El Sevilla busca espantar los fantasmas de la Champions en su teatro de los sueños particular

El Sevilla necesita hacerse mayor en Europa. La Europa League le ha proporcionado enormes momentos de satisfacción pero en la entidad creen que va siendo hora de dar un pasito más en la Champions League, competición en la que los andaluces han participado de manera consecutiva en las últimas cuatro ediciones.

En las dos últimas, el Sevilla sólo logró dos victorias en los 12 encuentros disputados, algo que no entraba en los pronósticos iniciales y que acabó apeando a los sevillanos de los octavos de final de la máxima competición continental. En la temporada 2020/21, el paso por la fase de grupos fue inmaculado. Encuadrado en el grupo E junto al Chelsea, Krasnodar y Rennes, aquel Sevilla de Lopetegui logró cuatro victorias, un empate y una derrota (Chelsea). En octavos, el Dortmund de Haaland acabó con el sueño.

Desde ese momento, casi todo se ha convertido en sinsabores y frustraciones, hasta el punto de influir en la mentalidad de los jugadores, que parecen liberarse cuando disputan la Europa League. En las dos últimas ediciones, tan sólo dos victorias en 12 partidos, repartiendo el número de derrotas (cinco) y de empates (cinco). En la directiva, no quieren ni oír hablar de caer de la competición, incluso si eso supusiera volver a disputar la Europa League. Económicamente, el objetivo sigue siendo acceder a otra ronda más que pueda generar más ingresos en la entidad.

Durante el descuento del partido entre el PSV y el Sevilla la temporada pasada, un espontáneo saltó al césped del Philips Stadion e intentó golpear a Dmitrovic por la espalda. El portero serbio logró reducirlo y la seguridad lo sacó del verde. El banquillo sevillista rápidamente saltó al terreno de juego e incluso los hispalenses solicitaron la suspensión del partido.

"Sorprendido. Si alguien me ataca, me voy a defender. Creo que me rozó, no me consiguió pegar. Conseguí batirle. Estuve un buen momento en el suelo hasta que vino la seguridad", declaró el serbio en la Cadena COPE. "No le voy a dar más importancia, porque no se lo merece. Me voy a callar para no decirte de verdad lo que quería hacer. Nunca una agresión en cualquier deporte es bienvenida", comentó el portero del Sevilla.

Con el susto todavía en el cuerpo llegó Dmitrovic al vestuario del Philips Stadion. Ese inesperado incidente provocó un profundo malestar en la expedición del Sevilla. Todas estas circunstancias provocaron que el Sevilla expusiera su malestar ante el delegado de la UEFA presente en el estadio, tanto por el incidente en sí, que finalmente el propio Dmitrovic se encargó de resolver hasta que llegaron las fuerzas de seguridad, como por la manera de resolverlo del árbitro italiano, al entender que no se protegió la integridad de los futbolistas ni existió los elementos policiales suficientes en las zonas donde se concentraban los radicales del equipo holandés.

La UEFA decidió sancionar al club holandés con una multa de 20.000 euros, además del cierre parcial de una grada durante un encuentro. El aficionado que intentó agredir a Dmitrovic en el PSV Stadium, identificado como Dylano K, fue declarado culpable de agredir al meta e infringir prohibiciones impuestas por la federación holandesa de fútbol.

Con dos condenas previas por delitos relacionados con el fútbol, el Tribunal emitió un comunicado y explicó que "el sospechoso" entró al campo con una entrada de un amigo, saltándose la prohibición con la que contaba para entrar en el estadio, y saltó al césped en "estado de embriaguez". Además de los dos meses de prisión a los que fue condenado, el aficionado fue sancionado con una prohibición de 40 años sin entrar en al Philips Stadion.