La titularidad de Stuani en París la gestó Míchel en Andorra el verano del 2000: "Se lo merece más que nadie"

Existen pocas sensaciones que puedan superar la de defender el escudo de tu barrio en Europa. Cota y Míchel lo lograron el verano de 2000, cuando el Rayo Vallecano logró clasificarse para la previa de la UEFA gracias al fairplay. Les tocó enfrentarse al Constel·lació andorrano, un equipo que poco después desapareció. Cota, el capitán de aquel equipo, se enteró de la clasificación gracias a la llamada de un periodista cuando ya estaba de vacaciones. Unas semanas más tarde, se encontraba en el bus camino del Principado.

"Seguro que el sentimiento que tiene un canterano no es el mismo que el del resto, que veníamos de otros equipos", comenta Juande Ramos, el entrenador, a Relevo. Unas horas antes del partido de ida, contra un rival semiprofesional, el técnico dio la alineación y Cota se sorprendió al no verse entre los titulares. "Fue una gran desilusión por mi parte y me quedé perplejo, con cara de tonto. Pensaba que cómo era posible que hubiera jugado todos los partidos como titular en Liga. Juande sabía que para mí era importante y me dejó contrariado", recuerda todavía sorprendido a día de hoy el 'capi'.

No hizo ningún comentario ni puso malas caras. Animó desde el banquillo. El primer gol de la historia del Rayo en Europa fue obra precisamente de Míchel, en un bellísimo y delicado golpeo desde la frontal, en un tiro de falta. Cuando el balón entró, corrió hacia la línea de banda. "Cuando Míchel mete el primer gol, viene al banquillo a darme un abrazo y me lo dedica. Para mí, después no haber sido titular, fue un bálsamo", cuenta Cota.

Fue un gesto que le salió al joven Míchel con el experimentado capitán. "A Míchel le salió del corazón, lo tendré grabado en mi memoria para siempre", añade. En la segunda parte pudo entrar y participar en la mayor goleada de un equipo español en competiciones europeas. Los de Vallecas ganaron 0-10, y en el barrio, en la vuelta, marcaron otros seis más. En el partido disputado en Madrid, Cota se rompió la tibia y ahí se acabó la UEFA para él. Siguió recorriendo los estadios europeos para animar al Rayo como un aficionado más, pero esa es otra historia.

A finales de marzo, en un Girona-Betis, Christian Stuani apareció en el minuto 92 para, con empate a dos, anotar el tercer gol para los de Montilivi. En rueda de prensa, Míchel tuvo unas palabras sobre el uruguayo que quedaron flotando en Girona hasta el día de hoy, la vispera en que los catalanes pisarán Europa por primera vez. Aseguró que Stuani sería titular en el debut continental. En París lo ha ratificado. "Merece estar en el once porque lleva muchos años haciendo historia con esta camiseta. Lo merece más que nadie, yo no regalo nada", comentó. El recuerdo de Cota y el no querer que se repita lo mismo lleva al charrúa a la titularidad.

Stuani también se sinceró sobre lo que representa para él la primera foto en Champions. "Es un orgullo y un honor poder ser parte de todo esto. Es muy especial no solo por lo que significa para nuestro club, jugar la primera Champions, también por lo que he vivido y pasado por este club. No me va a dar la vida como para agradecer el detalle que ha tenido este entrenador. También siento que me lo merezco. Por este lado siento orgullo, es un día soñado. Lo voy a conseguir con el club de mi vida", reconoció el uruguayo, que describió a Míchel como "el mejor entrenador que podemos tener".

"Sigo al Girona porque está Míchel y juegan muy bien al fútbol", reconoce Cota, primero vecino, luego compañero y ahora amigo y admirador del técnico. El rayista ve paralelismos entre su caso en Andorra y el de Stuani en París. "Somos parecidos pero no lo mismo. Yo venía de jugar de titular, él está en otra fase de la carrera. Es muy importante entender lo que significará este momento para Stuani. Como persona Míchel lo entiende porque lo vivió con mi caso", cuenta.

"Otra cosa es que juegue los 90 minutos. Pero la foto inicial, después de lo que ha hecho en Girona, es lo más ilusionante que le puede pasar. En mi caso, el Constel·lació no era el PSG. Stuani sigue teniendo minutos y marcando. Esa foto la guardará para siempre", añade Cota.

Cuando Cota colgó las botas, trabajó en un restaurante en los bajos del estadio de Vallecas. Una leyenda del club y un referente en el barrio, currando como cualquier otro. En aquella época, el Rayo pasaba por un mal momento y miraba con vértigo la caída a la Segunda B, con Rubén Baraja en el banquillo. Martín Presa estaba comiendo al restaurante y le pidió consejo a Cota. "Me dijo que me sentara con él a hablar. Yo tenía prisa, pero accedí a charlar un rato. Le dije que creía que la mejor decisión era poner a Míchel de entrenador, que daría la tranquilidad que necesitaba el equipo. Es así como persona y conocía perfectamente a todos los jugadores", explica el propio Cota.

"Traer a alguien nuevo, por el momento de la temporada, no sería la solución. Le dije que sería lo mejor, a pesar de que había más candidatos. Fue de las pocas veces que me hizo caso", asegura. Míchel acabó en el banquillo, salvó al Rayo y lo acabó trayendo de vuelta a Primera División. "Yo ya le había dicho a Míchel que acabaría siendo entrenador del Rayo", sentencia Cota, que a pesar de que no niega que le gustaría verle entrenando en casa, afirma que "todos sus éxitos son los del barrio".