El Arsenal tumba al Barça por sorpresa y conquista su segunda Champions
Un gol de Stina Blackstenius en el minuto 75 fue suficiente para evitar la cuarta corona europea del Barça en Lisboa.
El Arsenal ha acabado con el reinado europeo del Barça en el José Alvalade. Contra todo pronóstico, el conjunto dirigido por Renée Slegers ha conseguido la machada para volver a levantar la Champions League 18 años después. Las 'Gunners' firmaron un partido casi perfecto, sufrieron cuando tenían que hacerlo y decantaron la balanza a su favor en los momentos claves para dar terminar dando la campanada.
Stina Blackstenius fue la encargada de anotar el gol más importante de la historia reciente del Arsenal. La jugadora sueca controló en el área un pase filtrado de Mead y mandó un disparo raso cruzado al fondo de la red de Cata Coll, que ya había realizado dos paradas providenciales para salvar a su equipo.
El conjunto del norte de Londres ha acabado tocando el cielo tras una temporada convulsa que Slegers pudo enderezar tras relevar a Jonas Eidevall en el banquillo. Le endosó cuatro goles al Olympique de Lyon en la vuelta de semifinales y finalmente logró derrotar a un equipo que parecía invencible pero que esta vez, cuando más hacía falta, no supo darle la vuelta al partido.
Aitana Bonmatí dijo antes de la final que "no entendería otra forma de ganar que no fuese con nuestro estilo, que nos hace únicas". Pero esa forma de jugar se la había estudiado muy bien el Arsenal, que fue superior durante los primeros 45 minutos gracias a una presión altísima y no solo resistió en la segunda mitad, sino que aprovechó sus escasas ocasiones para acabar ganando el partido.
El Barça estuvo muy incómodo sobre el césped y dejó para la segunda parte lo que no pudo conseguir en la primera. Pero no fue suficiente. Claudia Pina estrelló un disparo en el larguero en el minuto 48 y Van Domselaar evitó el tanto de Bonmatí con una gran mano tras un disparo raso potente de la dos veces ganadora del Balón de Oro.
Cuando menos peligro creaban las Gunners, llegó el tanto decisivo. Parecía que solo podía ser al contragolpe por medio de Alessia Russo, pero acabó llegando tras una jugada de córner en el minuto 75 por medio de Blackstenius, que había entrado al campo tan solo siete minutos antes.
El Barça solo podía perder así y no logró evitarlo en un tramo final del partido en el que atacó con más corazón que cabeza. La muralla defensiva de sus rivales fue infranqueable y las de Pere Romeu se atascaron con ataques que no terminaban de llegar a ningún lado y balones al área inofensivos.
El técnico blaugrana trató de mover el avispero dando entrada a Ingrid Engen y Esmee Brugts para dar alternativas, pero no fue suficiente para evitar la tercera derrota culé en una final de Champions League tras las de 2019 y 2022 ante el Olympique de Lyon.

Se esfuma así la cuarta corona europea para el Barça y la opción de conseguir un póker tan histórico como la imagen de Aitana Bonmatí llorando desconsolada tras el pitido final.