FÚTBOL FEMENINO

Desempolvando el primer contrato de una jugadora en España... ¡hace más de 50 años!: 250 pesetas por partido, un acuerdo con los padres...

Victoria Hernández y Conchi Amancio fueron las primeras en firmar un vínculo por contrato con el Olímpico de Villaverde.

Victoria Hernández, pionera y exjugadora del Olímpico de Villaverde. /ARCHIVO DE RAFA MUGA
Victoria Hernández, pionera y exjugadora del Olímpico de Villaverde. ARCHIVO DE RAFA MUGA
Mayca Jiménez

Mayca Jiménez

Hubo un fútbol femenino en España en blanco y negro en los años 70. Aunque pocos, muy pocos, le dieran voz, con una Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que negó su existencia hasta una década después. Un fútbol femenino en el que se vivió su propio boom, con una revolución impropia para la época -el país caminaba por los últimos compases de una dictadura y la mujer estaba relegada a un rol secundario en la sociedad, bajo la tutela del hombre-.

A pesar de todo, ya por aquel entonces se consiguió cierta 'justicia' y se pueden hallar los primeros contratos profesionales de una jugadora. Concretamente, de dos futbolistas: Victoria Hernández y Conchi Amancio. Esta última fue la primera gran estrella a nivel mediático de este deporte en nuestro país y la cuarta jugadora española, tras Luis Suárez, Luis del Sol y Joaquín Peiró, que salía al extranjero al marcharse años después a Italia.

En este viaje al pasado hay que hacer una parada obligatoria en el verano de 1971. Fue entonces cuando Rafa Muga, figura clave en el crecimiento del fútbol femenino español, le puso un contrato sobre la mesa a Victoria Hernández y Conchi Amancio para... ¡Jugar al fútbol! Sobra decir que, para la época, aquella idea resultaba sorprendente.

"Reuní a los padres de ambas -el padre de Victoria y la madre de Conchi- en el domicilio social en Villaverde una hora antes de salir para la disputa de un partido. Ignacio, el padre de Victoria, no se lo podía creer y de inmediato aceptó el contrato y las cláusulas que contenía. Con Concha, la madre de Conchi, se produjo una negociación", cuenta Muga a Relevo.

Primer contrato profesional de Victoria Hernández.  ARCHIVO RAFA MUGA
Primer contrato profesional de Victoria Hernández. ARCHIVO RAFA MUGA

Así, el 2 de agosto quedó firmado por Victoria y su padre el que sería el primer contrato profesional del fútbol femenino. En las condiciones, una cantidad de 4.000 pesetas por contrato y primas de 250 pesetas por partido. "Para una niña de 14 años, que por jugar al fútbol le hicieran un contrato, me pareció una gran sorpresa. Y que era impensable en aquellos tiempos, por como estaba visto el fútbol femenino, que ya algunas mujeres tuviéramos un contrato. Todo lo llevó mi padre, con Rafael Muga, y yo seguía jugando al fútbol, que era lo que me gustaba", rememora Victoria en declaraciones a Relevo.

El primer contrato estrella: 5.000 pesetas y 400 por partido

Veinticuatro días más tarde llegó la rúbrica del segundo documento, el de Conchi, e iba más allá en cuanto a cantidades económicas: 5.000 pesetas por contrato y primas de 400 pesetas por encuentro disputado. Pues se trataba de la gran estrella y reclamo mediático del equipo, copando páginas de periódicos tras actuaciones en varios partidos.

Conchi Amancio.  ARCHIVO RAFA MUGA
Conchi Amancio. ARCHIVO RAFA MUGA

"Mi propuesta era hacer los dos contratos al mismo tiempo", matiza Rafa Muga, Por lo que ambas jugadoras aparecen en línea con este hito: firmar los primeros contratos profesionales para jugar en un equipo femenino en España. La duración de ambos documentos era de dos años y, como es obvio, impedían jugar en otro club.

Entre tanto, también descubrimos que, más allá de esos documentos, ya se pagaban primas por partido a las jugadoras de clubes como el Olímpico Villaverde, uno de los pioneros en esta categoría bajo la batuta del citado Rafa Muga, que organizó el considerado como primer partido oficial entre dos clubes femenino en diciembre de 1970 -con permiso del que tuvo lugar en 1914 en Barcelona entre jugadoras del mismo equipo, el Spanish Girl Club- y que pasó a la historia como el primer seleccionador español de esta categoría.

Las cifras por encuentro para las jugadoras iban desde 150 pesetas a las 400 pesetas que percibía Conchi Amancio. "Reconozco que el criterio de evaluación era unipersonal, a mi libre albedrío, pero procuraba aunar no solo la calidad de cada jugadora, sino también la entrega en cada partido, comportamiento, asistencia a entrenamientos etc...", apunta Muga, que plantó los cimientos de lo que hoy disfrutamos, en su plenitud como profesional, en el fútbol femenino.

Primas de las jugadoras en el Olímpico Villaverde.  ARCHIVO RAFA MUGA
Primas de las jugadoras en el Olímpico Villaverde. ARCHIVO RAFA MUGA

Así, ejemplos como Irene González, considerada por los historiadores como la primera jugadora que cobró por jugar al fútbol, al menos que se conozca, en un equipo masculino, y gracias a sus grandes habilidades y carisma en los años 20, fueron abriendo puertas. Y pioneros como Rafa Muga terminaron de forjar los recuerdos por lo que el fútbol femenino español mira orgulloso a su pasado. Porque esta categoría también tiene imágenes en blanco y negro. Aunque muchos se empeñaran en destruirlas u olvidarlas.