PORTUGAL

Era un bebé, se colaba en las charlas del equipo de su padre y ahora se enfrentan en Portugal: "Burlémonos el uno del otro"

Gustavo y Fernando, delantero y central, se verán las caras en el duelo entre Alverca y Benfica B.

Gustavo Varela, junto a su padre./GUSTAVO VARELA
Gustavo Varela, junto a su padre. GUSTAVO VARELA
Jonás Pérez
Daniel Domínguez

Jonás Pérez y Daniel Domínguez

Fernando y Gustavo Varela harán historia en el fútbol portugués este domingo. Comparten apellido y la lógica parece marcar que se trata de dos hermanos, pero esta narrativa es mucho mejor. Son padre e hijo, que coincidirán sobre el terreno de juego en el duelo entre Alverca y Benfica B, de la Segunda Liga, la segunda categoría. A partir de las 16:30, se enfrentarán y todo apunta que chocarán sobre el césped.

Fernando es el padre, tiene 36 años, a punto de cumplir 37 y juega de defensa central. La gracia es que su hijo Gustavo es delantero centro, por lo que uno marcará al otro en una imagen inédita en este deporte. El mayor juega en el Alverca; el pequeño, en el filial del Benfica. Por si quedaba alguna duda, los dos son titulares habituales en sus equipos y los entrenadores no perderán la oportunidad de alinearles y formar parte de una historia única en Portugal.

Como curiosidad, efectivamente, Gustavo tiene 19 años y su padre le tuvo siendo menor de edad. Así, ha vivido toda su carrera deportiva y se ha criado jugando al fútbol, siempre con un balón bajo el brazo. Hasta ahora, eso sí, nunca habían tenido posibilidad de enfrentarse... ¡aunque sí de jugar juntos!

Gustavo Varela es prácticamente un recién llegado al Benfica, por el que firmó procedente del PAOK. En Grecia, compartía club con su padre, aunque por cuestiones de edad no era compatible que jugaran juntos. El hijo debutó en la Youth League en 2021 con el conjunto griego e incluso consiguió marcar. Nunca llegó a dar el salto para pelear junto a Fernando.

El caso es que Gustavo tiene madera de campeón. Es uno de los máximos goleadores de la Youth League con cinco tantos en cuatro partidos. Uno de ellos, por cierto, ante el Atlético de Madrid. De momento, no hay indicios de que vaya a subir de forma inmediata al primer equipo, con el que ya debutó en la última jornada de la pasada temporada, cuando no había nada en juego.

Tampoco está mal en el filial, que además compite en segunda categoría, lo que le permite forjarse para dar el salto más pronto que tarde. Por ahora, lleva tres goles en nueve partidos. Y qué mejor manera que demostrar, peleando de tú a tú junto a su padre. El destino ha querido, además, que sus posiciones sean ideales para ver uno de los cara a cara más icónicos que se recuerdan en el deporte.

"Además de ser padre e hijo, somos muy amigos. Disfrutemos. Burlémonos unos de otros, eso normalmente forma parte del proceso. Sobre todo nos queremos", comenta Fernando, el padre, en declaraciones recogidas por el medio portugués Tribuna Expresso.

En definitiva, la vida de su padre ha llevado al hijo a ser un loco del balón. En sus primeros años en el deporte, tuvo que compaginar el fútbol con el trabajo en una pizzería. Hasta que firmó su contrato con el Estoril, época en la que la madre también trabajaba. No les quedaba otra que Gustavo acompañara a Fernando a los campos, siempre con un balón bajo el brazo.

"Gustavo tenía que venir conmigo a los entrenamientos"

Fernando Varela

"Cuando firmé contrato profesional con Estoril, cuando dejé la pizzería, todos en casa trabajaban. Gustavo tuvo que venir conmigo al entrenamiento. Fue en el comedor y salón social del centro de prácticas mientras entrenábamos. Tuvo contacto con el balón desde el principio. Hubo un momento que estábamos en una reunión en el campo y entró con un balón. El señor Tulipa no supo qué decir, pero todos entendieron. En ese momento no tenía con quién quedarse", revela.

Esa vida ya se acabó. Ahora, padre e hijo juegan al fútbol de élite y este domingo se verán las caras. Mientras LeBron James y su hijo Bronny comparten pista en la NBA, los Varela competirán. Uno desde el centro de la zaga, el otro desde la delantera.