DANA EN VALENCIA

Un 'avión' en la cantera del Real Madrid y ahora víctima de la DANA en la zona cero: "Menos mal que suspendimos los entrenamientos..."

Lionnel Franck destacó en la cantera blanca en una generación en la que coincidió con Juan Mata o Claudio Giráldez. Reside desde hace más de 10 años en Paiporta.

Leo Franck, durante su etapa en la cantera del Real Madrid./CEDIDA
Leo Franck, durante su etapa en la cantera del Real Madrid. CEDIDA
June Lavín

June Lavín

Pasadas las siete de la tarde, y después de una ardua jornada de trabajo "quitando escombros y rescatando objetos personales", Lionnel Frank, (Duala, Camerún, 1989) descuelga el teléfono para atender la llamada de Relevo. Lo hace desde Paiporta, una de las zonas más afectadas por la DANA y la localidad que acogió a su familia hace más de 20 años. Desde hace dos semanas, sus días son un calco: "Me levanto, ayudo a los vecinos en sus casas o propiedades y voy al trabajo a limpiar la tienda [trabaja en una tienda de Electrodepot en Alfafar] para sacar todos los electrodomésticos que ya no sirven".

Leo, como todos le conocen, dejó su Duala natal y llegó junto a su familia a Paiporta hace casi 25 años ("yo tenía 11 cuando llegamos"). Allí dio sus primeros pasos en el fútbol, en un filial del Valencia conocido como E-1 Valencia. Precisamente esa temporada le bastó para despertar el interés del Real Madrid, que apostó por un delantero centro físico un año menor que el resto que, en aquel momento, destacó por su velocidad y capacidad para tirar desmarques en diferentes torneos de Brunete. "Estuve en el Madrid desde categoría alevín hasta Tercera, con el Real Madrid 'C', y jugué con Claudio Giráldez, Juan Mata o Pedro Mosquera. Era un año más pequeño que el resto, porque yo era alevín y ellos infantil. Éramos una generación de la hostia, muy buena", recuerda, visiblemente emocionado al otro lado del teléfono por las secuelas de una DANA que se ha ensañado con su "segunda casa".

"Después del Madrid, me moví a Jerez y fiché por el Xerez [temporada 08-09], que estaba en Segunda. Hice la pretemporada con ellos, pero el entrenador [Esteban Vigo] me dijo que era muy joven para estar en esa categoría", rememora. Leo, entonces, decidió seguir los consejos de su entrenador y recaló en el San Fernando en calidad de cedido, en una aventura de la que aprendió "mucho, muchísimo", pero no repetiría: "Fue una debacle... Empezamos bien, pero nos dejaron de pagar, la gente se empezó a ir y entrenábamos una vez a la semana. En los partidos, jugábamos con 10. Yo no podía irme, dependía del Xerez y el equipo terminó la temporada con siete jugadores de la primera plantilla. El resto eran canteranos".

Leo Franck acude a su trabajo para limpiar electrodomésticos cubiertos de lodo por la DANA. CEDIDA
Leo Franck acude a su trabajo para limpiar electrodomésticos cubiertos de lodo por la DANA. CEDIDA

Considerado uno los jugadores más prometedores de La Fábrica en los "ocho o nueve años" en los que portó la zamarra blanca, Leo Franck probó suerte lejos de Valdebebas y, con lesiones de por medio ("lo dejé cuando volví a Valencia... me rompí el vasto interno de la rodilla"), no llegó. Ahora, más maduro y hecho, reflexiona: "Pensé 'mejor me dedico a otra cosa' y empecé a entrenar a niños, buscando compatibilizarlo con otros trabajos. Desde fuera lo veo y me faltó paciencia, mucha más implicación y estar más centrado, porque la gente se acerca por interés y si no estás muy centrado te sueles desviar. En el Madrid estás en una burbuja y te crees cosas que no son. Los representantes te abandonan, no te apoyan y es un cúmulo".

"El agua pasaba a una velocidad que decías 'si hay alguien ahí ya no aparece'"

Leo Franck Exfutbolista y entrenador de fútbol base en el Atlético Ciudad Paiporta

Después de muchos años buscándose la vida, todavía ligado al fútbol (entrena al alevín de primer año del Atlético Ciudad Paiporta), la DANA devolvió a Leo Franck al foco mediático. El delantero camerunés formado en las categorías inferiores del Real Madrid reside en una de las localidades valencianas más afectadas por la gota fría ("vivo al lado del barranco") junto a su pareja y familia. "Han sido dos semanas caóticas. Nosotros tuvimos algo de suerte, porque nuestra casa está en altura y el agua no ha llegado ni a los bajos. Nos hemos librado, pero los coches iban volando, la calle principal era un río y todo pasaba a una velocidad que decías 'si hay alguien ahí ya no aparece'. Veías cada imagen...", revive.

"Parecía la guerra... y eso que sólo habían pasado cinco horas", sintetiza, todavía afectado por las secuelas de la DANA. De entre todo su relato, se detiene en lo que ocurrió "en la mañana de ese martes", horas antes de que la gota fría arrasase con todo. Al otro lado del teléfono, su voz comienza a entrecortarse: "Ese día nuestro equipo suspendió los entrenamientos por alerta de viento. Si no llegan a suspenderlos [suspira], nos pillan entrenando a muchos equipos... El campo ha quedado destrozado, pero eso es lo de menos, porque si nos hubiera pillado allí la tragedia sería mucho mayor".

Leo Franck, junto a los integrantes del equipo al que dirige. CEDIDA
Leo Franck, junto a los integrantes del equipo al que dirige. CEDIDA

Dos semanas después, "la cosa está mejor, hay menos escombros y menos barro, pero todavía queda mucho trabajo por hacer". Todavía no se ha recuperado la normalidad, pero aprovecha la charla para agradecer a todos los voluntarios que, de una forma u otra, "han ayudado y siguen ayudando", incluidos los Juan Mata, Claudio Giráldez, Adrián González, Pedro Mosquera y compañía con los que compartió generación y todavía mantiene el contacto a través de un grupo de WhatsApp: "Todos han ayudado, ya sea con mensajes preocupándose, donativos, comida...".

Mientras sigue rescatando electrodomésticos cubiertos de lodo con la esperanza de recuperar alguno de ellos y volver a trabajar "cuanto antes", tiene clara su pasión: "Me gusta mucho entrenar a niños, ser parte de su formación y que disfruten del fútbol, que lo que yo he vivido les sirva de algo y pueda ayudarles".