Las pistas de Ancelotti para la remontada en el Clásico
Algunas de las decisiones del técnico italiano hacen entrever el plan para superar al Barcelona en el Camp Nou.

La victoria contra el Valladolid sirvió para subir la moral del Real Madrid antes de tres semanas en las que se juega el éxito o el fracaso esta temporada. Con LaLiga poco menos que imposible (12 puntos de desventaja a falta de 11 jornadas), los esfuerzos se centran en la Copa del Rey y en la Champions, llegando primero la vuelta de la primera competición contra el Barcelona. Los de Ancelotti están obligados a remontar el 0-1 de la ida. "Algo tenemos que hacer", dijo el italiano en rueda de prensa tras ganar al Pucela respecto al duelo del miércoles. Lo cierto es que sus decisiones el domingo dejan entrever cuál será el plan para buscar la remontada copera.
Lo más evidente son los futbolistas que apuntan al once en el Camp Nou. Es cierto que jugadores como Kroos o Camavinga jugaron los 90 minutos y, aún así, apuntan a titulares en el próximo partido. Pero el que Modric o Valverde no se vistiesen de corto es una clara señal: descanso para llegar al Clásico al 100%. Disputaron 177' y 180' con sus respectivas selecciones en el parón, y por ello ni siquiera salieron a calentar. Lo mismo con Carvajal, que jugó 135' con España.
Algo similar pasó con los cambios. Benzema, Alaba y Vinicius fueron sustituidos antes de llegar al 70. Carletto aprovechó que la victoria estaba encarrilada para sacarlos antes de tiempo. "Quería cambiar a Rodrygo, pero Vinicius viene de jugar más con la selección nacional", explicó sobre el brasileño. Rodry también fue cambiado, pero en el 82'.
A vueltas con el esquema
El esquema favorito de Ancelotti tanto esta temporada y como la anterior ha sido el 4-3-3. Sin embargo, en los últimos meses ha probado tanto en entrenamientos como en partidos con un 4-2-3-1. Esto sucedió contra el Valladolid y huele a prueba. Si el duelo contra el Barça se atasca va a ser necesario acumular a más hombres en ataque y esta es, para el cuerpo técnico, la mejor vía para hacerlo. Eso sí, hay cierta desconfianza a perder el equilibrio necesario con este sistema, por lo que en estos momentos parece más un recurso que un plan.
El doble pivote, que contra el Valladolid formaron Kroos y Tchouameni (aunque en ocasiones Asensio se colocaba como un interior más), permitía que uno de los dos abandonase la posición para saltar a la presión, pero en ocasiones dejaban desguarnecida la medular. Se notó, especialmente, en los primeros minutos de la primera parte. Eso sí, cuando el equipo se ajustó la presión resultó mucho más efectiva.
Donde hay dudas, incluso en la cabeza de Ancelotti, es en el once que utilizará. "Es muy difícil elegir el equipo del miércoles", afirmó en rueda de prensa. En defensa, Militao y Alaba apuntan a formar pareja de centrales. A pesar de la llegada de Rüdiger, sigue siendo el dúo favorito del italiano en el centro de la zaga. Más aún si se tienen en cuenta las molestias del alemán. En derecha estará Carvajal y, en izquierda, el primer gran interrogante. Carletto cuenta con Camavinga y Nacho para la posición con Mendy fuera de combate.
El primero podría ocupar también el pivote, su posición preferida, pero el buen nivel de Tchouameni en los últimos partidos invitan a pensar que ambos deberán coexistir. Quien será el ancla lo determinará, en parte, la altura a la que Ancelotti decida colocar la presión contra el Barcelona.
Arriba, el debate gira en torno a Rodrygo. Dio una exhibición de buenos movimientos contra el Valladolid, opositando a entrar en el once del Clásico. "Está en un buen momento. No es descartable que juegue contra el Barcelona", dijo sobre el brasileño. Sin embargo, lo acompañó de otra frase: "Es un partido de 90 minutos, quizás más. Tenerlo para una u otra situación me deja tranquilo". ¿Titular o revulsivo?
El Madrid se juega un título el miércoles en un partido a todo o nada contra el máximo rival. La presión sobre el entrenador es ahora mayor que nunca y sus decisiones marcarán su futuro. Quiere seguir, pero si no gana títulos será difícil. Contra el Barcelona, la primera prueba y, contra el Chelsea, la segunda una semana después.