'Carletto' afila las flechas de Rodrygo y Asensio por si son necesarios en la 'final' del Camp Nou

El Real Madrid marca su cuarto gol en veinte minutos. Era un Madrid vertiginoso, profundo, perpendicular, que aprovecha la alfombra roja que le ha puesto el Valladolid para convertir en gol cada acción ofensiva. Era un Madrid diferente, a caballo de tres ocupaciones de espacios distintas (1-4-2-4 / 1-4-2-3-1 / 1-2-4-4). Un Madrid con cuatro delanteros (Asensio-Rodrygo-Benzema-Vinicius) y solo dos centrocampistas (Tchouameni-Kroos), pero que, en su fase ofensiva incorporaba a los dos laterales (Lucas y Camavinga) al centro del campo y solo defendía con los dos centrales (Militao-Alaba).
Edu García, director del Radioestadio de Onda Cero, quiere dar un paso al frente. "Ortego, ya que está saliéndole tan bien la cosa, ¿crees que Ancelotti puede repetir este once y esta disposición táctica el miércoles en el Camp Nou...?
La respuesta me sale del alma. Inmediata. No. Imposible. Hablamos deCarletto, un técnico experto, calculador y poco amante de los suicidios tácticos y nos situamos en el Camp Nou ante un Barcelona que, previsiblemente, jugará con cuatro centrocampistas. Se tratará entonces de una semifinal de Copa con vientos de final en la que los blancos arrancan con un gol de desventaja. Nada que ver ese escenario futuro con el presentado este domingo en el Bernabéu ante un equipo en declive que, además, quiso hacer pruebas y salió escaldado. Se llevó seis como su pudo llevar nueve, aunque eso sí, pudo marcar dos o tres.
El miércoles, el gran Ancelotti, salvo imprevistos de última hora, recurrirá a sus clásicos. A su versátil 1-4-3-3 y jugarán Modric y Valverde, que ante el Valladolid no jugaron ni un minuto. Lo normal es que Rodrygo y Asensio, los dos grandes triunfadores de la tarde dominical en compañía de Benzema, tengan que esperar su oportunidad desde el banquillo. Un gol es un diferencia tan intangible en un partido entre el Barcelona y el Real Madrid que las pizarras de los equipos exigirán las máximas precauciones posibles. Extravagancias tácticas, las justas.
Dicho lo cual, el partido contra el Valladolid le ha servido a Ancelotti para confirmar que, en caso de máxima necesidad, tiene dos flechas bien afiladas preparadas para encontrar nuevas víctimas. Rodrygo y Asensio, Asensio y Rodrygo están dando muestras de estar preparados para una batalla tan importante. Juntos, o por separado, andan finos. Con desequilibrio y con gol. Dos bazas ofensivas de mucho peso en caso de necesidad. Dos aliados perfectos para un Benzema que se reencontró consigo mismo justo en el momento que su equipo más le necesita.
No hay que descartar que si el partido del miércoles avanza con el empate sin goles del principio y las obligaciones del gol aprietan al Real Madrid, Ancelotti pueda recurrir al ensayo realizado contra los de Pucela y acabe jugando con esos mismos cuatro delanteros. A grandes exigencias, mayúsculas soluciones.