Un errático Ter Stegen amarga el debut en Champions

Se presentaba el Barcelona en Europa de nuevo con ilusión. Una ilusión que hace años empezó a convertirse en miedo escénico y cicatrices mal cerradas. El Barça llegó con la voluntad de empezar a escribir una nueva narrativa, pero pronto se torcieron las cosas. En el minuto 10, una mala entrega de Ter Stegen, dubitativo y errático, desembocó en la expulsión de Eric Garcia. La condena de quedarse con diez fue demasiado grande. El gol, golazo, de Lamine para empatar el partido no fue suficiente para acabar rascando un punto.

Flick, con la lesión de Dani Olmo, se vio obligado a remover las piezas. Eric Garcia, cuyo futuro no estuvo claro hasta las últimas horas de mercado, debutó en Champions como pivote, con Marc Casadó de interior y Pedri de mediapunta. A pesar del gran inicio de temporada, flotaba aún en la memoria blaugrana el recuerdo del 0-3 del Gamper en que el Mónaco descosió al Barça. Comenzaron los catalanes amasando el balón y cuidando no perder el balón en zonas sensibles que pudieran activar la principal arma local: los contragolpes gestados en balones al espacio.

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En el minuto 9 de partido, el decorado cambió de arriba a abajo. En una salida de balón, Eric Garcia bajó a recibir el balón de Ter Stegen y a la que vio que no iba a recibirlo, se movió. Justo en ese momento, el portero entregó el pase, el Mónaco robó y Eric decidió hacer falta para evitar el disparo rival. Fue en la frontal, por lo que el árbitro acabó expulsando al de Martorell. Y, como en el último partido europeo, contra el PSG, el mismo debate: ¿valía la pena hacer la falta o era preferible dejar golpear? De todos modos, Ter Stegen jugó un balón como si Sergio Busquets todavía pivotara.

El Mónaco aprovechó el momento de confusión del Barça, que trataba de organizarse en una nueva forma, para dar el primer golpe. En una conducción por izquierda, Akliouche desordenó una defensa algo pasiva en el sector izquierdo y acabó batiendo a Ter Stegen. El Barcelona se encontraba con el primer gran reto del curso. Sobre el verde, Raphinha y Lamine trataron de descender algunos metros para paliar la inferioridad en el centro del campo.

Solo había una fórmula de reengancharse al partido y era por la vía de Lamine Yamal. En el 28, en un balón largo Lamine cuerpeó como un veterano para eliminar a su marca, se quedó en un uno contra uno ante Salisu, Se generó el espacio para golpear y mandó el balón a la red. Lamine va fintando a medida que conduce, su abanico de trucos es cada vez mayor. Cuando Kohn esperaba un tiro al palo largo, Yamal disparó desde la frontal al palo corto. Lamine le regaló lo más parecido que hay a un triple sobre verde a Michael Jordan, presente en el palco de Mónaco.

Después de que el equipo celebrara el gol, se formó un corrillo en el que Lewandowski y Raphinha compartieron algunas impresiones tácticas. Es la imagen de la implicación de la plantilla. El empate dio tranquilidad al Barça. Logró relajar a los monegascos, aunque con balón siguió encontrándose con dificultades para enlazar posesiones que les permitieran respirar. En defensa, algo más hundidos, concedió menos. Llegó el descanso y el momento de que Flick eligiera la ruta del segundo tiempo.

El primer movimiento lo hizo Adi Hütter, que quitó a Camara para dar entrada a Golovin. Menos presencia en el mediocentro, más talento y perfil ofensivo. El mensaje era que el Mónaco iría a por el segundo. El del Barça, que estiraría el partido. Tras el descanso, Ter Stegen empezó a sacar en largo desde portería. El primer aviso culer llegó, de nuevo, desde las botas de Lamine. Mandó un balón largo, larguísimo, al espacio a Raphinha. Kohn llegó a cortar un intento de autopase del brasileño que podría haber acabado en el 1-2.

Flick cedió el balón, pero eso significó dejarse someter. La inseguridad de Ter Stegen, impreciso desde el error en el pase a Eric, lo paliaban con éxito Cubarsí e Iñigo Martínez defendiendo el área de los centros laterales. Con balón, a Marc Casadó no le tembló el pie para alargar las posesiones. El canterano ya se camufla como un futbolista más del primer equipo.

A veinte minutos del final, con la defensa del Barça instalada en el centro del campo, un balón largo de la defensa no llegó a cabecearlo Cubarsí e Iñigo, que confiaba en que llegara su compañero, perdió la marca cuando la pelota les sobrepasó. Ilenikhena quedó solo ante Ter Stegen, que se venció muy fácil hacia un lado. 2-1 y otra vez a remolque. Flick quiso minimizar los riesgos y en una mala lectura defensiva se gestó el segundo gol monegasco.

En el 78, triple cambio blaugrana: Sergi Domínguez, Gerard Martín y Ferran Torres. Lamine, que había recibido un golpe, fue uno de los sacrificados. También un exhausto Cubarsí y Lewandowski. Unos minutos después, Pedri. Flick ya pensaba en Villarreal. Con un brazo de acero marca de la casa, Ter Stegen, esta vez sí, evitó el tercero. A cinco del final, el VAR tuvo que intervenir para corregir un penalti que el árbitro señaló en un balón que Iñigo robó sin hacer falta.

La derrota la endulzó ligeramente el regreso de Ansu Fati. El delantero, lesionado en pretemporada, reapareció como blaugrana un año después. Al Barça ya no le quedaron ni argumentos ni piernas para buscar el empate. Empiezan los blaugrana con una derrota en Europa.