COPA DEL REY

Cuando el Real Unión obró el milagro contra el Real Madrid: "El autobús se fue sin mí y el taxista me puso a su hijo al teléfono..."

Integrantes de la plantilla del club irundarra que eliminó a los blancos en la Copa del Rey 08-09 recuerdan la hazaña en Relevo.

Los jugadores del Real Irún celebran su pase a la siguiente ronda en el Bernabéu./ARCHIVO
Los jugadores del Real Irún celebran su pase a la siguiente ronda en el Bernabéu. ARCHIVO
June Lavín

June Lavín

El 11 de noviembre de 2008 es una fecha que todavía figura en el imaginario colectivo. Sobre todo en el del Real Unión Club de Irún, un equipo modesto de una localidad guipuzcoana de algo más de 60.000 habitantes que alcanzó la gloria en la temporada 08-09. Lo hizo en el Bernabéu, la 'casa', en aquel entonces, de Raúl, Cannavaro, Marcelo o Saviola. "Fue un año espectacular, con una plantilla muy competitiva y un entrenador, Iñaki Alonso, que nos gestionó muy bien. En Irún la Copa se vive con mucha intensidad", recuerda Manu García, recientemente retirado. Los blancos, que debutan (19:00 horas) en el torneo del KO frente a la Deportiva Minera, se toparon hace 17 años con una versión dominante del conjunto vasco, ahora en Primera Federación, que les sacó los colores ante su afición. "Fue algo muy especial, unos días muy bonitos", resume Juan Domínguez, en la actualidad técnico de la Real Sociedad B.

Manu García rememora la eliminatoria entre el Real Unión de Irún y el Real Madrid.RELEVO

El encuentro de ida, marcado por el desvanecimiento de Rubén de la Red, tuvo lugar en el Stadium Gal, que registró un lleno histórico superando los 5.000 aficionados, y se selló con la victoria del Real Unión por 3-2 en un encuentro en el que Juan Domínguez, ahora técnico del filial de la Real Sociedad, anotó un doblete (Iñaki Goikoetxea fue el autor del tercer tanto). Por parte de los blancos, los goleadores en el duelo de dieciseisavos de final fueron Higuaín y Saviola. Pese a conseguir un resultado favorable, "lo ves con muy pocas oportunidades, más para disfrutarlo que para competirlo, porque todo el mundo pensaba que en la vuelta el Madrid remontaría".

En la vuelta, y pese a un hat-trick de Raúl González, el marcador fue de 4-3 en favor del cuadro merengue, que vio cómo un gol en el minuto 89 de Eneko Romo, ahora entrenador de un Eibar B que no levanta el pie del acelerador y ya consiguió el ascenso a Segunda Federación la temporada pasada, dictó sentencia y consumó lo que los medios de comunicación, en aquel entonces, tildaron de "bochorno" y "fracaso" por parte del club blanco, y de "heroicidad" y "hazaña" lo logrado por los irundarras. El global de la eliminatoria fue de 6-6 y el Real Unión, al haber anotado tres goles en el Bernabéu, avanzó a la siguiente ronda. "Nos estaba saliendo un buen año y llegábamos en un buen momento, por eso decíamos 'oye, a ver si en Irún podemos hacer un buen resultado, que alguien pueda meter un gol'... Nos salió un muy buen partido", menciona Romo, uno de los nombres propios de la eliminatoria. "Salió una noche mágica en el Bernabéu", añade Juan Domínguez, con minutos en la ida y, también, en la vuelta.

Los instantes previos a la vuelta en el Bernabéu

Esa misma mañana, la del encuentro en el Bernabéu, los integrantes de la primera plantilla del Real Irún acudieron "al Tour del Bernabéu" y, después, "nos llevaron a un picoteo en la redacción de Marca". Las rutinas previas a los partidos, entonces, eran bastante diferentes a como son ahora, mucho "menos profesionales", como los propios protagonistas rememoran: "El club preparó un poco el viaje para disfrutar del día... Fuimos a la mañana a entrenar a Valdebebas, luego hicimos el Tour del Bernabéu, estuvimos picoteando en la redacción de Marca un poco de jamón, queso... Fuimos a comer y luego, después del partido, teníamos garantizado que nos íbamos a quedar a cenar". La fiesta tras el encuentro, ya con los irundarras en octavos de final, "fue total": "Es una noche que me guardo para mí para siempre, para toda la vida".

Relegando el resultado y lo ocurrido sobre el césped a un segundo plano, Iñaki Alonso, en aquel entonces técnico del Real Irún, planteó la eliminatoria para que "disfrutásemos todos". Eneko Romo, autor del 4-3 final con el que terminó el encuentro de vuelta, así lo recuerda: "A mí me había tocado jugar en la ida y poder estar convocado, por lo menos salir cinco minutos y poder jugar, pues ya era importante". La idea del Real Unión de Irún, entonces, pasó por otorgar minutos a todos los jugadores disponibles y apostar por dos onces completamente diferentes, potenciando las rotaciones y contribuyendo a que todos los futbolistas se sintiesen importantes. Juan Domínguez, además, fue el autor del centro que precedió la diana en los instantes finales del ahora entrenador del filial del Eibar: "Recuerdo que fue un centro desde la izquierda. Tuve esa suerte... Fueron 15 segundos de no creer lo que estaba sucediendo".

"Se vivió un punto de tensión cuando Iñaki Alonso dio los 16 convocados, que esa era la cifra entonces, porque si hubieran sido 20 ó 23 habríamos estado todos en el banquillo. El míster había planteado la eliminatoria para que la jugáramos todos. Íbamos a jugar once en la ida y once en la vuelta, y los que no pudieron jugar fue porque estaban lesionados o sancionados", añade Eneko Romo. "Recuerdo con ilusión esa Copa porque visitamos escenarios que no eran habituales para nosotros", agrega Manu García, uno de los más jóvenes de aquella plantilla.

"Cuando salí al campo con el 2-2, mi pensamiento fue 'no la cagues', porque el equipo lo estaba haciendo muy bien"

Eneko Romo Exfutbolista y actual técnico del Eibar B

La hazaña fue total: "Todo el mundo en Irún, cuando hablas de eso, siempre te recuerda 'pues yo estuve viéndolo aquí, yo estaba aquí, yo estaba en no sé dónde...'. Todo el mundo se acuerda de esa noche porque para Irún fue muy importante". Para el equipo, "la satisfacción fue inmensa", porque "no todos los días consigues eliminar al Madrid en su estadio, en el Bernabéu". Después de eliminar a los blancos en dieciseisavos, el cuadro vasco cayó en octavos frente al Betis (doble 0-1) y se despidió de su sueño de conquistar la Copa del Rey.

La celebración en Irún y la anécdota de Eneko Romo

Después de eliminar al Madrid y de una sobremesa interminable en la capital, donde los integrantes de la primera plantilla del Real Unión se quedaron a cenar tras la machada en el Bernabéu, la celebración continuó al día siguiente en Irún: decenas de aficionados vascos recibieron a los pupilos de Iñaki Alonso en la ciudad, conscientes de la magnitud de la hazaña. "Todo el mundo te venía con una alegría inmensa, porque al final era un logro muy importante ganar al Real Madrid", sintetiza Eneko Romo, que emergió como uno de los nombres propios del conjunto guipuzcoano en la eliminatoria. "Esa noche se recordará siempre, siempre, siempre. Vinieron los municipales a decirnos que no gritásemos", sintetiza Juan Domínguez.

"El club nos quiso premiar con una cena, porque, al final, eso era una inyección de dinero y el año estaba siendo muy bueno. Estaban muy contentos. Y luego conseguimos el ascenso a Segunda", señala el ahora técnico del filial del Eibar. Al día siguiente, antes de la celebración en Irún, el club vasco se ejercitó en Valdebebas ("volvimos a entrenar en Valdebebas, cogimos un bus y fuimos hasta Irún") e inició una hoja de ruta para el recuerdo. "Ese año fue muy bueno porque logramos culminarlo con el ascenso a Segunda", recuerdan Manu García y Eneko Romo.

La celebración del Real Irún. AGENCIAS
La celebración del Real Irún. AGENCIAS

El propio Eneko Romo aprovecha la oportunidad para recordar lo que le ocurrió tras la conclusión de la eliminatoria: "Muchos festejos y entrevista en el vestuario con los tres o cuatro medios que habían viajado, incluso estaba el difunto Iñaki de Mujika, y ahí, entre abrazarles y contarles la anécdota me tiré un buen rato... Tanto, que el autobús se marchó sin mí y yo no me lo creía. Mi familia estaba allí [en el Bernabéu] y tampoco estaban porque pensaban que me había ido en el bus...".

Todo continuó en el taxi, ya con Eneko Romo de camino al restaurante en el que se encontraban el resto de sus compañeros: "Cogí un taxi y allí [en el taxi] iba todo el rato hablando por teléfono con amigos, conocidos o familiares, contándoles la sensación, y en el mismo taxi se giró el conductor y me dijo '¿pero tú has jugado y metido el gol?', y le dije que sí y hasta me puso al teléfono con su hijo, no me acuerdo bien, y me dijo 'cuéntale, cuéntale'". Al día siguiente, la escuadra irundarra se ejercitó en Valdebebas y muchos de ellos fueron "sin dormir", después de una celebración que se prorrogó durante toda la temporada, con el ascenso como guinda del pastel.