SELECCIÓN FEMENINA

Las mil caras de Francos: del "Rubiales debe aprender", la fe en Rocha y el "haremos cumplir la ley" al "o cambios ya o burofax"

El presidente del CSD fue tibio tras el Mundial, afinó cuando Pedro Sánchez entró en acción y cambió su discurso según el viento.

Las mil caras de Francos: del «Rubiales debe aprender», la fe en Rocha y el «haremos cumplir la ley» al «o cambios ya o burofax»
Alfredo Matilla
Noelia Gómez Mira

Alfredo Matilla y Noelia Gómez Mira

"Se ha hecho el ridículo como país". Así de tajante se ha mostrado este martes el presidente del Consejo Superior de Deportes, Víctor Francos, tras el enésimo capítulo en una crisis sin parangón en el fútbol femenino. Un mes después de que todo estallase durante la final del Mundial de Australia y Nueva Zelanda, a ojos de todo el mundo, la polémica que originó Luis Rubiales prosigue su curso con la misma intensidad con su sustituto, Pedro Rocha, a la cabeza. Una constancia que, sin embargo, no ha tenido su continuidad en la forma de proceder en este caso del CSD, órgano dependiente del Gobierno, ni en las declaraciones de su máximo responsable. El apoyo a las futbolistas ha sido firme, pero la contundencia con la RFEF ha tenido baches. Por eso, para muchos, es uno de los personajes que salen de este caos trasquilados.

Víctor Francos, en su llegada al hotel de concentración en Oliva.

Las declaraciones en todo este tiempo, repletas de contradicciones, hablan por sí solas. Valgan como ejemplos la primera vez que Francos se pronunció sobre este caso el 21 de agosto ("¿Rubiales? Tenemos que aprender y que no vuelva a pasar...") y las de estas últimas horas. Desde el "no tenemos competencias" para que haya elecciones ya", al "haremos cumplir la ley" al "o cambios o burofax" y el más dulce, ya con poderes que antes no tenía: "Va a haber unas elecciones en las que haya una renovación de los aplaudidores y aplaudidoras [Montse Tomé, con la que hablará este martes, es una de ellas]; si alguna jugadora no está cómoda, no quiere estar, lo más normal es que, con naturalidad, se la desconvoque sin ninguna sanción".

Su estreno en este lío le sacó del anonimato tras suceder en el cargo a José Manuel Franco (del que fue su segundo y junto al que guardaron en un cajón varios procedimientos que podrían haber comprometido mucho antes a Rubiales). Fue en la noche del día siguiente al esperpento en El Larguero, con los gestos obscenos de Rubiales en el palco en la cabeza de todos y sus imprudencias sobre el césped el 20 de agosto como comidilla en todas las tertulias: "Son comportamientos que no se pueden producir. Yo agradezco que se hayan pedido disculpas y lo que tenemos que hacer es aprender de lo que no tiene que volver a pasar". Sus tibias palabras hacían invitar a que el escándalo, con el que ya abrían muchos medios de comunicación internacionales, no iba a pasar de una simple reprimenda pública o un cruce de pareceres como el que ya había tenido en el avión de vuelta a España.

Hasta que su jefe, el presidente del Gobierno en funciones Pedro Sánchez, recibió a la expedición en Moncloa y estalló, azuzado también por la contundencia previa de Miquel Iceta y las duras declaraciones de Yolanda Díaz. Sánchez cogió el toro por los cuernos: "El gesto fue inaceptable, las disculpas no son adecuadas y tiene que continuar dando pasos". Y sólo entonces, Francos se animó a abanderar una nueva actitud de tolerancia cero que, sin embargo, ha sufrido ciertos vaivenes.

Doctor Jekyll y Mr. Hyde

El pasado lunes, sin ir más lejos, y antes de la lista de la discordia de Montse Tomé y de la caótica concentración en Oliva -con una reunión del CSD y las jugadoras fijada,- el presidente del Consejo volvió a pronunciarse con postulados que se escuchan con frecuencia en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Por la mañana, con estas frases: "(...) No conozco las exigencias concretas de las jugadoras, el comunicado habla de algunos departamentos". Y por la noche, de nuevo en otro paso por la SER, con una seria sentencia que sonó a amenaza: "Espero que la convocatoria haya sido pactada. Si no se presentan, tendremos que aplicar la ley. Jamás querría hacer lo que tendría que hacer en ese momento. La Ley del Deporte dice lo que dice. No sé todavía por qué ha habido conflicto. Soy incapaz de saberlo porque nadie me lo ha explicado. A mí nadie me ha explicado por qué hay un intercambio de reproches, de nombres, acusaciones... Al Gobierno no le ha llegado nada. Nos preocupa el espectáculo que estamos dando".

Nadie discute que su lema principal siempre haya sido "el Gobierno y yo apoyamos a las jugadoras sin fisura". Pero la realidad es que en estas cuatro semanas su tono, sus objetivos y sus explicaciones han dejado grietas y han ido cambiando según soplaba el viento. De hecho, hace nada afirmó que el CSD no podía hacer mucho más y obligar a la Federación a realizar elecciones a la presidencia de manera inmediata y, este mismo martes, desesperado por la imagen que está exportando España -ya que no se producen los cambios estructurales que todo el mundo demanda- fue tajante: "O la Federación hace cambios ya o el CSD exigirá elecciones inmediatas".

La cronología del tobogán

Cuando estalló la crisis Rubiales, el presidente del CSD, Víctor Francos, se posicionó tal que así: "Si no actúa la RFEF, lo haremos nosotros. Los hechos son inaceptables y requieren de una investigación". Pero incluso ahí ya deslizó un "estamos hablando de un hecho que duró un segundo y entre dos personas...". Como si lo tuvieran que resolver sólo entre ellos, algo que intentó la Federación con presiones y coacciones confirmadas y denunciadas. Y del mismo modo, respecto a la dimisión o no de Luis Rubiales, aseguró esa misma noche que "cada uno tiene que hacer lo que considera". Jamás, ni para seguir la ola que crecía y pedir la cabeza del presidente, marcó el paso. Lo hicieron otros políticos y él ya luego se sumó. Y en cuanto a las sanciones, al obviar el TAD las súplicas del CSD, fue la FIFA la que salió en su rescate con una suspensión provisional que le acabó conduciendo después a la dimisión. Siempre tarde.

A los tres días de aquellas declaraciones, tras la famosa Asamblea en la que el entonces presidente de la RFEF, Luis Rubiales, pronunció -y reiteró- hasta en cinco ocasiones consecutivas eso del "no voy a dimitir", el máximo responsable del CSD volvió a hablar. Esta vez con un discurso más contundente y considerando que todo lo ocurrido era una "falta muy grave". España era un clamor y, entonces sí, se dejó llevar: "Rubiales no ha hecho lo que debía. Consideramos, con todo el respeto, que las explicaciones no se corresponden con sus actitudes. Esta Asamblea, lejos de resolver y acercarnos a una situación de calmar el contexto en el que él mismo nos había metido, ha avivado la polémica". Ahí ya aseguró que iniciará el procedimiento para suspender a Rubiales sin el éxito esperado.

Sólo 24 horas después, con el anuncio de la suspensión cautelar de Rubiales por parte de la FIFA y la interinidad de Pedro Rocha en la presidencia, Francos aseguró que la hoja de ruta se mantenía, apropiándose logros de otras instituciones cuando la suya había quedado en fuera de juego. "Viene a reforzar la posición del Gobierno con respecto al camino iniciado el viernes", aseguró el día que el CSD formuló una petición al TAD por posible vulneración de los artículos 76.1a de la Ley del Deporte y 14.h del Real Decreto 1591/1992 por parte del hasta entonces presidente de la RFEF.

El lunes siguiente, ya a las puertas de septiembre, mientras las federaciones territoriales mantenían una reunión para ver qué paso dar, Francos volvió a pronunciarse. Para entonces, algunos sectores bromeaban con la idea de que ya parecía Fernando Simón dando el parte diario en la triste era de la pandemia. Esta vez, lo hizo al ver peligrar la candidatura de España como sede del Mundial 2030. "Hace dos semanas estábamos mejor situados que hoy. Pero somos un Gobierno tozudo. Estamos en disposición de poder explicarle a la UEFA y al conjunto de federaciones todo esto. El fútbol español no es lo que hemos visto estos días", dijo el presidente del CSD, obviando que lo peor aún estaba peor y que la candidatura flaqueaba más y más. Sin embargo, ahora preguntas en el Consejo y todo va viento en popa en ese proyecto (¿?).

¿Interviene o no?

El 5 de septiembre, por seguir con el orden de apariciones, ya con Pedro Rocha como presidente interino, se celebró una reunión en el CSD en la que Francos le pidió que se convocasen elecciones en la RFEF... pero en el primer trimestre de 2024. ¿Por qué en esa fecha y no antes? Ahí reside la pregunta que muchos se hacían -y se hacen- a tenor de todo lo que está ocurriendo, sobre todo después de que el 10 de septiembre Rubiales comunicase su dimisión. "Ha sido más severo que el propio TAD. No he hablado con Rubiales desde el jueves antes de la Asamblea y ni me lo ha comunicado Rocha. Bien está lo que bien acaba. El Gobierno quiere que se cumplan los cambios estructurales que dijo el presidente interino y que haya elecciones en tiempo y forma", aseguró en otro paseo nocturno por las radios. Dos semanas después, sin que haya habido modificaciones de peso en la RFEF, sigue esperando esas modificaciones.

Si bien, esa noche también añadió otra contradicción más en su recopilatorio: "No vamos a intervenir en la autonomía de la Federación. Este hecho va a tener aceptación sobre cómo vemos el comportamiento diario de las federaciones y no sólo la de fútbol". Aquello fue entendido como una incongruencia más, pues el CSD ya había tratado de intervenir a su manera en la Federación. De hecho, el secretario general de la RFEF con Rubiales que a día de hoy continúa en la RFEF, Andreu Camps, incluso había enviado días antes un escrito a la UEFA para denunciar injerencias del Gobierno de España después de que el CSD anunciara que elevaría el caso al TAD.

48 horas más tarde, el martes día 12, Francos dio una entrevista al diario AS que se publicó el miércoles 13. Y en ella aseguraba, entre otras cosas, que "cambios profundos ya ha habido. El presidente de la Federación ha dimitido, el seleccionador femenino ha sido destituido...". De nuevo una realidad que, off the record, repetían muchos trabajadores de la RFEF. "Si son o no suficientes está dentro de las conversaciones con las jugadoras", decía. Mientras que las internacionales estaban en pie de guerra y mantenían su postura con el apoyo gubernamental: o había más cambios o no iban. A esa hora todo era ya un verdadero trabalenguas.

Más madera

La crispación continuaba y la lista de Montse Tomé, la nueva seleccionadora tras la destitución de Jorge Vilda, que se iba a dar el viernes acabó posponiéndose. ¿Por qué? Por la negativa de las jugadoras a asistir. Así pasó el fin de semana -entre mil negociaciones- y llegó el lunes, jornada en la que ya sí que se pronunció el CSD. Lo hizo su presidente, durante el acto de presentación de la Liga Femenina Endesa de baloncesto, donde aclaró: "El Gobierno apoya a las jugadoras sin fisuras, son la punta de lanza de un cambio que ya se está produciendo y que no tiene a nadie que lo pueda frenar. Ahora dependerá de que algunos intervinientes en ese mundo se den cuenta, y si lo quieren hacer a la fuerza o llamados por las circunstancias y por la sociedad, pero el cambio que ha empezado no tiene vuelta atrás".

Algo que casi se contradecía con lo que dijo horas más tarde, una vez conocida la lista de convocadas, cuando Montse Tomé había asegurado que las jugadoras estaban de acuerdo con la convocatoria, y de que estas lo desmintieran. Ahí, el CSD aseguró que, esta vez sí, "el Gobierno aplicará la ley" si las jugadoras no se presentaban a la convocatoria. En unas declaraciones a El Larguero, Francos aseguró que "no todo vale" y que este martes llamaría a las jugadoras. "Le vamos a decir a las jugadoras que el compromiso del Gobierno es con todas las consecuencias posteriores. Va a hacer lo que sea necesario para regularizar la situación de la RFEF, pero les pedimos que vaya a estos partidos. Queremos que sean campeonas olímpicas". Hoy esas palabras se han vuelto a dulcificar y "la que quiera, puede ser desconvocada sin sanción"...

Las horas pasaban, las jugadoras no sabían qué hacer, la convocatoria se trasladaba de Madrid a Valencia y, en definitiva, la crisis crecía y crecía hasta que a Francos no le quedó más remedio que reaparecer. "El Gobierno ha dejado todo el margen de maniobra. Habíamos sido prudentes. Ayer hicimos el ridículo como país y es inaceptable. He hablado con algunas jugadoras para podernos ver en Valencia. Les he trasladado la incomprensión y la indignación del Gobierno para poder intentar ayudarlas en la consecución en los objetivos, conocidos por la prensa, pero que a mi no me habían transmitido", aseguró este martes en Al Rojo Vivo de La Sexta.

Un mes para hablar con las víctimas

Ahora ya sí, era el momento de hablar con las jugadoras cuando era una labor de la Federación según defendía antes: "Las jugadoras con las que he hablado estaban muy mal. La impresión que me he llevado es negativa en el peor de los sentidos. No he visto rencor, pero sí he visto tristeza y pesar. He avisado a Pedro Rocha que lo iba a hacer, viajar a Valencia. No le he consultado. Le he dicho que lo iba a hacer para ver qué nos dicen, qué proponen y que nadie dude que vamos a hacer los cambios necesarios". Y fue más allá. "He hablado con Rocha. Para mí es bastante inexplicable algunas cosas. Yo le he dicho: 'Pedro, estoy muy cabreado con lo que ha pasado y cómo ha pasado'. Yo he sido muy prudente. Ayer a las dos me dicen que no se iba a convocar a quien no quisiera ser convocada y a las cuatro me encuentro con una convocatoria de una seleccionadora que dice que se ha hablado con las jugadoras y las mismas dicen que nadie ha hablado con ellas. Es increíble".

Por eso, ya siendo martes, lo del lunes no valía. "Si la RFEF no toma las decisiones correspondientes en los próximos días exigirá en un burofax la convocatoria de elecciones. Tengo la sensación de que algunas de las personas que han estado al frente de esta crisis no se han parado a mirar el bosque. Han mirado la ramita, pero no el bosque. No puedo ser más claro. Todo lo que pase del mes de marzo no será aceptable para el Gobierno", ha dicho. Mientras que también aseguró que "lo que no puede seguir en la Federación son comportamientos que les inquietan y les dan miedo".

Tal es el cambio de rumbo, que el presidente del CSD se ha postulado para ser portavoz o intermediario de las jugadoras: "Ellas tienen miedo a decirlo. Yo me convertiré en la persona en decirlo. En sus comunicados hay cierto miedo y no lo dicen todo. Ayer la convocatoria es en Las Rozas y hoy en Valencia. Para mi eso es inaceptable. También pido a la RFEF los cambios estructurales y profundos que prometió [¡pero si ya se habían hecho algunos según él con Rubiales, Vilda...!], porque aquí lo que ha pasado es que prometieron unas cosas que no se han hecho. Me ha llamado Rocha este mediodía para decirme que la cosa estaba mal antes de la lista de Tomé. Que quería que lo supiera. Con Rocha tengo una relación súper cordial, muy buena [¿y pese a ello ha decidido ir a Oliva sin consultarle?]. Me ha llamado para decirme eso y no ha habido ningún contacto más. Cuando Tomé dice que las campeonas van contentas a la convocatoria y al momento dicen que no quieren ir... algo pasa. No sé si me he vuelto loco yo". Usted, y con tanto cambio, todos.