Tiembla Europa, el EuroBetis quiere hacer historia en Breslavia
El equipo bético disputa la primera final europea en 118 años ante un Chelsea de viejos conocidos como Enzo Maresca.

De Varsovia a Breslavia. De aquella derrota inicial ante el Legia, que anticipó la zozobra en la fase de grupos de la Conference League, a esta final de quilates ante un Chelsea de Champions. Una cita histórica para este Betis que quiere seguir alimentando el sueño de los suyos. De los que estuvieron y de los que están. Un EuroBetis dispuesto a saldar esa deuda histórica con las competiciones continentales, aunque para ello tendrá que superar al cuarto clasificado de la Premier League. Su primera final continental en casi 118 años de historia. "No es sólo una final, sería escribir la historia del Betis", resumió Marc Bartra para expresar cómo la siente el vestuario. "Entraríamos en el Olimpo del Betis", añadió Isco, con una ilusión propia de un novato y no de un futbolista con 20 títulos en su trayectoria.
"Tiembla Europa, ya estamos en Primera". Esa leyenda la recordarán los béticos más veteranos, aquellos que vivieron el ascenso de Burgos. 31 años atrás, el beticismo ya soñaba con subir los peldaños europeos, pero los tropiezos se sucedieron uno tras otro. Girondins, Chelsea, Steaua, Sevilla, Rennes, Eintracht o el Dinamo Zagreb se interpusieron contra esos deseos de unos aficionados que este año parecían estar condenados a estrellarse con el mismo muro. Aquella derrota en Boleslav dolió en el alma, pero como con el tiempo fue el punto de inflexión necesario para reconducir la trayectoria europea.
Ese espíritu ya se vivió en las calles de Breslavia. Con una mayoría verdiblanca que comenzó la fiesta desde muchas horas antes. Con los jugadores impregnándose de ese sentimiento del aficionado. No es una final, es mucho más para este Betis de Ángel Haro y José Miguel López Catalán. La cita ante el Chelsea entrará en la historia del Betis. De aquel 'Tiembla, Europa' al 'Betis, alé'. Tres décadas para saldar una deuda continental. Una felicidad que el beticismo sueña que desemboque en la Plaza Nueva.
Un recorrido de menos a más
La llegada de las eliminatorias, la fase decisiva de la competición, cambió la piel del Betis. Ya con Isco y Antony en la plantilla de la Conference, los de Pellegrini fueron reafirmando ese cartel de favoritos con el que comenzaron la competición. Evitado el posible cruce con el Chelsea hasta la final, tras ese afortunado sorteo, al golpe en la mesa de Gante sucedió el de Guimaraes. Luego llegaría la eliminatoria ante el Jagiellonia para derribar la frontera de los cuartos de final y como preludio a esa emocionante semifinal ante la Fiorentina.

Un Betis con la quinta marcha metida superó al conjunto viola en dos partidos de infarto. Victoria por la mínima en el Benito Villamarín y prórroga épica en el Artemio Franchi. Sí, el Betis de Isco y Antony, el de Pellegrini, pero también el de ABA -Ángel Haro y José Miguel López Catalán- se ganaba el derecho a disputar su primera final europea. Una fiesta para el beticismo que disfrutó de ese jueves de Feria para el recuerdo antes de ponerse en modo Breslavia.
Con la Champions vía Liga como misión casi imposible, las dos últimas semanas del Betis han tenido el foco en el 28-M. El Stadion Wroclaw de la capital polaca como escenario de una noche histórica. El Chelsea, ese todopoderoso de la Premier, como último rival por el título de la Conference. El equipo de Enzo Maresca, alumno y amigo de Pellegrini; el de Marcos Álvarez, ese preparador físico de confianza del técnico italiano y que siente en verdiblanco. Un conjunto plagado de jóvenes pero que han costado millones sobre la mesa. De Enzo Fernández a Palmer pasando por Pedro Neto, Jadon Sancho o el propio Cucurella. Casi nada.
Será un duelo de estilos. El del Betis que se mueve al son de Isco, el mago que dirige el cotarro y que ha encontrado en Antony a su mejor socio. Con un once casi de gala que ha venido mimando Pellegrini para que llegue a la cita en el mejor estado posible. Lo exigirá su rival, un Chelsea muy poderoso en lo físico, pero que también posee futbolistas desequilibrantes como ese Cole Palmer que está llamado a marcar una época. El vigor del fútbol inglés contra la inventiva. A la espera de Lo Celso, que se apunta a la cita pese a esas molestias musculares que lo han tenido entre algodones, y con la duda de la portería. Qué más da, el Betis saldrá con once gladiadores que la quieren más que nadie.
Polonia, el escenario de las últimas vacaciones de Pellegrini el verano pasado. El lugar donde comenzó esta Conference o el lugar donde derribó el histórico muro de los cuartos de final. El destino ha querido que el país polaco se cruce en el camino de este Betis que quiere hacer historia. Con más de 12.000 béticos en las gradas, otros 3.000 en las calles de Breslavia y casi 60.000 desde el Benito Villamarín, el cuadro heliopolitano recibirá el impulso de los suyos para intentar cumplir con su canción, que a Plaza Nueva hay que volver...