletic-Real Madrid. El partido que enfrenta a los dos únicos clubes en los que ha jugado y que siempre le altera los biorritmos.

Sigamos con lo del extremo. ¿Y cómo era, como Onésimo, regateador puro, o como Bale, que lanzaba el balón hacia delante y corría como un atleta de 100 metros?

Era bajito, pero las piernas las movía muy rápido. Lo mío era correr al espacio, buscar la profundidad. Era muy rápido, de verdad. No era de esperarla al pie. Yo, a correr y chutar.

Debutó con 15 años con el Bilbao Athletic en Segunda. Temporada 84-85.

Fue el partido en el que los profesionales no jugaron porque se convocó una huelga y los clubes echaron una mano de los cadetes y los juveniles. El partido fue el 9 de septiembre contra el Salamanca y yo cumplía los 16 justo una semana después. Me enteré hace poco que fui el jugador más joven en la historia del Athletic en debutar en el fútbol profesional. Entonces el filial estaba en Segunda. Nunca lo olvidaré. Fue en San Mamés. Todavía jugaba de interior. El entrenador era El Chopo (Iribar). Ganamos (3-1). Entré en la segunda parte por Urrutia, presidente hace poco. La temporada siguiente, ya con 17 recién cumplidos, jugué cuatro partidos de Segunda. Me entrenaba ya bastante con el filial y ahí es cuando Txetxu ya me pasó a jugar de central. Ese juvenil tuvo una buena camada con Garitano, Mendiguren, Urrutia, Lakabeg..., Íbamos siempre por delante a nuestra edad y recortábamos pasos. Íbamos de dos en dos.

Fue el primer central del Athletic, que yo recuerde, que se salió del patrón de los Alexanco, Astrain, Lizeranzu, Guisasola, Goiko, Andrinúa... Todos altos y fuertes.

Aquellos eran todos fuertes y contundentes en su juego. Unos animales y yo no llegaba al 1,80... Rompí el molde del típico central vasco de toda la vida. Lo único que tenía que ver con ellos era que era igual de agresivo. Lo necesitaba por mi estatura. Obligatoriamente en todas las disputas tenía que ser muy agresivo, si no no tenía nada que hacer con los delanteros grandes que había entonces. Yo no tenía físico de central. Era más fino por venir de jugar arriba y esa finura me sirvió para ser diferente. Ahora mis características serían más normales porque se buscan centrales que sepan sacar bien el balón, que dominen el golpeo con las dos piernas...

Después de la posición de portero, la de central puede ser la que más ha evolucionado en el mundo del fútbol en los últimos años. Ahora tienen que saber sacar el balón jugado, tirando paredes, desde su área. Nada del 'patadón y tente tieso' de sus años mozos.

Puede ser, pero creo que ha evolucionado para bien. No se descarta al defensa contundente, lo que se busca es que haga las dos cosas. Por ejemplo, el caso de Sergio Ramos, que me parece que muestra el equilibrio perfecto entre el central duro, agresivo y contundente de siempre, con una exquisita calidad técnica.

Quiere decir que Sergio Ramos es el central más completo que usted ha visto en su vida.

El más completo que vi fue Fernando Hierro, que rompió el status del central de toda la vida. Era muy técnico, dominaba el juego aéreo, las distancias. Comenzó a dar otro timbre a lo que era más habitual. Luego me llamó mucho la atención Puyol y el propio Sergio, que a lo mejor era un poco más fino con el balón.

Como entrenador o director deportivo, ¿a un central por qué lo ficha, por su contundencia y seguridad, o porque salga bien con el balón jugado?.

Primero le ficharía por ser un buen defensa, con conceptos defensivos muy marcados y luego, si tiene una buena salida de balón, mejor. El defensa tiene que disfrutar robando balones y rompiendo jugadas de los delanteros contrarios. Puyol era de los que disfrutaba tirándose al suelo, haciendo esos cortes que él hacía. Yo también era de esos. Me gustaba la anticipación.

En sus 15 años de profesional solo se puso tres camisetas...

Yo diría que cuatro. A las del Athletic, Real Madrid y la Selección, añadiría la de la selección de Euskadi, que no fueron muchas porque solo jugábamos una vez al año, Creo que fueron las suficientes. Las que tenían que ser, seguramente.

Estuvo a punto de vestir también la camiseta del PSG...

Es verdad, me quería llevar para allá Luis Fernández. Le dije que iría encantado, aunque ya estaba con los problemas de la espalda que me limitaban mucho, pero me hacia ilusión salir al extranjero a jugar. Al final no se dio, pero me ilusioné. Un amago.

A Alkorta realmente le retira la dichosa espalda... y antes de tiempo.

Sí, me retira esa lesión en la espalda, una espondilolistesis que una vez retirado, en el 2014, me llevó al quirófano y tengo dos tornillos y una placa. Ya no podía ni andar 100 metros seguidos. Fueron años de mucho sufrimiento, tenía constantes problemas musculares y me rompía el sóleo, el gemelo... Me afectó bastante a mis condiciones físicas, pero también mentales. Era una tras otra. Desesperante. Había que ser fuerte para soportarlo. Tenía ya 33 años y me di cuenta que lo mejor era dejarlo. En aquella época entre los 33 y los 35 te jubilaban. Ahora aguantan más. El fútbol ha cambiado. Después de 15 años estaba bastante machacadito, la verdad.

¿Es verdad que en uno de los tratamientos que le pusieron tomaba 50 pastillas al día?

En una de las lesiones fui al médico del Bayern Múnich. Para acortar y acelerar el regreso de una rotura muscular, por medio de Heynckes, fui allí y sin darme cuenta me vi tomando 50 pastillas al día. No sé si me sirvió de mucho o de poco, pero me hinchaba a beber agua porque tomaba más de dos litros al día.

Se asoma un Athletic-Real Madrid. Se enfrentan el equipo de los once jugadores nacidos o criados en Euskadi contra el que es capaz de jugar con once extranjeros, como ocurrió hace poco. ¿Qué es más fácil?

Sin duda es más difícil jugar con once de la casa. Tiene más mérito. Es muy difícil hacerlo, por eso llevamos toda la vida trabajando nuestra cantera, para intentar tener siempre equipos competitivos. El otro día, cuando sucedió lo de los once no nacionales, pensé que el Real Madrid siempre ha funcionado muy bien cuando ha tenido jugadores españoles en su plantilla. El Madrid de la Quinta del Buitre es inolvidable. Sé que es muy complicado que salgan estas camadas en la cantera, pero siempre allí siempre tuvieron grandes jugadores nacionales. El Real Madrid siempre tiene que tener a los mejores y, si creen que los mejores son los de fuera en lugar de los casa, pues hay que respetarlo.

En los cuatro años que fue director deportivo del Athletic (2018-22) y viendo lo complicado que era y es formar una plantilla que compita con el objetivo mínimo de clasificarse para las competiciones europeas o luchar por la siempre anhelada Copa, ¿en algún momento se le pasó por la cabeza decir a su presidente que se ampliaran las ventanas, que no estaría de más ampliar horizontes, hacer algún regate a la filosofía del club...?

Nunca, nunca... Vamos, ni pensarlo. Eso es algo impensable. No se nos puede pasar por la cabeza a ninguno. Sabemos de la dificultad que tiene jugar en esta Liga, pero así llevamos más de 100 años y hemos tenido bastantes éxitos como para pensar ahora en hacer un regate a esa tradición. Ya sé que había gente que decía que yo no pegaba ni golpe. Que casi no trabajaba precisamente por no poder ir a fichar al mercado nacional o internacional. Les diría a todos los que llegaron a pensarlo que formar equipos competitivos en todas las categorías, desde el fútbol 7 al primer equipo, con nuestros mandamientos, es mucho más difícil y se trabaja más, a lo mejor, que en otros clubes que tienen todo el mercado para fichar.

Después de ser director deportivo del Athletic, ¿puede ocupar ese cargo en cualquier otro club?

Desde luego. Es un master increíble y te cualifica para ser director deportivo de cualquier otro club. Solo faltara que no fuera así. Teníamos que estar atentos a todas las cosas que pudieran pasar en nuestra cantera. Lezama es nuestro motor. No se te puede escapar ningún jugador a otro club; tienes que ser fino fichando. No podemos equivocarnos en lo poco que tenemos. Pero todo eso no deja para que, por mi forma de ser, en todo este tiempo viera mucho fútbol internacional, pero mucho, aún sabiendo que no los podía fichar. ¡Veía hasta nuestra Segunda!

¿Está en el mercado?

Me encantaría seguir ligado al fútbol y ese cargo se ajusta a mi forma de ser y trabajar. Es un puesto que he disfrutado mucho. Tiene muchos sinsabores...

Por ejemplo, la relación con los representantes. Por lo que me cuentan, ha quedado muy quemado con ellos...

Más que quemado, sorprendido con algunos de ellos. A mí, los representantes no son capaces de quemarme, pero no me imaginaba cómo se trabaja hoy en día y que diferencia existe con mi etapa de jugador. Han cambiado muchísimo las cosas. Ahora veo que se hacen entrevistas a los representantes y cuentan su vida, sus historias. Cuando realmente las estrellas, los que importan, son los jugadores. Algunos han cogido mucha fuerza. El representante de ahora te llama constantemente cuando no juega su futbolista. Te pregunta el porqué, te dice 'a ver si puedes hacer algo con el entrenador para que juegue más...'. Yo alucino con esas cosas. Y no hablo de todos. Hablo de algunos. Los hay buenos y malos.

Lo de ser entrenador, absolutamente descartado.

Totalmente. Me saqué el título, trabajé con Míchel en el Olympiakos y en el Olympique de Marsella y se me quitaron las ganas para toda la vida. Aprendí muchísimo, entre otras cosas que yo no puedo ser entrenador. No valgo. Para ser entrenador tienes que tener un punto de locura que no lo tiene todo el mundo.

Pensaba que tenían que tener un punto de cordura.

También, pero hay algo que no me cuadra. Tienes que ser diferente a todos los demás que estamos en el mundo del fútbol. Lo que se sufre es una barbaridad. Son 24 horas sobre 24. Todo el día pensando, dándole vueltas... Por eso me parece una locura. Te pasas el día haciéndote preguntas.

¿Le han hecho alguna entrevista en su vida en la que no le hayan preguntado por 'la cola de vaca' de Romario?

Pues puede ser que no... Pensaba que esta iba a ser la primera, pero tampoco me importa. Es una jugada que forma parte de mi carrera y no puedo evitar verla o hablar sobre ella. Todavía pienso qué bien lo hizo él y qué mal estuve yo. Nunca me ha molestado que me lo recuerden. ¡A ver, era Romario, que igual entonces era el mejor delantero centro del mundo! A mí lo que me jodió de ese partido fue que nos metiera cinco el Barça y puede que ese gol, poco antes de llegar al descanso, influyera en el resultado final. Podría decir que sin esa jugada a lo mejor no nos meten cinco. Él, como siempre, no había estado muy activo, pero me cogió en pelotas. Ese era mi dolor, que el gol pudo cambiar el partido.

Si su carrera en el Athletic y en el Real Madrid se puede calificar como notable, con España está en el privilegiado grupo de futbolistas con tres Mundiales y una Eurocopa... Recuerdo que siempre fue muy de querer jugar con la Selección.

Recuerdo con mucho agrado esa década de los 90 y mi experiencia de la Selección. No ganamos nada y nos llevábamos buenos disgustos, pero estuvimos cerca tanto en el Mundial de Estados Unidos (94) como en la Eurocopa de Inglaterra (96). Sé que decir que estuvimos cerca no vale para nada, sobre todo porque después vinieron otros que ganaron tres grandes títulos consecutivos, pero precisamente el paso del tiempo me convence más de que éramos un buen equipo, para haber ganado algo. De la Selección también me retiraron las lesiones. Si no podía jugar en mi equipo, tampoco lo podía hacer con España. Mi último partido fue con Camacho en Israel (1-2). Yo, aún sin resultados, fui de los que disfrutó de la Selección. Estuve con Luis Suárez, con Clemente, con Camacho...

Con Clemente de seleccionador, jugar con España era un auténtico master...

¡Ya le digo! Una época convulsa. Siempre había muchos líos con la Prensa, pero eso también te hace aprender y lo hablo ahora con periodistas de aquella época, como es el caso, o con algunos, incluso, con los que ahora estoy trabajando. Nunca fui rencoroso. Era otra época, vosotros convivías prácticamente con el equipo, en el mismo hotel, en el mismo avión. Erais muchos menos. Había tirantez por el tema de Javi, pero como jugador creo que me llevaba hasta bien con los periodistas para las cosas que pasaban.

Luis Enrique y usted fueron compañeros y se conocieron bien. ¿Cuánto de Clemente hay dentro del exseleccionador?

Bastante, bastante. Un porcentaje importante en cuanta a personalidad y manera de hacer las cosas. Luis Enrique es un Javi Clemente 2.0. Con otra manera de jugar en su cabeza, pero con la misma pasión. A Luis Enrique la tirantez tampoco le crea ningún problema. Le gustaba que hubiera ese ambientillo. Los dos se manejaban bien en ese barro.

El nuevo seleccionador, Luis de la Fuente, también fue compañero suyo en el Athletic.

Sí, un año. Nada que ver con Luis Enrique. Es diferente, pero que nadie se equivoque con él. Hemos compartido vestuario y me consta que tiene mucho carácter. Es un tío fantástico, superdivertido, le quiero mucho... pero que nadie dude de que va a decir a todos a la cara lo que les tenga que decir. Conoce bien la Federación y sabe cómo es esa casa. No se va a cortar un pelo con nadie. Ya lo verá.

Cuando llega un Athletic-Real Madrid, como el del domingo, ¿qué se le pasa por la cabeza?

Uff... Para el Athletic hay dos partidos especiales marcados en el calendario: el de la Real y el del Madrid. Lo eran en mi época y, creo, que lo siguen siendo ahora. Jugar ahora en San Mamés con el estadio lleno, ardiendo, va a ser un problema para el Madrid si no recupera un poco el pulso que ha perdido en el último mes. Si quiere sacar algo de San Mamés va a tener que apretar mucho más de lo que lo ha hecho en los últimos partidos. No están bien. No están finos. El Mundial no debería ser una excusa, pero algo afecta. Unos están un mes con sus selecciones. Otros se quedaron en Madrid e hicieron una mini pretemporada. Se desconectaron. Creo que el asunto es más mental que físico. El cansancio es más de de cabeza, es mi opinión, claro, pero también creo en la madurez de ese equipo, en su entrenador, que es un fenómeno. Un hombre muy calmado que sabe lo que hacer en cada momento y, creo, que volveremos a ver al Madrid de hace un par de meses.

El equipo ya estaba a la baja antes de Catar...

Puede, pero no como ahora. Tenemos que tener en cuenta que repetir lo de la temporada pasada es muy difícil hasta para un equipo tan fuerte mentalmente como el Madrid. Las temporadas van pasando y van pasando factura en algunos futbolistas más que en otros. Lo que también pienso es que los jóvenes, que están muy bien fichados, deben dar un paso adelante y no estar siempre esperando a que Kroos, Modric y Benzema lo hagan todo. Tienen que tomar más responsabilidad y tener más peso. Solo con tres jugadores, viendo como están otros equipos, te puedes quedar corto.

¿Y del Athletic, esperaba más?

No, estamos haciendo una temporada fantástica. En las últimas semanas no hemos tenido buenos resultados, pero estamos a dos puntos de la zona Champions en una Liga extraña porque el Sevilla no está arriba. Al Atlético y al Villarreal también les está costando, mientras la Real y el Betis sí mantienen cierta regularidad. El Athletic tiene una buena oportunidad para entrar en Europa porque el Sevilla no está y no creo que llegue. Veo al equipo con mucho ritmo, es un equipo físico y además tenemos un gran entrenador.

Veo que cuando habla del Athletic habla siempre de 'nosotros'. ¿Y cuando habla del Madrid?

Casi de la misma manera. Es una parte de mi vida de la que me siento muy orgulloso. Cuando se enfrentan los dos equipos todo el mundo sabe que quiero que gane el Athletic. No tengo ninguna duda. Pero cuando el Madrid juega contra el Barça, yo hablo de 'nosotros' por el Madrid...