Alexander-Arnold nunca podría ser en el Real Madrid el jugador del Liverpool: lateral atípico, osado... pero no apretaría como Carvajal
Cada vez tiene menos en su cabeza el oficio de defensor y su anarquía sobre el campo es un arma de doble filo: desconcierta al rival pero también desorganiza el orden táctico de su equipo.
El fichaje de Trent Alexander-Arnold por el Real Madrid se presenta en el mercado futbolístico como una de esas operaciones que el club blanco va cociendo lentamente durante muchos meses, con varios fuegos encendidos a la vez, hasta que el plato está listo para servirse en el escenario del Santiago Bernabéu. Fiche cuando fiche, ahora en el mercado de invierno, menos probable, o al final de temporada, la afición madridista se va a encontrar con un futbolista singular en casi todas sus facetas futbolísticas.
Llegaría en una edad óptima, 26 años, y cambiaría la Premier (244 partidos, 17 tantos y 62 pases de gol) por la Liga con la suficiente experiencia acumulada también en la Champions y demás torneos británicos, selección inglesa (33 encuentros) incluida, como para pensar que no se va a asustar cuando se vea vestido de blanco subiendo por el túnel de vestuario con un gentío esperándole para rendirse a sus pies. Lo que sí deberá hacer, más que probablemente, es pensar que, sin renunciar a las cualidades intrínsecas que le han permitido dar este salto, en el Real Madrid no podrá ser nunca el jugador del Liverpool. Jamás.
Acá, sería siempre un fichaje de lujo, un galáctico, aunque lleve en la espalda la etiqueta de lateral derecho y llegue con la carta de libertad. Allá, ha sido y es el chaval crecido en la antigua Ciudad Deportiva del Liverpool, Melwood, y que pasó, una por una, por todas las divisiones inferiores del club hasta debutar en el primer equipo en la temporada 2015-16. En Anfield siempre se le ha permitido todo porque era y es un scouser de cuna. En el Bernabéu se le exigirá otra graduación. Otro nivel.
En la Eurocopa comenzó como mediocentro y acabó de suplente
Trent es un lateral que, en las últimas temporadas con Klopp en el banquillo, no se ha comportado como un lateral al uso. Para acercarse a su comportamiento sobre el terreno de juego, no tiene la disciplina de Carvajal, con quien tendrá que competir con el puesto, pero tampoco es Cafú o Alves, algunos de los clásicos de esta posición que han marcado tendencia. A Trent la demarcación de lateral se le ha quedado pequeña. O al menos es lo que él piensa. Los que vean todos los partidos del Liverpool, o la mayoría, ya se habrán dado cuenta de que no tiene el oficio de defensa. No es marcador, ni agresivo en los duelos uno contra uno. Se lo ha pasado, y se lo pasa tan bien, siendo un todocampista que le cuesta hasta recuperar la posición cuando el equipo pierde el balón y tiene que replegarse.
En este curso está en pleno periodo de reciclaje y en el Real Madrid también tendría que realizar otro aprendizaje, sobre todo si Carlo Ancelotti continúa en el banquillo. Para el técnico italiano la palabra defender es sagrada. No hay partido en el que no haga referencia a cómo lo ha hecho su equipo durante el partido. En un once con Mbappé, Vinicius, Rodrygo y Bellingham, que también prefiere pisar el área contraria antes que la suya, un Alexander-Arnold de una sola dirección no tendría cabida. El bloque se partiría en dos y los centrocampistas (Valverde y Camavinga) presentarían su carta de dimensión.
El nuevo técnico del Liverpool, Arne Slot, le está concediendo parecida libertad cuando el equipo tiene el balón y se despliega en ataque, pero la nueva organización táctica le maniata ofensivamente. Por delante, se encuentra con un Salah mucho más abierto, mucho más extremo, que le cierra el desdoblamiento por fuera. Tampoco el técnico holandés le permite convertirse por sistema en mediocentro, como hacía Klopp, y tiene misiones más tácticas a la hora de guardar su zona. No es casualidad que hasta el último partido contra el West Ham no se estrenara como goleador (de rebote) en lo que va de temporada cuando su media anual suele ser de entre tres y cuatro tantos.
No piensa como un defensa. Cede espacio ante el hombre que le encara y prefiere antes 'recular' que anticiparse. En el repliegue suele ser el último en llegar a su posición y el central de su lado, se llame Konaté o Gómez, sabe que, además de fijar al delantero centro de turno del contrario, tiene que estar atentos a realizar las coberturas sobre el '66'.
Con el balón se empodera y es capaz de todo
Eso sí, todos sus males se acaban cuando tiene el balón. Ahí se muestra como un futbolista osado. Empoderado. Es capaz de todo con la pelota en los pies. Desde la conducciones de 40/50 metros a los cambios de orientación en profundidad de derecha a izquierda. Esos desplazamientos, no por vistos y repetidos, levantan la admiración de Anfield, como lo harán en el Bernabéu si al final ficha. Estéticamente son maravillosos. Y además, precisos. Diestro de nacimiento, cada vez domina mejor la izquierda. A lo largo de los partidos se nota que intenta mejorar ese perfil y lleva el balón muchas veces con su zurda para que, en breve, de ser su pierna mala se convierta en su pierna menos buena.
A balón parado es tan preciso como potente. Lanza faltas directas y laterales. También saques de esquina. Le encanta empalmar balones que le llegan desde el cielo. Ahí arriesga. Mejor el primer toque que el control. Con sus constantes movimientos desorganiza, en ocasiones, a su equipo, pero su espíritu anárquico también destroza a los rivales. En fase de ataque puede aparecer por cualquier sitio. Se crece cuando se mete por dentro y puede tirar pases, 'caños' y paredes. Así es cómo entiende el juego, como un centrocampista.
Sin embargo, cuando en última Eurocopa Southgate probó con él como mediocentro no cuajó. Hasta el punto de que comenzó el torneo (Serbia y Dinamarca) formando pareja de volante central con Bellingham -son íntimos amigos- y acabó de suplente. Perdió el puesto y no jugó ni un minuto en las semifinales contra Países Bajos, ni en la final contra España. Moraleja: Alexander-Arnold es más Alexander-Arnold llegando desde la posición de lateral que estando en esa zona central.
Tiempo habrá para seguir el curso a distancia sobre el juego de Trent John Alexander-Arnold. La presente, tal y como está su equipo, podría ser la mejor temporada de su vida.