El debate de los representantes y comentaristas: "A los periodistas que van de independientes se les ve más el plumero"
Cuatro figuras analizan en Relevo la conveniencia de combinar ambas funciones: "Puede salirte la vena malvada, pero sería muy fácil de detectar".

En ocasiones, las voces que se esconden tras un partido en televisión son las mismas que resuenan en los despachos y en las mesas de negociación. Josep Maria Minguella (81 años) llevó a Maradona, Romario o Stoichkov al Barça mientras fundaba Sport y el extinto Don Balón. Ahora convive en COPE con Petón, el corazón del Atleti en la radio y consejero delegado de Bahía Internacional, la agencia de Rodri Sánchez o Mikel Merino. Otro peso pesado en su empresa, Antonio Sanz, es un habitual en Onda Cero, como Pedro Riesco (hombre fuerte de René Ramos) en las tertulias de El Golazo o Radio MARCA.
Son solo algunos ejemplos, pero cada vez abundan más los agentes (o personas ligadas a la representación) que se suman a los medios para compartir sus opiniones, ofrecer sus puntos de vista y comentar encuentros… hasta de sus propios clientes. El debate está sobre la mesa: ¿es ético? Consultados por Relevo, los cuatro anteriormente mencionados tienen clara la respuesta: sí… "si eres honesto". Sanz se muestra contundente: "A los periodistas que van de independientes se les ve más el plumero que a nosotros".
Petón y el ejemplo de RDT
Petón, como Minguella, fue pionero. En su caso, por compaginar su carrera como futbolista con su labor en los medios. Con su retirada nació Bahía y durante años gestionó la carrera de Fernando Torres. "Justo cuando se fue al Liverpool me tocó comentar fútbol inglés en TVE, pero durante esas temporadas fue Balón de Bronce, la rompía, estaba hecho un coloso… ¿qué iba a decir?". Sus elogios al Niño no levantaban suspicacias: eran merecidos. Años después le ha tocado ponerse del otro lado.
"Me resulta difícil hacer una crítica severa de un futbolista porque he sido jugador, entiendo bien al deportista en todas sus manifestaciones. Lo último que pienso es en quién lo representa. A mí me han llegado a decir: 'Joder, ¿por qué hablas tan bien de Raúl de Tomás? Eso es que lo representas tú'... ¡y justamente es un futbolista que estaba en Bahía y se fue!". La anécdota ilustra a la perfección su pensamiento: los agentes (él se encarga de remarcar que lleva 14 años alejado de la representación directa) no tienen escapatoria.
#Petón: "Raúl de Tomás es un FUTBOLISTA EXCEPCIONAL pero NO LE PONEN en el Real Madrid". ¡PARTICIPA YA en #ChiringuitoMadrid! pic.twitter.com/vsEVqr5PfH
— El Chiringuito TV (@elchiringuitotv) August 20, 2018
"Puede salirte la vena malvada y repugnante que todo individuo tiene dentro y utilizar un medio para saldar tus pequeñas miserias, pero eso es una barbaridad. A mí me parece bueno un futbolista esté con quien esté. Creo que hay que tener cierta altura intelectual y la suficiente moral para distinguirse de eso. Se notaría muy pronto, sería muy fácil de detectar". Sanz lo comparte. "Se puede ser independiente, transparente y honesto y defender la trinchera de donde estás. Lo primero son los futbolistas de Bahía, pero eso no significa que tenga que derrapar en mis opiniones. Es compatible, absolutamente".
Las críticas públicas de Minguella
En el papel de todas estas figuras existen varios escenarios de conflicto: ¿qué pasa si tienen que comentar un patinazo de un jugador de su agencia? Para Riesco no supone un problema. "Hay temas de actualidad que no se pueden evadir, pero, como ya son años de colaboración con los mismos medios, ellos saben que hay temas que no voy a contestar y en los que voy a ser prudente. También hay otros en los que oculto la información porque no procede airear nada. Hay que tener mano izquierda y más salidas que el metro, por supuesto".
A Minguella nunca le ha temblado el pulso. "Cuando tenía que decirle a un jugador mío que no tenía razón, se lo decía. Se lo decía a él y públicamente. Me pasó cuando Stoichkov pisó a un árbitro (Urízar Azpitarte)". Promete no haber mezclado "jamás" el trabajo de agente con la información y pone ejemplos: "Una vez, un periodista de Sport me llamó y me dijo que le habían comentado que iba a venir Romario al Barça. Yo le contesté que no sabía nada. En realidad lo tenía en el hotel Sansi, y hasta que no se cerró la operación no lo anuncié".

Él tampoco cree en la necesidad de separar caminos. "No digo que haya gente que no intente manipular o influir en los medios para favorecer su negocio, pero, con criterio, se puede combinar perfectamente". El debate seguirá sobre la mesa, pero todos cierran filas: la representación y los medios no tienen por qué llevarse mal. "Queriendo o sin querer, todos vamos de la mano", desliza alguno. Ellos marcan el camino.