Josema Giménez vuela alto para darle los primeros tres puntos al Atlético en la nueva Champions

A mucha gente no le dio tiempo a entrar al Metropolitano cuando el RB Leipzig metió el primer gol. Oblak salvó la primera clara, pero el rebote lo pescó Sesko, que no falló de cabeza y adelantaba a los alemanes. Los casi mil hinchas que llegaron desde su país celebraban y Simeone se enojaba porque no le daba tiempo a proponer su plan cuando ya le tocaba ir a remolque.

Pero hubo remontada. Primero Griezmann y en el descuento Giménez marcaron los tantos del Atlético de Madrid, que jugó mucho mejor que el equipo alemán y lo mereció. No parecía el primer partido de la nueva fase de liga, sino uno de cuartos de final jugándote la vida. El Atlético comienza con tres puntos y la ilusión de seguir creciendo en esta Champions.

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Al Atlético le tocaba levantarse. Bueno, no lo quedaba otra. Sesko era un peligro constante, Le Normand lo sufría con una tarjeta amarilla a los 10 minutos y después Griezmann asistía desde el córner para sorprender a Julián y casi llegaba el empate. Todo esto que les cuento en 15 minutos nada más, como se los cuento.

La sensación en los primeros 25 minutos era que los jugadores del equipo germano eran más altos, más grandes, más rápidos y más fuertes. Dominaba la pelota, el Atlético corría y sólo cuando había un impulso en ataque existía sensación de peligro por parte del equipo rojiblanco.

En uno de esos impulsos, con el Atlético atacando con más corazón que fútbol, llegó el gol. Primero fue Correa el que pudo marcar en dos ocasiones, pero la mala fortuna se cebó con el Atleti con esa jugada que pegó el balón en los dos palos. Eso sí, instantes después, el que no falló fue Griezmann.

Apertura de De Paul, centro de Llorente y volea, con la derecha, de Griezmann. Disparo inapelable del francés que se metió desde la izquierda hacia el centro y nada pudo hacer el portero alemán. El Atlético reaccionaba, la gente reaccionaba y Simeone le pedía más a los aficionados rojiblancos situados detrás de su banquillo. Esto sí se comenzaba a parecer a una noche europea.

La primera parte terminó con igualdad en el marcador pero con el Atlético mucho mejor en el campo. Y el gran destacado fue Ángel Correa, que había sido la gran sorpresa de Simeone en el once inicial y no defraudó. Al contrario que su compatriota Julián Alvarez, que estuvo más desaparecido, el '10' demostró que puede tener muchos minutos como titular en este equipo y que puede ofrecer desborde, velocidad y fantasía arriba.

Simeone, en el vestuario, les habrá dicho a los suyos que no podían permitir ni una contra de los alemanes como en los primeros diez minutos de encuentro. El mensaje estaba claro y el Atlético terminaba o intentaba terminar todas las jugadas, dejando a Sesko, Openda y Simons secos, sin posibilidad de correr.

Los minutos pasaban, el árbitro tenía problemas con el intercomunicador y el Atlético, cada vez que atacaba, creaba peligro. Pero el gol no llegaba, aunque Correa lo seguía intentando. Los alemanes no se ponían nerviosos y seguían intentando jugar desde abajo a pesar de los robos de De Paul o Koke, pero el partido seguía empatado y Simeone ya pensaba en los cambios.

Simeone no veía claro jugar con Sorloth y Alvarez a la vez y quitó al argentino. Hizo lo mismo con su compatriota De Paul, que se fue un poco silbado por los aficionados tras no darse prisa al salir del campo. Gallagher era sustituto y los aficionados querían ver al inglés, tenían muchas ganas.

Pocos minutos después, también se fue Correa del campo y entró Molina, dejando a Llorente por dentro. No le gustaba el cambio al Metropolitano, pero, igualmente, seguía animando, sabiendo que faltaban 25 minutos más el descuento para sacar los tres puntos.

Los minutos pasaban, el Atlético dejaba de crear peligro, daba un paso atrás y el equipo de Rose crecía. Sin hacer ninguna barbaridad en el partido, sólo con paciencia y alguna jugada de ataque que casi acababa en gol, como el cabezazo de Poulsen.

A medida que la afición atlética se apagaba, el ritmo del equipo también lo hacía y comenzaban a llegar los centros laterales de Molina o Llorente hacia Sorloth. Ese empuje con más ganas de fútbol salvaba el tipo del Atlético que, a pesar de todo, buscaba el tanto que le diera ventaja.

Pero llegó el gol con un centro cruzado y un cabezazo de Josema Giménez. El Metropolitano comenzó a gritar 'uruguayo, uruguayo' tras el tanto del central y Simeone, como loco, se cruzó medio campo para ir a celebrar con los suyos. Pero, rápidamente, se dio cuenta que tenía que meter a Witsel, volvió corriendo y pidió el cambio del belga por Griezmann.