REAL MADRID 1 - MILAN 3

El Bernabéu se harta de Tchouameni y Ancelotti 'se lo carga' al descanso

El francés falló en los dos goles del Milan y escuchó los pitos de la afición.

Tchouameni, durante un partido en el Bernabéu./EP
Tchouameni, durante un partido en el Bernabéu. EP
Jorge C. Picón

Jorge C. Picón

No corren buenos tiempos para Aurelien Tchouameni. Cada día su rendimiento deja más dudas y el Real Madrid empieza a ver que no es el sustituto ideal de Casemiro que ellos pensaban. Pero no sólo en la directiva empiezan a cansarse, como informó Relevo, sino que el Santiago Bernabéu o incluso Carlo Ancelotti empieza a hacerle saber que este no es el nivel que merece el equipo. La afición se lo demostró de la forma que mejor sabe: con pitos.

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Contra el Milan el francés volvió a 'cantar' y lo hizo por partida doble. Aparece en la foto de los dos goles por motivos diferentes. Esto no pasa desapercibido para un estadio que alienta el esfuerzo, pero critica como pocos el error. En este caso, los dos de Tchouameni en la primera parte se correspondieron con pitos cada vez que la pelota pasaba por sus pies.

Tan mal se le dio el partido que Ancelotti no le tembló el puso para señalarlo. Nada más que los jugadores enfilaban los vestuarios, el italiano ordenó que Camavinga se quedase calentando. Una pista de lo que se confirmó minutos más tarde, cuando la megafonía anunciaba la entrada del zurdo en lugar de Tchouameni. Junto a él, Brahim en sustitución de Valverde.

La primera vez que se le señaló fue a la salida de un córner. Thiaw remataba un buen centro y mandaba la pelota a las redes de Lunin. La repetición no dejaba lugar a dudas: el pivote saltaba blando, sin demasiada confianza, y un leve toque del jugador milanista era suficiente para desestabilizarlo. El rival se ponía por delante y empezaba el runrún.

Pero todo estalló con un segundo error inexplicable. Tchouameni se arriesgó de más en salida de balón. Quiso dar un pase sin tensión entre piernas rivales, y el Milan robó sin esfuerzo. Esto desencadenó el tanto de Morata, el 1-2 que desataba la ira del Bernabéu contra su equipo y contra su jugador.

Más de dos años después de su llegada, la incertidumbre respecto a su futuro crece. Cada vez son más las voces que le critican. Que piensan que se necesita otro perfil de centrocampista o que directamente no le ven preparado para lo que exige el Real Madrid. Cada partido que juega se le va agotando el crédito.