GIRONA 1 - MILAN 2

El 'coitus interruptus' de Montilivi en el epílogo de la leyenda de Stuani en Girona: "Aunque lo hayan anulado, para nosotros es gol"

El máximo anotador de la historia del Girona se quedó sin marcar en Champions.

Stuani en el último partido del Girona en Champions. /EFE / David Borrat
Stuani en el último partido del Girona en Champions. EFE / David Borrat
Marc Mosull

Marc Mosull

El Girona cayó derrotado con dignidad en su último encuentro en la Champions League. En su debut histórico en Europa, los gerundenses fueron eliminados con siete derrotas en ocho partidos, pero con el orgullo intacto tras competir en el Parque de los Príncipes y San Siro, y poner contra las cuerdas a Liverpool y Arsenal en un Montilivi que en el último día despidió con honores a los suyos.

El momento mágico de la última noche europea en el estadio gerundense, que no sabe si volverá a disfrutar nunca más de las mieles de la élite continental, no fue el tanto de Arnaut Danjuma que ponía con ventaja a los suyos. Tuvo como protagonista a Christian Stuani.

Cuando Míchel vio que su equipo no funcionaba, tiró de la vieja guardia y puso en el césped a Portu y Christian Stuani, los dos viejos rockeros del Girona, junto a Juanpe, dos de los jugadores que más han remado para que el conjunto catalán regresara de Segunda a Primera. Los cimientos del Girona son ellos y ambos protagonizaron la jugada más celebrada de la Champions en Montilivi.

Stuani, leyenda de Montilivi

Y es que si el Girona está donde está es especialmente por Christian Stuani, que llegó a la ciudad de los cuatros por la tozudez de Machín y Quique Cárcel, que se 'enfrentaron' al City Group para que lo fichara, y con un equipo novel en la élite, que debutaba en Primera. Y en su primer partido metió dos goles contra el Atlético de Madrid y comenzó a escribir su leyenda, que acabó con el balón de estrellas rodando por el césped de Montilivi. Y con el charrúa luciendo el brazalete de capitán en el histórico debut en París.

A la leyenda del máximo goleador de la historia del club, que todavía tiene cuerda para rato y que ha marcado de rojiblanco en Segunda, Primera, play-off de ascenso a LaLiga y Copa del Rey, le faltaba un último capítulo en Europa, un epílogo brillante que redondeara su carrera en Montilivi, donde, sobra decirlo, es ídolo absoluto. Ese colofón era un gol en Champions, que se le resistió contra el Slovan el día que falló un penalti.

Míchel y la imagen en Champions League.

Y llegó. Corrió por la banda Portu y le puso un balón medido al corazón del área al charrúa, que hizo lo que mejor sabe hacer. Una jugada que se ha visto centenares de veces en Montilivi y un gol que resumía lo que es la historia moderna del Girona.

Por ello fue festejado como si valiera la clasificación; con Míchel señalando a Stuani, recordándole lo mucho que significaba el tanto, Arnau celebrándolo como si fuera suyo y el público grabándolo con el móvil, inmortalizando uno de los momentos más simbólicos de la historia de la entidad... pero el VAR lo anuló por fuera de juego. Apenas unos centímetros frustraron la mayor alegría en Champions de los gironins. Un coitus interruptus en toda regla. Un final demasiado cruel.

"Para nosotros es gol, esa es la verdad. Lo ha podido celebrar y disfrutar con el abrazo de todos los compañeros y con la afición. Aunque lo hayan anulado, para nosotros es gol. La imagen de celebrar un gol en la Champions la tendrá para siempre", manifestó Míchel sobre el tanto 135 en 273 partidos de Stuani con el Girona que las estadísticas no le contarán pero sí los 9.000 gironins que lo disfrutaron como si fuera en una final de Champions.