OPINIÓN

El día que lo dejaron Modric y Benzema

Modric y Benzema, juntos en la Champions./EFE
Modric y Benzema, juntos en la Champions. EFE

En Mánchester no sonó el himno de la Champions. En la última cita de una pareja no puede sonar su canción favorita. No hubo ni música, ni golpes. Los goles cayeron como casi nunca en la Champions: por orden, por inercia, por méritos, cada uno de ellos a su debido tiempo. El Madrid rompió con el último amor de su vida en Inglaterra. La despedida de Modric y Benzema fue esta, porque los finales son finales sólo si no son felices.

Modric y Benzema lo dejaron con el Madrid el 17 de mayo de 2023 contra el Manchester City. Como ocurre con muchas parejas, el anuncio no será oficial hasta dentro de unos meses. Modric y Benzema seguirán viviendo en la misma casa blanca hasta que reunamos el valor suficiente para decir adiós a dos leyendas irrepetibles. Como los matrimonios que se separan pero siguen viviendo juntos, porque aún no saben cómo decírselo a sus hijos.

Modric y Benzema fueron una pareja increíble. La típica pareja que no necesita darse besos delante de la gente, que transmite un amor tan ligero, tan hermoso, tan sensible. No subieron fotos a Instagram, veraneaban en silencio, sobre todo en los meses de abril y mayo. No se enamoraron a primera vista, se quisieron cada día un poco más, hasta que hicieron once años. Se preocupaban por los demás y criaron dos niños preciosos: Vinicius y Rodrygo.

La relación no terminó por nada raro. Ni una discusión, ni otros equipos. Se acabó por el paso del tiempo. Modric y Benzema rompieron el mismo día que Nadal se retiró de Roland Garros. Por la misma razón: 35, 36 y 37 años. Modric y Benzema lo dejaron, pero aún queda el amor.

El Manchester City fue el villano más justo. Los de Guardiola demostraron ser un equipo perfecto; ni por una defensa más sólida, ni por incorporar a Haaland. El City le hizo creer al Madrid en la ida que estaban igualados, y sólo fue un movimiento táctico. El nuevo City, además de bordar el fútbol, también juega con los sentimientos. Aceptan sus tramos de menos brillo, recuerdan todo lo que han sufrido, y castigan con goles en los minutos decisivos. Grealish defiende con balón, y mientras Haaland amenaza, Bernardo Silva se dedica a tirar de las cortinas. Bernardo Silva es tan bueno que parece que ficharon a Haaland para distraer.

Se acabó. Da igual que llegue el final. Si Modric y Benzema ya son eternos. Si lo eterno, lo que hicieron juntos, nunca se olvidará. Fueron una pareja de antes. No les separó ni el dinero, ni las derrotas, ni el aburrimiento; sólo les pudo separar el paso del tiempo. Porque lo mejor está por llegar.