El Madrid se lleva la Copa que más se ha parecido a la Champions con un partido muy de LaLiga

El Real Madrid campeonó para completar dos años en los que ha conseguido los seis grandes títulos. Tuvo que matar dos veces a Osasuna: una nada más saltar al terreno de juego, aprovechando que al rival le temblaban todavía las piernas, y otra en la segunda parte, cuando más se lo creían. Este equipo, que nunca ha necesitado jugar demasiado bien para ganar, maneja a la perfección el tempo de los partidos. Golpea cuando tiene la oportunidad y sufre cuando lo requiere. Así se llevó la Copa que más se pareció a la Champions, eliminando a Villarreal, Atlético de Madrid y Barcelona.

Jornada histórica, en la que Navarra tiene más que merecido pegarse una buena fiesta. Arrasate tiró de emotividad para motivar a unos jugadores que lucharon mientras aguantaron las fuerzas. Brindaron al Rey y a la Infanta, en su primera final, un espectáculo a su altura. Incluso Chimy estuvo a punto de alargarlo al final. La Copa ya les debe dos...

Pensaba que no había nada en el mundo que me gustase más que ver a Vinicius bailar. Cuando se marca unos pasos sobre el verde es buena señal. Sinónimo de alegría, de jogo bonito, de magia… Pero no. Mi cabezonería volvió a jugarme una mala pasada cuando me di cuenta que existe algo que me encanta todavía más: que ponga a bailar a los rivales. Moncayola no va a pasar una buena noche. Era el minuto 20 y ya estaba desesperado y amonestado. No paraban de llover regates en su lateral derecho. "¿Por qué Jagoba no me puso de mediocampista?" debía pensar.

Vini se ha metido entre los mejores del mundo por insistencia, la misma con la que encara a los rivales una y otra vez y la misma con la que protesta cada una de las acciones de los árbitros que no le encajan. La amarilla por protestar empieza a ser tradición. Y más que le esperan si sigue en su cruzada contra los árbitros. En esta ocasión, ni siquiera les saludó. Que me hagan presidente del club que piensa que las patadas que recibe merecen más castigo. Ahora bien, no entiendo esa necesidad de meterse en cualquier guerra dialéctica con rivales, aficionados o réferis. Yo lo que quiero es que baile y saque a bailar. Y mientras más, mejor.

Cualquier ovación que reciba Osasuna, merecida la tienen. En La Cartuja murieron con orgullo, fieles a su lema: "Nunca se rinde". Se han pasado la Copa en el alambre. Tres prórrogas (Nástic, Sevilla y Athletic) y unos penaltis (Betis). Imitando la épica madridista a su estilo. La final busco repetir, pero cuando ya agarraban la última roca del muro, Rodrygo les golpeó la mano para volver a lanzarlos al vacio.

No fue suficiente para acabar con ellos. El Madrid acabó ganando el partido como lo hubiese hecho Osasuna: metido atrás y esperando con ansia el pitido final. Los rojillos se creyeron grande cuando más lo necesitaba, pero en esta clase de partidos la experiencia es un grado de demasiado peso, y partía en clara desventaja. Quizás, si hubiesen forzado una prórroga, la cosa hubiese sido diferente…

Más que un Whatsapp, lo que me gustaría sería crear un grupo. En este incluiría a Arrasate y Ancelotti. También invitaría a Albert Blaya, que conoce bien a los dos y seguro formularía mejores preguntas que yo. La idea sería hablar durante toda la noche de una final que olía a Premier League. De cada ajuste táctico que marcó el devenir del partido. De la salida en tromba del Madrid al gol de la ilusión de Torró. Jagoba siempre ha destacado como un gran estratega. También Ancelotti, aunque alguno se empeñe en camuflarlo llamándolo gestor.

De Osasuna no me sorprendió la presión tan adelantada. Ni a mí ni a nadie que hubiese visto más de dos partidos. Lo que sí me chocó fue ese doble lateral Moncayola-Peña que, en teoría, debía servir para anular a Vinicius pero que hasta la segunda parte no cumplió realmente su servicio. O la ausencia de Chimy Ávila, jugador con carácter para grandes citas. Y por último, me gustaría saber de quién se acordaba cuando lloraba, delante de la afición de Osasuna.

De Carletto, hay que destacar que no arriesgó a Modric, su ángel de la guarda, aunque muero por saber si el martes podrá comparecer al 100% contra el City. No entendí por qué se cargó a Tchouameni cuando estaba tapando agujeros en el centro del campo, aunque le salió bien, como (casi) siempre. No eliminaríamos el grupo hasta saber cuál es la próxima profecía del italiano.

Lo lleva habiendo toda la temporada. La defensa del Madrid ha pasado de acero a plastilina en una temporada. Courtois, como es normal, ha dejado de protagonizar milagros todos los partidos. Mira que se empeña en despertar a Militao con gritos, pero no es capaz. Tampoco Ancelotti, que utilizó el micrófono y los altavoces de una sala de prensa para hacerlo, pero el brasileño se ha tomado unas vacaciones de eso de 'mejor central del mundo'. Sancionado para la ida contra el Manchester City, a este nivel pondríamos en duda si merecería ser titular.

Los jugadores del Real Madrid juegan a ráfagas. Se tomaron una final de Copa como un partido de LaLiga, y todos sabemos que no les motiva demasiado. Pero viendo el lado positivo, es una buena señal: las costumbres no cambian. Aumentan las opciones de que contra el Manchester City pase lo de siempre. Si no escuchan el himno de la Champions, como que sabe a poco.

Osasuna me lo ha puesto difícil. La visita presencial de Unzue al vestuario antes de la final, con un su cuerpo visiblemente afectado por la ELA menos por su sonrisa incandescente, o la espiritual de Luismi, jugador del CD Fuentes que falleció en un accidente de tráfico con solo 23 años y cuya camiseta se encontraba en el vestuario rojillo. En una oportunidad tan única se cuidaron todos los detalles y en un ambiente festivo, se guardó respeto para quien más lo merece. El fútbol es la vida para muchos de nosotros, pero nunca debemos olvidar que las finales más importantes se juegan fuera del campo.

He decidido que esa camiseta de Luismi estará en mi móvil durante un tiempo. Él pudo disfrutar de pelear contra Osasuna en esta Copa, pero no tuvo opción de pelear por seguir viviendo. Esa batalla si que la protagoniza Unzue, quien todavía no aparece en mi Iphone porque estoy convencido que seguirá dando guerra mucho tiempo.