El plan anti Vinicius de Xavi fue más allá de Araujo

El Barça es el único equipo de Europa que no le teme al Santiago Bernabéu. Durante los últimos años, Manchester City, Chelsea o Paris Saint-Germain han visto cómo el miedo escénico y el relato mágico blanco les empequeñecía. Xavi, consciente de las limitaciones de su equipo en el partido de Copa, planteó un partido para sobrevivir, para llegar al Camp Nou con opciones de plantarse en la final. Y al final, se marchó con ventaja en el marcador.

Lo bonito del Clásico es que siempre regala guerras de guerrillas. Messi y aquel Pepe de pivote o Cristiano y Piqué son algunos ejemplos. En los últimos Barça-Madrid, el duelo que está decantando la balanza es el de Araujo contra Vinicius. Desde que Xavi se inventó al uruguayo como lateral, en el 0-4 liguero de la temporada pasada, el Barça le ha endosado al Madrid un global de 8-1.

Pero el error sería caer en el análisis del duelo entre Vini y Ronald como algo aislado. En el día a día, Vinicius es capaz de generarle ventajas constantemente a su equipo con el balón en los pies. Es un trampolín hacia el área, insufla el miedo en el lateral rival y éste, temeroso de que le deje fuera de la jugada con un regate, va retrocediendo. Al rival, muchas veces, sólo le queda el trashtalking: intentar sacarle del partido.

Vinicius necesita muy poco para ser determinante, es uno de los futbolistas más autosuficientes del mundo. Y es por este motivo que no necesita que Ancelotti le prepare escenarios a medida. Con las caídas puntuales de Modric y Benzema a ese sector, le vale. El lateral es un actor secundario. Xavi, consciente de ello, ha sabido anularle. Primero emparejándolo con Araujo. Y luego, activando las coberturas de Kounde, Busquets, De Jong y el extremo y a Ter Stegen, siempre atento en el centro.

El Barça no se cree al lateral izquierdo del Madrid. Por allí han pasado Alaba, Nacho, Mendy y Camavinga. Y como su peso ofensivo es prácticamente nulo, tanto Araujo como el extremo, sea Dembélé o Raphinha, pueden centrar su atención en Vini. El 0-4 en Liga de la temporada pasada, siendo un partido de control de la posesión en el que el Madrid intentó encontrar resquicios al contragolpe, Xavi obtuvo la versión más generosa de Ousmane en las transiciones defensivas.

En el partido de Liga de la primera vuelta Araujo no pudo jugar porque era baja por lesión. Con Sergi Roberto en banda, el escenario fue distinto. En la Supercopa, Xavi volvió a repetir su plan.

El Madrid le ofrece poquitas soluciones a Vinicius porque en el día a día apenas las necesita. Pero ante este Barça, en ataque estático y con las vigilancias del extremo -en esta secuencia, otra vez Dembélé- Xavi consigue anular a Vinicius. Mendy es un simple espectador.

Pero no siempre los duelos terminan en Araujo. A las ayudas por delante de Dembélé y por dentro de Busquets o De Jong, quien se activa siempre que Vinicius recibe el balón es Kounde.

Cuando Vinicius se escapa de Araujo, quien acude a la visita es Kounde. El uruguayo juega con la tranquilidad de que defensivamente, que el brasileño le regatee no es un problema. Donde realmente puede generar peligro Vini es regateándole de manera controlada. Porque si lo hace haciendo correr el balón -y eso que es difícil superar las piernas de Ronald- Kounde sabe leer cuándo aparecer en las coberturas.

Araujo siempre le lleva hacia fuera, donde el rango de acción de Vinicius se ve reducido. En esas situaciones, sólo puede centrar de manera forzada. En esta secuencia, el brasileño se marcha hacia su pierna mala. Raphinha le cierra el paso por detrás y tanto De Jong como Kounde están atentos por si hace falta saltar a la cobertura. Araujo terminó mandando el balón a córner.

En el partido de Copa se volvió a evidenciar que el lateral izquierdo del Madrid no es una amenaza para el Barça. Defensivamente, jugar con Nacho o Mendy tiene sentido, porque en ataque los blaugranas tienen en Raphinha y Dembélé los únicos elementos -con el factor sorpresa de Balde a un lado- capaces de generar de manera individual, sin la necesidad del colectivo.

En la segunda participación de Vinicius en el Clásico copero, Nacho intentó jugar un rol ofensivo. Al ver que el brasileño recibía con ventaja y a campo abierto, le dobló para hacer dudar a Araujo. Nacho leyó bien la jugada. Intentó generar una superioridad sobre Ronald porque De Jong y Raphinha estaban demasiado lejos como para saltar a la cobertura. Benzema, además, fijó a Kounde en carrera.

Cuando Vinicius se presentó al balcón del área, Araujo ya tenía la cobertura de Frenkie, se le acercaba Raphinha y la opción de Nacho de centrar con la izquierda a pie parado perdió enteros. Vini decidió ir a la guerra solo.

Nuevamente, Araujo y las coberturas por dentro de De Jong obligan a Vini a ir por fuera. Nacho se vuelve a convertir en un espectador. La jugada termina en un centro forzado del brasileño a las manos de Ter Stegen.

De los cinco centros que intentó Vinicius, tres los lanzó de forma forzada con la zurda y acabaron en las manos de Ter Stegen. Los otros dos, desde el pico del área y con la diestra, presentaron más problemas para el Barça. Pero también los terminó despejando el portero blaugrana.

Con el paso de los minutos, Vinicius se fue despegando de la banda e intentando aparecer por zonas centrales. Por el carril del medio, con muchas más piernas, ser determinante es exponencialmente más complicado. Ahora bien, si el Barça se llega a creer la amenaza del lateral del Madrid -Camavinga lo fue- y Vinicius puede soltarse, el plan de Xavi puede comenzar a dudar.

Y ahí es por donde Ancelotti puede enfocar el partido de vuelta, con el resultado en contra y la necesidad de marcar. En esta secuencia, Vini se aleja de la banda y Araujo duda sobre si seguirle o quedarse con el lateral francés. Si en esas acciones el Madrid logra poner a Vinicius de cara a Ter Stegen, el duelo Vini vs Xavi entraría en un escenario inédito hasta el momento.

Probablemente, Araujo sea el único defensor del planeta capaz de descifrar a Vinicius. El brasileño, aun así, completó tres de los cinco regates que intentó. La clave del duelo Araujo vs Vinicius no está únicamente en el uno para uno, sino en el papel de los blaugranas tras la gambeta y en el de los blancos para potenciar al brasileño.

En la batalla más determinante de los Clásicos contemporáneos, Xavi ha sabido cómo anular a Vinicius. Y Ancelotti, desde la pizarra, sigue sin saber potenciarle.