BARCELONA

¿Por qué el Barça vuelve a caer en Europa?

Los de Xavi dejaron de nuevo a deber en una noche importante después de adelantarse en el marcador.

Setgio Busquets durante el partido/Getty
Setgio Busquets durante el partido Getty
Albert Blaya

Albert Blaya

La historia interminable, una que parece amenazar el presente y el futuro de un equipo que, cuando parece que ha superado su trauma, vuelve a abrirle la puerta a sus demonios, que no dudan en usurpar el cuerpo de este temeroso FC Barcelona. Ante el Inter, cuando todo parecía que iba como tenía que ir, apareció un error tan grosero y evidente que ya nadie se pudo recuperar. El Barça volvió a chocar contra sí mismo.

Cuando uno se acerca a los partidos del Barça en Europa hay una palabra que se repite y resuena en todas las cabezas: competitividad. Y es que el segundo tiempo del FC Barcelona es impropio de un equipo de este talento. Errores que cuestan goles en un área, pérdidas que hacen tiritar al equipo y una cantidad de nervios que impiden mirar con claridad. Es curioso que quien más vea sea quien menos ha visto, que es Pedri, y los que más partidos han disputado sigan quedándose cortos cuando los partidos aprietan. Hoy fueron Busquets y Piqué. Jordi Alba no disputó ni un minuto.

El Inter entendió que para hacer daño al Barça se necesita hacerles sentir que el gol está cerca. Que el ambiente generado, de ebullición, no es más que una ilusión óptica. El Barça no sabe competir cuando el partido exige preguntas que no salen en los libros, y es ahí cuando todo se vuelve un caos. Ni con Valverde, ni con Koeman, ni con Xavi. Los entrenadores siguen acumulando decepciones europeas sin que su acierto o desacierto en el plan de partido parezca valer mucho en la lectura final. Hay algo más.

Parece haber un mundo entre cómo el Barça entiende y memoriza el sufrimiento en este tipo de encuentros y en cómo lo hacen sus rivales. Mientras la mayoría aguantan los golpes y cierran filas, en el Barça las heridas se abren y nadie sabe cómo coserlas. No hay soluciones, tampoco en la pizarra, con un Xavi que parece no ser capaz de transmitir la calma que tenía jugando. Y es que al final no se trata de jugar mejor o peor, sino de saber aguantar cuando las cosas no van bien. El fútbol, como la vida, se trata de disimular los malos momentos para que, al final, no parezcan tan malos. El Barça tiene el poder de hacer que los regulares parezcan malos y los malos, mortales.

Puede que esta sea el porqué que más se cuestiona el aficionado. Y mentiría si dijese que sé la respuesta. Mientras todos apuntan a muchas direcciones (y todas parecen acertadas), el Barça sigue cayendo en el mismo punto. La duda razonable es si este partido habrá sido el último gran encuentro en Europa de Piqué y Busquets.