Benzema se pone 'morado' y el Madrid se da un homenaje antes del Clásico
Un estelar Benzema, con tres goles en siete minutos, destrozó al Valladolid. Rodrygo, Asensio y Lucas completaron la goleada. Reapareció Hazard con una asistencia.

Ancelotti repite siempre una frase simple porque en la sencillez reside la verdad: ganar llama a ganar. Después del bofetón del Barça en el Clásico que dio carpetazo a LaLiga, de un parón de más de una semana y de una desventaja de 15 puntos con los azulgrana, el Real Madrid corría el riesgo de encarar el retorno con el mismo ánimo de quien vuelve de las vacaciones un lunes lluvioso de invierno. Deprimido y derrotado. Sin embargo, afrontó el partido ante el Valladolid con un sol radiante de abril, con responsabilidad, consciente de que montar una fiesta, como la que resultó, es el mejor camino por el que ir el miércoles a Barcelona a intentar remontar un 0–1 y plantarse en la final de Copa. También para mantener los músculos y las sensaciones tonificadas de cara a la Champions. Y, de paso, bajarle el volumen al runrún del futuro del entrenador, que está entre el chotis madrileño y la bossa nova de Brasil.
El partido comenzó con un Valladolid valiente, con un discurso que era de tuteo con el rival. Incluso tuvo dos claras ocasiones para adelantarse en el marcador en los primeros minutos, pero el disparo de Roque Mesa se topó con el palo y el de Monchu le cortó las patillas al palo de Courtois. Aquellos avisos, más el peor que tiene forma de silbidos, despertó al Madrid. Le valió meter una marcha y un estelar Benzema para llevarse por delante el planteamiento de Pacheta y la energía de sus jugadores, que no tuvieron reacción ante la adversidad. Rodrygo abrió el marcador y el francés, con tres goles en siete minutos, le puso los clavos al encuentro. Asensio, en el 72', y Lucas en el descuento, cerraron la goleada. La tarde fue tan plácida para Ancelotti, que hasta le dio minutos a Hazard. El belga dejó una asistencia... El Madrid se cargó de buenas noticias y se dio un festín porque sabe que después le espera una batalla.
BENZEMA
💯 Mis 'dieses'
El parón por los compromisos de las selecciones ha sido una ducha fría para Benzema. De él se ha presentado hiperactivo, despierto, animado y con gol. Su renuncia a Francia le ha echado un cable para volver a enchufarse. El Real Madrid entra en ese terreno de la temporada en el que necesita la versión más brillante y determinante de Karim para salir de él con alguna alegría. Con el título de Liga muy complicado, el Valladolid se convirtió en su primera sesión de rodaje para afrontar la remontada en Copa y el galo recuperó el olfato y se puso tan 'morado' como la camiseta pucelana.
Llevaba sin marcar en el campeonato desde el 15 de febrero contra el Elche y ante los Pacheta marcó tres goles ¡en siete minutos! De cabeza a pase de Vini, derechazo después de una gran jugada individual y chilena tras asistencia de Rodrygo. Festival de un Benzema primaveral, con 14 tantos ligueros y que se mete de nuevo en la carrera por el pichichi, donde Lewandowski mira por el retrovisor con 17.

PLANTEAMIENTO DE PACHETA
😎 Me reafirmo
Sorprendió Pacheta con su propuesta de salida en el Bernabéu. Dejó en el banquillo a Larin, el canadiense que es su policía montada en ataque, y apostó por tres centrales, cinco jugadores en el medio y una vigilancia hombre a hombre de Fresneda, Joaquín y El Yamiq al tridente ofensivo del Real Madrid. Fue una idea gaseosa. De inicio fue un Valladolid que presionó como quien no tiene nada que perder. Y esa actitud, planteándole al Real Madrid un encuentro de ida y vuelta, se convierte casi en suicida si no aciertas las pocas ocasiones que te conceden tu fogosidad y la pasividad defensiva del rival. Es lo que le vivieron los pucelanos.
En el minuto 10, Roque Mesa remató al palo tras un regalo blanco y, segundos después, Monchu rozó la madera. Dos avisos que llevó al Bernabéu a pitar. Eso hizo reaccionar al Madrid, que metió una marcha y en 14 minutos le metió cuatro tantos. Pacheta cambió de estrategia tras el descanso. Reculó con cuatro defensas atrás, pero ya no había rastro de una sorpresa. La pólvora aniquila cualquier plan. Y ahora los vallisoletanos deberán remar río arriba. Esta durísima derrota provoca que cierren la jornada solo un punto por encima del descenso. "Ahora hay que tragar bilis", dijo el entrenador al finalizar el partido.

VINICIUS
❌ No me ha hecho cambiar de opinión
Ancelotti nunca caminará sin Vinicius. El técnico se carga al brasileño al hombro, antes de cada partido, como un pescador se carga la caña. Con él es más probable que la victoria pique. En un partido donde algunos, muchos, casi todos, estaban pensando en el duelo copero del miércoles en el Camp Nou, Ancelotti no se ahorró a Vini, el líder para afrontar tanto riñas vecinales como guerras europeas. Y, cómo no, volvió a ser desequilibrante pasando por encima de Fresneda, el señalado para bailar con él.
En el 28' le metió a Benzema un balón imposible de defender, entre zaguero y portero, para que el francés abriese su cuenta personal, tres minutos después participó en el segundo del francés para extender la alfombra de la goleada. Sumar siempre es cosa de Vinicius. Y no solo por que juegue en la izquierda...

CAMAVINGA
🚨 Poco se habla de...
La defensa, el valor más seguro del Real Madrid la pasada temporada, se ha convertido en un drama por los continuos cambios, la goma de los estados de forma y las lesiones. La última, la de Rüdiger, que causó baja de última hora por unas molestias en la rodilla. Esto y la ausencia de Nacho por sanción, provocó otro movimiento de piezas que llevó a Alaba casi de la camilla al once y a Camavinga, de nuevo, al lateral izquierdo. O de prácticamente todo porque ya sea de '3' o de centrocampista lleva unos meses a su mejor altura. Una recuperación suya parió la jugada del primer gol del Madrid y, de nuevo, volvió a exhibir vigor rompiendo líneas.
El francés arrancó la temporada con alguna lagunas de confianza, pero regresó del Mundial con el depósito de la autoestima colmado. Después, la fe que siempre le tuvo Ancelotti ha hecho el resto porque acumula 18 titularidades de 19 partidos y las horas de vuelo dan muchísima seguridad. Un atributo muy necesario, de '3', de '5' o de '8'.

ASENSIO Y RODRYGO
🤳 Mi fondo de pantalla
La ventana FIFA le abrió otra a Marco Asensio. Ancelotti, que para ver la Liga debe encender las luces largas, priorizó el descanso de sus jugadores del medio más exprimidos con sus selecciones (Valverde y Modric) y confió en el balear a la vez que modificaba el dibujo a un 1-4-2-3-1 con Rodrygo de mediapunta. No es extraño. Estos partidos ligueros tienen que servir para que reposen los jugadores más castigados físicamente y para reactivar al resto de cara a lo que se avecina (Barça y Chelsea). Es el caso de Marco, que, como el equipo, necesita darse más alegrías. Y de Rodrygo.
Ambos fueron los protagonistas que descorcharon el festival blanco justo después de que el Valladolid, con dos disparos peligrosos, despertara los pitos del Bernabéu. Una arrancada del balear hizo saltar por los aires el esquema de Pacheta, combinó con el brasileño y éste no perdonó. Llevaba sin celebrar desde el 8 de febrero contra el El Ahly, en el Mundial de Clubes. Un buen broche a una jugada que desplomó al Valladolid en cuatro pases. Después, en el 72' Asensio hizo el suyo. Una tarde bonita para recuperar sensaciones.

HAZARD
📀 Mi 'bonus track'
La tarde fue tan primaveral para el Real Madrid que Ancelotti volvió a darle minutos a Eden Hazard, que no jugaba desde 3 de enero contra el Cacereño. En el Bernabéu, desde el 11 de septiembre contra el Mallorca. Y viendo la reacción del público se puede convenir en que no le han echado de menos. La pitada que recibió el belga al entrar en el terreno de juego (64') sustituyendo a Benzema, ovacionado, fue la dedicada a los futbolistas que tienen difícil perdón.

No hay que tener temor a decirlo. Hazard se ha convertido en uno de los fichajes más ruinosos del Real Madrid. Nada queda de aquel crack del Chelsea, candidato al Balón de Oro. Su pasado está en ruinas. Este ya es otro, más lento, más pesado y con muchísimo más miedo. Por la fatídica lesión, por su falta de ritmo debido a las continuas suplencias o por un aspecto psicológico. Dejó una asistencia a Lucas, pero el encuentro contra el Valladolid, ya rotísimo cuando entró, no es vara para medirle ni brote que colorear de verde. En cualquier caso, siempre reconforta ver que un hombre que sufre vuelve a sonreír.