ESTRELLA ROJA - BARCELONA

El día que Mourinho se fue a Belgrado para espiar al Estrella Roja para el Barça y acabó cambiando la rueda pinchada de un Mercedes blanco

El equipo de Flick visita este miércoles Serbia para jugar un partido de Champions.

Mourinho, junto a Ronaldo y Robson. /AP
Mourinho, junto a Ronaldo y Robson. AP
Lu Martin

Lu Martin

La temporada 1996-97 el Barça disputaba la Recopa de Europa. Entonces no era un título menor; tenía prestigio, era divertido y competitivo. Bobby Robson, recién llegado al banquillo, era el entrenador del FC Barcelona. No era un don nadie sir Bobby, ex seleccionador inglés, pero el momento no era fácil para el club, que vivía una situación de crisis institucional. Guardiola era capitán; Luis Enrique, Figo, Sergi Barjuán y Abelardo sus lugartenientes; la Quinta del Mini, con Iván de la Peña a la cabeza, representaba el legado canterano de Johan Cruyff y Ronaldo, recién llegado del PSV Eindhoven, era la estrella del equipo. El Barça tenía un equipazo.

Al conjunto azulgrana en octavos le tocó en el sorteo volver a Belgrado muchos años después de la última vez que pisó Serbia, cuando jugaba con Maradona y Schuster... y Artola de portero. El partido de ida se disputó el 17 de octubre en el Camp Nou. La cita para el de vuelta, en el pequeño Maracaná, estaba fijada para el 31 de ese mismo mes de octubre.

El ayudante de Robson era José Mourinho. Y Mourinho se fue a Serbia a espiar a los del Estrella Roja en un partido de Copa contra el modesto Hajduk Kula, en Kula, una pequeña ciudad de la provincia de Vojvodina de poco más de 11.000 habitantes -hoy supera los 20.000- a casi dos horas por carretera de Belgrado, la capital. Los del Estrella, entrenados por Vladimir Petrovic, auténtico mito del equipo serbio, jugaban la ida de la Copa ante un equipo menor, que ya no existe, desaparecido en el 2013 por problemas económicos. Eran malos también aquel día que el Estrella Roja les ganó por 2-0 en su campito con goles de Vanic y Anic. No jugó la estrella de los rojiblancos, Ognjenovic –que fichó después por el Madrid- ni tampoco Sakic ni Dejan Stankovic.

En la hemeroteca de Mundo Deportivo, un colaborador serbio ha dejado memoria de aquella jornada. Firma como Zoran Pavic. Debe haber fotos y testimonio escrito en otro archivo, el del Sport, pero a saber donde estarán; porque ¿dónde está el archivo fotográfico del Sport? De hecho, el diario Sport envió a un redactor y a un foto reportero, Javi Ferrándiz, una semana entera a Belgrado a realizar reportajes. En la memoria del fotógrafo hay dos cosas claras. La primera es que el líder paramilitar serbio Željko Ražnatović, más conocido como Arkan, el asesino serbio, vivía enfrente del estadio del Estrella Roja, porque se lo encontró a él y a sus secuaces saliendo de entrevistar al entrenador del equipo una mañana. Y que el día que Mou se fue de espía, a Kula, llovía.

El Kula tenía un campo con capacidad para 10.00 espectadores, si alcanzaba, muy cutre. Ya no existe. Ni el club ni el campo. Mourinho no fue solo de Belgrado a Kula aquella tarde del 9 de octubre del año 1996. Le acompañaron un chofer y Antonio Tamayo, responsable de la agencia Viajes Marina, el hombre que decidía ordenaba y legislaba los desplazamientos oficiales del FC Barcelona, puro negocio extraoficial de la directiva de Núñez durante aquellos años.

Y detrás, los periodistas del Sport. "Nosotros le seguíamos en un coche, ellos iban delante. Llovía, ¡joder te digo yo que llovía!", insiste Ferrándiz, poderosa su memoria, sin duda, el más veterano de cuantos trabajan hoy en Sport desde que se jubilara David Salinas hace una semana, mito incomparable, referente absoluto del periodismo. Vale, pues llovía. Eso seguro.

El Mercedes blanco donde viajaba Mourinho por una carretera infecta - "sí, sí, era una mierda", admite Ferrándiz- a medio camino reventó la rueda trasera izquierda. Y ahí, los cinco salieron dispuestos a sustituir la rueda. Y se procede en consecuencia. Pero... ¿Quién dijo que fuera fácil? La cosa se complica, uno de los enviados especiales no tiene ni carnet de conducir, el fotógrafo hace fotos, el chofer se agobia y se estresa, el de Viajes Marina es muy listo, habla mucho y básicamente da más la tabarra y órdenes de lo que ayuda, pero hace poco. Y ahí que emerge Mourinho, se viene arriba, se arremanga y aguántame el cubata: va y cambia la rueda. Igual te espía al Estrella Roja que te cambia la rueda de un Mercedes blanco. Y para Kula que hay partido.

Y en Kula tomó notas. Y dijo, según la hemeroteca de Mundo Deportivo: "No he percibido nada nuevo, he confirmado las conclusiones que había sacado a través de los vídeos que había visto, en especial tras verles contra el Kaiserslautern. Será un rival difícil para nosotros". Mou volvió al día siguiente a Barcelona. El sábado Ronaldo marco un gol histórico en Compostela. Solo le faltó regatear al santo. Mou estaba aquel día, como tantos, al lado de Robson.

[Los enviados especiales lo vieron en una tele con bruma, en el Hotel Moscú del centro de Belgrado, un hotelucho, pero donde funcionaban las conexiones -el wifi no existía- y se podían enviar las informaciones recabadas porque en el Hyatt era imposible. El consejo lo dio un taxista que sabía que allí vivían durante la guerra de los Balcanes muchos periodistas. Además, estaba muy cerca del KGB, un tugurio con buenas cervezas, buena gente y buena música. No sé si seguirá abierto tatos años después.]

El héroe de la eliminatoria contra los serbios fue Giovanni: marcó dos goles en la ida (3-1 en el Camp Nou) y el empate en el pequeño Maracaná (1-1). Aquel año el Barça ganó la Recopa en Rotterdam al PSG con un gol de Ronaldo, de penalti. El trofeo lo levantó Popescu. Robson descubrió en Florencia que Núñez había fichado a Van Gaal y le había traicionado. Mourinho se quedó de ayudante del holandés. No hay constancia de que el portugués haya vuelto a cambiar más ruedas de un Mercedes blanco, y menos entre Belgrado y Kula, en una carretera maltrecha, bajo la lluvia. Pero todo puede ser.

PD: Puede que el Mercedes no fuera blanco, pero la memoria es traicionera y Ferrándiz no sabe donde está la foto. Lo que es seguro es que la rueda la cambió Mourinho. Y que llovía en Kula el día que Mourinho espió al Estrella Roja.