MANCHESTER CITY 4 - REAL MADRID 0 (5-1)

El Manchester City baila al Real Madrid y acaba con el sueño de la Decimoquinta

Los de Guardiola pasaron por encima de un Madrid desbordado y sin rebeldía. Courtois evitó una tragedia mayor. Bernardo Silva hizo un doblete.

Benzema, Modric y Kroos, cabizbajos durante la derrota contra el Manchester City. /EFE
Benzema, Modric y Kroos, cabizbajos durante la derrota contra el Manchester City. EFE
Sergio Gómez

Sergio Gómez

No hay peor desgracia en el Real Madrid que cuando le eliminan de la Champions, que es como si le echaran de su casa. Al salir a la calle comprueba que la vida sigue mientras que la suya acaba, que el amor por la supervivencia siempre tiene un final, que no es indestructible. Y sobreviene el vacío. En esta ocasión no opuso ni un ápice de resistencia a un Manchester City abrumador, que se gustó con la pelota y aniquiló hasta convertir la velada en un baile. Un doblete de Bernardo Silva en la primera mitad fue el fin de unos medios extraordinarios, un vendaval que mandó a los blancos a la lona, de la que ya no se levantarían. Militao, en propia puerta, y Julián Álvarez, en el descuento, certificaron la zona catastrófica en Chamartín. Sólo Courtois, que amargó la noche a Haaland, evitó una tragedia mayor.

Guardiola, sobre la revancha de su equipo.

Nada carburó en el vigente campeón de Europa y abdicó. Carvajal se vio superado por Grealish, Walker maniató a Vinicius, Modric y Kroos no aparecieron porque la pelota era ajena, Benzema está a años luz del Balón de Oro... El Madrid siempre hizo de estas citas un homenaje a los valores del club. No sucedió en el Etihad, donde sorprendentemente no compitió, desbordado, sin rebeldía ni carácter, resignado. Demasiado capital en mínimos para hacerle frente a un Manchester City 4.0, desbocado, que se quita la espina del año pasado y que se enfrentará al Inter en la final de la Champions el próximo 10 de junio. Guardiola viajará a Turquía para terminar de implantar a su equipo en la historia. Y el Madrid, al abrir los ojos después de una noche muy negra, se enfrentará a los debates sobre el futuro. También el de Ancelotti.

MANCHESTER CITY Y GUARDIOLA

💯 Mis 'dieses'

Hay partidos que representan un legado y el del Manchester City ante el Real Madrid fue la mejor representación de la creación de Guardiola. Salió al Etihad al grito de abordaje, con un juego de argumentación y pelota que tantas voluntades ha quitado. El catalán sigue cuidando el balón, pero ha perfeccionado el ataque hasta convertirlo en un rodillo. Si no aparece el depredador Haaland, se mete en la parcela basculando, tocando, empujando. Así aculó al Real Madrid. No fue el asedio inicial de la ida, pues dio la impresión aquella noche que el paso atrás de los de Ancelotti fue a voluntad. Esta vez fue un tsunami que engulló a los blancos. El City tuvo más entusiasmo, más vigor, más vehemencia. Los datos al descanso fueron un retrato fiel: cinco remates a puerta de los locales por uno del Madrid; 14 llegadas al área por dos, 71% de posesión… En la segunda mitad extendió su mandato como una mancha de aceite en el agua y culminó el baile. Barrió al Madrid con un Grealish desmelenado... y sin precisar los goles de Haaland. El monstruo no era el noruego, era el City.

Guardiola rompió el techo de cristal del Real Madrid, el equipo al que hay que vencer para poder alzar la Champions. Y eso explica la explosión de júbilo del entrenador nada más acabar el encuentro. Ahora le queda el definitivo. El Inter le espera en una final que pinta de cara. Conseguir la Copa de Europa sería poner un lacrado en su obra, respetada en Inglaterra, aún por reconocer como merece en Europa. Por mucho que Pep asegure que su legado es que los jugadores "se lo han pasado de puta madre", no habría mejor herencia que este título. Porque está bien nacer para aprender, pero es mejor ganar después de las lecciones.

Guardiola estalla de alegría tras el final del partido.  REUTERS
Guardiola estalla de alegría tras el final del partido. REUTERS

BERNARDO SILVA

😎 Me reafirmo

Bernardo Silva es una debilidad de Guardiola. "Es de los mejores jugadores a los que he entrenado, es especial", llegó a sentenciar. Más allá de estadísticas, lo que le aporta el internacional portugués sobre el terreno de juego es incalculable. Por polivalencia, trabajo y lectura del juego. Como es de los que piensan antes de que sucedan las cosas, pronto vio que iba a encontrar fortuna a la espalda de Camavinga. En constante movimiento, buscando vías secundarias y anticipándose a las segundas jugadas, Bernardo puso rostro al sometimiento.

Bernardo Silva celebra el segundo de sus goles al Madrid.  EFE
Bernardo Silva celebra el segundo de sus goles al Madrid. EFE

Por el agujero del francés en la izquierda llegó el primer gol del City (22'). Fue tras una gran triangulación y asistencia de De Bruyne. El remate no admitió el milagro de Courtois, que sostuvo a su equipo lo que pudo. La insistencia local por esa banda tuvo sus frutos. Un cuarto de hora después, el asedio citizen fue recompensado con el segundo tanto de Bernardo. En esa ocasión, con Camavinga fuera de posición, recogió en el área un remate de Gündogan rechazado por Militao y batió al meta madridista. El portugués atrajo la atención de todos. Pero los elogios se los merece un equipo y un entrenador que ha perfeccionado su diseño.

SÓLO SE SALVÓ COURTOIS

💬 Tengo un WhatsApp para ti...

"¿Qué hubiera pasado sin Tibu?". Porque solo cuenta la intensidad del instante. En ella reside el valor de la cosas y con ella es complicado caer. En el olvido y en el fútbol. Por ahí se explica también la derrota del Madrid. Los blancos comenzaron el encuentro con el plan del Bernabéu, confiados en esperar, sufrir y matar. No obstante, los madridistas pronto se percataron de que el escenario era mucho peor. La superioridad del City fue, por momentos, insultante. Sus jugadores llegaban antes a los duelos, los ganaban, se movían más y mejor.  Incluso pudo verse a Vinicius discutiendo con Ancelotti por cómo estaba el equipo sobre el campo.

Solo Courtois pudo retenerlo con tres prodigios a tres gritos de Haaland: en el minuto 12, sacó con la cadera un remate a bocajarro del noruego; en el 22' obró otro milagro tras cabezazo del delantero; y en el 74', el último, pero el cántaro ya lo había roto hacía rato el City. El balón era propiedad skyblue y la pesadilla fue del Madrid, que no amagó nunca con dar un solo golpe.

Paradón de Courtois a un cabezazo de Haaland.  AFP
Paradón de Courtois a un cabezazo de Haaland. AFP

Ancelotti falló en su planteamiento, primero (no existió el centro del campo), y después en no cambiar nada en el descanso. Su parálisis dio continuidad a un desastre. Carvajal sufrió mucho con un Grealish agigantado, Militao y Alaba nunca se encontraron, Modric y Kroos no tuvieron ni pelota ni peso (demasiada sabana a sus espaldas); Benzema jugó pero no está (¿qué le sucede?), Valverde tuvo sordina, Vinicius estuvo bien vigilado por Walker... Este último era uno de los combates de la noche. Solo faltaron los carteles con sus rostros cubriendo las calles. Y cayó del lado del inglés, que se empapó de la teoría y, esta vez sí, supo ponerle puertas al campo del brasileño, que apenas salió en imágenes. No como Camavinga, el negativo de las fotos...

CAMAVINGA

🤔 Hay runrún

Los dos goles de Bernardo Silva pusieron en evidencia lo que todos saben. También Ancelotti, aunque insista en ponerle de '3': Camavinga no es lateral izquierdo. Aporta al equipo potencia física para traspasar las líneas, carácter para rearmarse tras un error, juego por dentro, pero cuando enfrente se encuentra con un rival en condiciones, con colmillo, ocurrencias e intención, se le ve el envés. Tanto en el 1-0 como en el 2-0 acabó con la flecha apuntándole. El técnico del Madrid movió fichas y en el segundo tiempo, quitó a Modric, metió a Rüdiger y puso a Camavinga en su sitio, el mediocampo. Eso le hizo recuperar cierta decencia. Veremos si el francés vuelve a jugar en la izquierda...

RODRIGO

🤳 Mi fondo de pantlla

Lo primero que impresiona de Rodri es su apariencia. Un físico que impone pero que despide elegancia y delicadeza. Comenzando por jugar con la camiseta metida cuidadosamente por el pantalón. Las buenas costumbres nunca hay que perderlas. Luego asombra la manera de movilizar su corpachón. Parece un jugador de menor estatura. Esa ligereza viene impulsada por la cabeza porque Rodri es de los que trazan muchos planes. Anticiparse a todo le permite tener soluciones a mano, que aplica en modo y forma. En el Bernabéu fue el único que de verdad mantuvo la compostura con su sentido de la orientación, su capacidad correctora y su amplio dominio de la zona central. Y en el Etihad empuñó el mando e instauró un imperio en el medio. La eliminatoria del español ha sido maravillosa.

Rodrigo, abrazado a Guardiola al acabar el encuentro.  REUTERS
Rodrigo, abrazado a Guardiola al acabar el encuentro. REUTERS

MILITAO-HAALAND

📀 Mi 'bonus track'

Salirse del guion aprendido, alterar el orden, no suele ser buena elección. Pero Ancelotti vive y muere con sus ideas. Sentó a Rüdiger, el anti-Haaland del Bernabéu, y apostó por Militao. Esta decisión confirmó dos puntos. El primero que, efectivamente, la del alemán fue una titularidad fantasma por un malentendido del italiano o porque algo pasó en los últimos días. El segundo, que el entrenador se mueve por la coherencia y la fe 'en los suyos'. Si hace un mes proclamó al brasileño como el mejor central del mundo, hubiese sido contradictorio que, a la primera grieta, prescindiera de él.

Haaland con Militao, en el Etihad.  EFE
Haaland con Militao, en el Etihad. EFE

El reto para el ex del Oporto, por tanto, se presentaba mayúsculo porque la sombra de Rüdiger era tan alargada como el físico del delantero noruego del City. Y no tuvo una buena noche, como no la tuvo el resto del equipo. De inicio se impuso en varios balones aéreos y en algún cuerpeo con Haaland. El delantero acabó la eliminatoria sin marcar por obra y gracia de Courtois, pero el central acabó desbordado y metiéndose el 3-0 en propia puerta… Un martirio. ¿Con Rüdiger de inicio se hubiera evitado el siniestro? Seguramente tampoco porque el Madrid empezó a ser derrotado nada más salir, negando su himno (nervio y corazón). Si Ancelotti tuvo su cuota de responsabilidad, la ausencia de amor propio de los jugadores aglutinó todos los reproches posibles.